01

4.8K 370 140
                                    

¡Papá! ¡Papá! —grito desesperado mientras entro a su habitación y me meto en su cama.

¿Qué? ¿Qué pasa, Joaquín? —me dice sin despegar los ojos.

Me acurruco junto a él, —Otra vez tuve esa pesadilla.

Me mira con sus cansados ojos y lleva una de sus manos a mi cabello largo.

—Solo fue una pesadilla, no dejaré que nada ni nadie te haga daño. —me sonríe y abraza para que durmamos como siempre hacemos cuando tengo pesadillas.

Sonrío sintiéndome protegido, en sus brazos siempre me voy a sentir en paz y protegido.

¿Y si vuelvo a tener una pesadilla?

—Entonces gritarás muy fuerte «Papá» y yo llegaré y le patearé el trasero al que te esté asustando. —me revuelve el cabello y yo sonrío con las mejillas rojas por aquella palabra tan atrevida que usó.— Que bellos rizos. —menciona sin despegar sus suaves dedos de mis hebras castañas.

—Como los tuyos.

—Como los míos —me sonríe y se carga para juntar nuestras cabezas y revolver nuestros rizos, entonces nos acurrucamos para dormir.— Hasta mañana, campeón.

—Hasta mañana, papi. —estoy a salvo, con él siempre lo estaré.

...

Joaquín

Hago una mueca cuando mis zapatillas tocan el barro, aunque tal vez no importe porque no las volveré a usar por un largo tiempo. Alzo la cabeza para poder mirar lo alto del establecimiento frente a mí, su color apagado y tenue me produce aún menos ganas de pertenecer a este lugar.

Veo a dos soldados caminar por el barro dentro del lugar, llevan sus típicos trajes y uno de ellos tiene una compostura digna de una regla, mientras el otro simplemente camina intentando alcanzar el paso del otro, mueve sus brazos como loco y al parecer no deja de hablar. Parece divertido.

Volteo a la camioneta, mi padre está en la parte trasera sacando mi maleta, suspiro y vuelvo mi vista al frente, estoy justo frente al inicio de mi infierno, a unos pasos de entrar al servicio militar.

Escucho como cierra el maletero y lo veo pasar junto a mí, lo sigo en silencio, sé que no quiere hablarme y sinceramente, tampoco quiero hacerlo. Desde que decidió enviarme a este lugar no hemos compartido ni una sola palabra más que él buenos días, por respeto. Era muy incómodo vivir con él, el silencio reinaba en la casa, tanto que intentaba nunca estar en ella, pero cuando llegué ayer por la noche y vi mi maleta ya hecha fue cuando hubiera deseado haber disfrutado más de mi hogar, ni siquiera pude pegar un ojo en la noche, y se me nota en las enormes ojeras que traigo puestas hoy.

Una vez dentro mi padre camina hasta entrar a una de los edificios de un piso, sin embargo es la más grande ya que el resto son las habitaciones de los soldados.

Lo sigo mientras miro mis sucias zapatillas, pensando en cómo las limpiaré para que queden como nuevas cuando una voz me hace saltar.

—Coronel. —el soldado frente a nosotros se pone en posición y lleva su mano firme a su frente, mi padre copia la acción. Si, mi padre es Coronel.

𝐌𝐈𝐋𝐈𝐓𝐀𝐑 ♥︎ᵎ EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora