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Emilio

"Se necesita más valor para el amor... que para la guerra"

Fue una frase que ayer me soltó Diego antes de dormirnos, "Es irónico, ja, estás en el ejército pero se te achican los huevos cuando de amor se trata".

Aunque me haya molestado al inicio, es una realidad. Es por eso que decidí finalmente seguir con el trato, y con Joaquín. Somos amigos, es mejor que nada, además, seamos sinceros, a estas alturas no creo que pueda simplemente alejarme y evitarlo, si lo tengo enfrente y me habla, no seré un idiota como lo fui en un inicio.

Pensar en eso me aterra, saber que he cambiado varios aspectos de mí solo por una persona. Antes le hablaba mal a cualquiera, me importaba poco lo que pensaran o si les dolía, pero ahora es diferente, me he pillado a mi mismo siendo amable incluso con Alex, es un pecado ser amable con él.

Cada acción que hago, pienso en Joaquín, en si le gustaría que hiciera eso. Y sé que dije que lo iba a olvidar, y lo voy a hacer, pero es complicado cuando lo tengo las veinticuatro horas en mi cara, aunque jamás podría quejarme por eso.

— ¿Almorzáremos con Joaquín? —asiento a la pregunta de Diego mientras esperamos en la fila, Joaquín ya está sentado en la mesa con Nicolás y Cody.— ¿Por qué no almuerzas con él... solos?

—Mira, deja de joder, somos amigos, los amigos no se van a aislar para almorzar solos. Almorzaremos todos juntos y ya está. —espeto en un tono burdo, dejándole claro que mi paciencia está por agotarse.

Sin protestar toma un plato y se lo entrega al soldado encargado de la comida, le sirven lentejas y luego a mí, caminamos hacia su mesa. Cuando me ve ir hacia allá, me sonríe y parece decirle algo a los chicos, ambos voltean a mirarme, Cody me sonríe moviendo su cabeza, Nicolás por supuesto que no.

— ¿Les molesta si comemos con ustedes hoy? —pregunta mi amigo, como todo un caballero. Joaquín nos hace sentarnos, estaba por sentarme junto a Cody pero Diego se me adelanta.

— ¿No te quieres sentar conmigo?

Su voz me causa un escalofríos en mis brazos, ha parecido realmente triste hasta que muestra esa sonrisa juguetona.

Camino al otro lado de la mesa y me siento junto a él, tengo a Nicolás de frente y me mira como si fuera un ladrón, aunque siempre me mira así, ya estoy acostumbrado.

—Ya déjalo. —me defiende Joaquín al notar la asesina mirada de Nicolás sobre mí, sacándome una tierna sonrisa, logrando hacerme sentir bien de elegir esta decisión.— Mañana te haré un pequeño examen de todo lo que hemos visto, espero que si me hayas prestado atención. —me susurra casi en el oído, estamos teniendo una conversación solo de nosotros dos mientras el resto están en sus propios rollos.

—Bien, espero que no sea tan difícil, profesor. —me sonríe apoyando su cabeza en mi hombro por un segundo antes de volver a su postura.

—Si te va bien... Te lo compensaré.

— ¿Cómo? —susurro con un tono ronco, sonriendo ladinamente.

—Tú lo elegirás. —espeta en susurro sutiles.

—Bien, sin irse para atrás. —advierto esta vez alzando la voz.

Me golpea el brazo, —Soy un hombre de palabra. —ignorándolo alzo mi meñique, ríe y entrelaza su meñique al mío.

— ¿De qué tanto hablan ustedes dos, eh? —Nicolás nos interrumpe con un tono de mamá que protege a su hijo de un drogadicto.

—De mañana. —responde antes de llenarse la boca de lentejas.

𝐌𝐈𝐋𝐈𝐓𝐀𝐑 ♥︎ᵎ EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora