𝐌𝐈𝐋𝐈𝐓𝐀𝐑 ♥︎ᵎ Emiliaco

25

Joaquín

Siento el roce de sus yemas tocar suavemente mi cuello mientras viajan a mis mejillas, un cosquilleo me recorre el cuerpo cuando mis manos atrevidas tocan su espalda cubierta con la chaqueta. Muevo mis labios a su compás y una inexplicable felicidad me habita cada vez que sus labios tocan los míos. Su respiración invadiendo mi cara y su saliva como mi nuevo sabor favorito son sensaciones que no creí necesitar tanto hasta que estoy acá, sentado en la lejanía con este chico mientras sus labios me descubren, sus manos me recorren y nuestros corazones nos unen.

Siento la suavidad de sus rizos enredándose entre mis dedos y sonrío sin alejarme de la dulzura de su boca. Su calor se adentra en mis poros al fusionarnos en este deseado beso, sus labios rozando y mordiendo los míos se transforman en electricidades y cuando siento el calor de su lengua brotan de mi espalda alas que me llevan a recorrer el cielo.

El viento helado choca con nuestras pieles mientras sus manos se adhieren a mis mejillas y mis brazos viajan a sus hombros, enredándose en ellos mientras siento el cosquilleo de sus dígitos posarse en mi cintura. Me envuelve y acerca más a él para sentir más, tener más del otro.

Este beso definitivamente es mi favorito, razón por la que no abro los ojos hasta segundos después de que nos hayamos separado.

— ¿Por qué no me lo habías dicho antes? —cuestiono en un murmuro, concentrado en los bellos de su su brazo.

Veo el movimiento de sus hombros al encogerse, —Miedo, tal vez. Aunque en cierto modo si lo hice, te confesé estar celoso de Matías. —con sus manos en mi espalda me acerca más a él logrando que deje mis muslos sobre los suyos.

Estamos sentados uno frente al otro, sus piernas me rodean y las mías a él.

—Aunque no entiendo por qué.

Me besa la mejilla y ríe, — ¿Bromeas? Luego del beso lo primero que hiciste fue irte con él.

Niego de inmediato, —No, tú me rechazaste un beso y yo entré para buscar a Renata e irme, no tenía intenciones de toparme con él. Cuando pasaba por el baño lo vi tirado en el suelo y fui a ayudarlo, entonces comenzó a acercarse y fue cuando le dejé claro que él era el novio de mi amiga, nada más. —no puedo evitar sonreír al sentir su pulgar acariciando uno de mis muslos.— Pero luego tenía que venir este chico, uno bien mamón y joderlo todo.

Sonríe, —Lo siento, estaba muy borracho para pensar. Y tú también estabas muy borracho cuando me besaste, no se sentía apropiado.

—No estaba tan borracho, te besé porque no me resistí a ti. —me acerco y le doy un beso casto.

—Es increíble, perdimos un mes y medio de puro pendejos. —asiento, enredando sus pequeños rizos entre mis dedos.

—Tal vez no era nuestro momento. —su expresión me inquieta, pareciera como si hubiera dicho algo malo.— ¿Qué pasa?

— ¿Has hablado con Cody?

Niego, —No, no entiendo.

Niega con la cabeza, —No importa.

La siguiente hora nos la pasamos abrazados, riendo, besándonos y mirándonos. Han pasado exactamente cinco días desde nuestro primer beso oficial. Y cada oportunidad que tenemos, nos escabullimos, cuidadosos de no ser vistos por nadie, hay que ser discretos.

Y aunque solo llevemos cinco días besándonos y tocándonos a nuestro gusto, no se siente como solo cinco días. Cuando cuentas todo lo que sucedió hace cuatro meses te das cuenta que no son solo cinco días. Ambos estábamos en algo desde hace tanto tiempo y ni siquiera lo notamos.