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Lo primero que recibo es un zape en la cabeza de parte de Diego a penas entra en la habitación.

¡Idiota! ¿Qué fue lo que hiciste?

Me sobo recordando que está dañado y no puedo tocarlo... por ahora.

—Hablamos, me dijiste que habláramos. —contesto de mala gana.

Asiente, ¿Qué le dijiste? No se veía muy bien.

Me mamo todo un testamento de regaños hacia mi persona por haber sido muy cruel con él, por no dejarlo hablar, por no mirar su punto de vista y un sinfín de cosas más.

¿Terminaste?

—Estás bien pendejo. —me regala una mirada seria antes de alejarse.— ¿Al menos le preguntaste si fue verdad? —mi silencio le responde.— Ay mi pendejo, si no fueras mi hijo ya te habría tirado por la ventana.

—Estaba enojado... aún lo estoy.

Hace caso omiso a mis excusas y otra ola de charlas me ahogan, — ¿Me prometes que hablarás con él el lunes? —asiento a regañadientes.— Con esa actitud no podrás llevar una relación, estúpido.

¡Hablaré con él mañana! —le grito para que me deje en paz.


Emilio

Llevo media hora parado frente a la entrada del comedor esperando a Joaquín. Diego no me ha dejado tranquilo ni una sola vez desde la mañana así que he venido para librarme de su irritante voz.

Pero estar parado hace media hora aquí y aún enojado con él me hace enfadar más. E incluso estoy a punto de irme cuando entra en mi radar alguien interesante. Respiro al menos seis veces antes de caminar hacia él y cuando lo tengo frente a mí lo único que hace es mirarme, ni siquiera sonríe como de costumbre. Sonriendo o no es igual de irritante, su sola presencia me molesta.

André.

— ¿Podemos hablar?

Su cejas parecen confundidas, —Claro.

Nos vamos hasta el final del edificio principal donde está más vacío. Me cruzo de brazos y lo examino por completo. Como detesto esa cara de niño bueno que se carga todo el maldito día, con esa sonrisa exagerada y su amabilidad que nadie pidió. ¡Agh! Con solo mirarlo me irrito.

— ¿De qué quieres hablar conmigo, Emilio? —incluso para hablar es alguien correcto, y su postura parece ser siempre recta, ¿Nunca le duele la columna?

— ¿Qué pasó con Joaquín el sábado? —abre los ojos dejando en claro que está sorprendido de que los haya visto.— No tengo tanto tiempo, habla rápido.

Vacila, — ¿Por qué preguntas? —me está tocando los huevos y ya me estoy comenzando a cabrear.

—Solo responde la maldita pregunta, no es tan difícil.

Se despeina el cabello como alguien nervioso lo haría, —Nada... no pasó nada, solo bailamos.

—No me mientas, yo los vi.

— ¿Por qué te importa? —ahora su voz luce más firme que antes, pero de todas formas me irrita. De solo pensar en él ya estoy rodando los ojos, oírlo y verlo es agotador.

—No te interesa.

Niega, —No, si me interesa porque tú también estás interesado en lo que pasó conmigo y Joaco.

— ¿Entonces si pasó algo? —me acerco a él de manera que retrocede. Ni que fuera a golpearlo... las ganas no me faltan pero no estoy en el lugar adecuado.

𝐌𝐈𝐋𝐈𝐓𝐀𝐑 ♥︎ᵎ EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora