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Maratón 1/3

Para Jennypp327 Para ti con amor🤍

Emilio

Una vez admites que te gusta una persona, todo se te hace más fácil, y más complicado también.

Me gusta Joaquín, y desde que lo admití, pareciera que el universo se alineó y conspiró en mi contra, pues no me lo he dejado de encontrar. Han pasado cuatro días desde que estuvimos juntos en esa cama, con nuestro dedos y corazón entrelazados... o al menos el mío.

Desde entonces me lo he pillado en el comedor, en los pasillos, en las clases, hasta en el baño. Y desde entonces lleva su pelo rizado reluciendo, se ve tan adorable, que va, se ve hermoso. No puedo dejar de mirarlo, cada vez que está distraído lo miro, miro sus ojos, labios, nariz, mejillas, lo miro como si temiera que se me olvidaran sus facciones, algo realmente imposible a estas alturas, cuando él es quien lidera mis pensamientos.

Allí está, a unos cuantos metros míos, no hemos hablado desde entonces, pero cada vez que nos encontramos me sonríe, Dios, es una sonrisa hermosa, amo como sus ojos se achinan cuando me sonríe, amo cuando me sonríe. Y cuando me mira... joder, mis orejas se vuelven rojas y me comporto como un tonto, su simple mirada enloquece mis nervios.

Habla con Cody, Nicolás está a unos cuantos pasos lejos de ellos, formado esperando en la fila para la comida mientras Cody y Joaquín esperan sentados. Está riendo por algo que le ha dicho Cody, su boca llena de comida le trae consecuencias y comienza a toser. Por supuesto me preocupo, incapaz de despegarle la mirada hasta que toma agua y sigue riendo, escupiendo gran parte de ella en la cara de Cody.

Entonces vuelvo a sonreír, aún sin despegar mis ojos de él, se ve muy bien hoy, lleva la típica camiseta color verde pastoso, a él se le ve suelta debido a su delgadez, y lo hace lucir más lindo, sus pantalones también se ven algo holgados y cubre el final de estos dentro de las botas militares, no lleva la camisa y sus bracitos están al descubierto. No puedo despegarle la mirada.

—Me asustas, hijo. Me asustas mucho. —escucho decir a Diego con la boca llena de fideos.

— ¿Por qué? —pregunto sin siquiera mirarlo.

—Estoy a tu lado, por aquí. —con un pequeño gruñido me vuelvo hacia él.— Eso, aquí. Ya deja de mirarlo.

—No lo estoy mirando.

Su risa me fastidia, —Y yo soy Maradona.

—Voy a lamentar toda la vida el habértelo contado. —por supuesto que le he contado a Diego sobre mis sentimientos hacia Joaquín, es mi mejor amigo y no puedo ocultarle nada. Pero desde que le conté no me ha dejado de molestar, incluso cuando estamos con algunos del escuadrón, lo que ha provocado que ahora sus burlas se incrementen, aunque no conozcan mis verdaderos sentimientos.— No hemos hablado estos días.

—Ve a hablarle entonces.

Niego, —Últimamente soy yo quien se acerca a él, espero que él lo haga. —murmuro, ignorando la opresión en mi pecho sobre mis palabras. Porque no puedo negar que su actitud distante me irrita, pero tampoco quiero ser un idiota sin dignidad que lo persigue como un perro.

Se encoge de hombros sin dejar su plato de comida, —Oye pero, ¿A él le gustan, ya sabes... los chicos?

Bien, no tengo ni idea. La mayoría que sabe de la existencia del hijo del comandante dentro de aquí lo trata de mariposón, pero realmente no sé cuales son sus gustos, y no pienso preguntarle, tal vez por temor a su respuesta, por llevarme una decepción; aunque, en el fondo, siento que él me corresponde.

𝐌𝐈𝐋𝐈𝐓𝐀𝐑 ♥︎ᵎ EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora