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Joaquín

Desde que era pequeño he visto lo mejor en todos, siempre he intentado ser amable, honesto con el resto. Siempre he querido ser la persona que todos esperan que sea, pero a veces llega un momento en donde te es imposible serlo. Donde debes responder, gritar, donde debes ser tú mismo y demostrarle al resto que está bien ser tú.

Por un momento creí que este sería el momento. Por un momento creí que me pararía frente a él y le gritaría en la cara que como soy ahora mismo, soy feliz. Que la persona que está parada frente a él es la que siempre quise ser, y que debe aceptarme como soy, u olvidarme.

Pero cuando me detuve a pensarlo, cuando vi más allá de mi deseo de que me aceptara; comprendí que a veces simplemente debes mentir, ocultar y ceder. Podría gritarle todo lo que me he guardado a mi padre, incluso decirle que Emilio es mi novio, ir hasta él, agarrarle la cara y besarlo frente a todos; pero eso sería tan egoísta de mi parte. Sería solo pensar en mí, aunque sé que Emilio estaría de acuerdo conmigo, sé que permanecería a mi lado siempre; pero que por mi culpa lo saquen de aquí, que por mi culpa se cree un drama que no estoy dispuesto a combatir, es totalmente injusto.

Incluso unas palabras que tenían mucho significado para mí cruzaron por mi cabeza:

"A las personas que amamos, no debemos mentirles".

Era algo que mi madre decía constantemente, pero cuando ella decidió partir, dejarnos con sus mentiras, dejé de tomarle importancia a esa frase. Siempre creí que la frase estaba equivocada, porque pensar que ella no nos amaba me rompía en dos, me destrozaba por completo. Pero ahora pienso, a veces debemos ocultar cosas por el bien de sí mismo, porque a pesar de que amemos... Debemos amarnos más a nosotros mismos.

Así que lo único que hago es pararme recto, relajar el rostro, respirar y soltar:

—Fui con un chico, pero no íbamos de la mano, tal vez te ha mentido. Aunque no lo dudo, con todo lo que se mete tal vez ni siquiera estaba en sus cinco sentidos. —mi padre me toma el brazo y lo aprieta de manera fuerte y dolorosa, pero intento mantenerme quieto. Sé que me he pasado, pero no dejaré que este momento se arruine. — No era él, es otro chico pero no lo conoces, aunque no te preocupes, no salgo con él... No salgo con nadie. —aunque todo esté en un caos en mi interior, aquí estoy frente a él, hablando tan casual como si de la cena se tratara.

—Joaquín, no soy estúpido, puedes mentirme ahora pero algún día lo sabré, y cuando ese día llegue, sabes que pasará, ¿No? —esa voz demandante que alguna vez me asustó, ya no lo hace más.

—No te estoy mintiendo, así que puedes dejar tus amenazas de lado. —espeto con el ceño levemente fruncido.

Me mira escudriñadoramente, intentando buscar el hilo que desarme la mentira que le he plantado en la cara, pero cuando no lo encuentra se voltea y se retira.

Por fin respiro, y cuando me siento mucho más calmado voy hacia mi habitación porque ir donde Emilio sería demasiado obvio.

Me tiro al suelo junto a mi cama, dejo mis brazos y piernas extendidas sin mover ni un dedo.

— ¿Todo bien?

André se tira a mi lado, —Perfecto.

—Eres terrible mintiendo.

—No estaría tan seguro. —Ambos nos concentramos en mirar la mancha en el techo sobre nosotros. — ¿No quisieras huir un día? Simplemente irte lejos, donde nadie te encuentre, algo tranquilo, donde puedas estar en paz.

Ninguno se mueve, ninguno despega la mirada del techo.

—No creo que sea justo que debas huir para ser tú mismo. A veces debemos enfrentarnos a las cosas, plantarles cara y luchar. Y sea cual sea el resultado, al menos sabrás que diste todo de ti.

𝐌𝐈𝐋𝐈𝐓𝐀𝐑 ♥︎ᵎ EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora