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¿Cómo se respira después de sentir que destrozaron por completo tu corazón? Joaquín no quería aceptarlo, pero una parte de él esperaba que Mauricio cambiara y pudiera rescatarse algo de su matrimonio, pero ahora está completamente muerto, roto y, quizás siempre lo estuvo. 

Joaquín se encontraba con sus amigos en la casa de Ale, bebiendo tequila. Se había servido otro caballito y se lo tomó a prisa esperando que el ardor en su garganta lo distrajera del hoyo en su corazón.

-Amigo con más calma –le decía Ale mientras lo tomaba del brazo –Te vas a emborrachar si sigues así.

-Pues si así se me olvida el mal rato que acabo de pasar, de una vez el otro –decía mientras se servía el tequila, mientras que Roy y Ale se dedicaban una mirada preocupados.

-Tú aprovecha que estás aquí con nosotros, a salvo –decía Roy también sirviéndose un poco de tequila –Para que saques toda la rabia y todo el coraje que debes estar sintiendo, por la estupidez de tu marido.

-Me siento tan...humillado, tan tonto –se levantó y se llevó las manos a su cabeza –Mira nada más la hora que es y él en un hotel. Claro, como conmigo no puede, seguramente se consiguió a alguien con quien sí.

-O quizás le pago a alguien para probar el medicamento –Joaquín comenzó a llorar sintiéndose cada vez más pequeño, con las palabras de Ale.

-Pues ahí está, se automedicó el señor y ahí están las consecuencias. –suspiró –Una parte de mí, quería ver si podría haber una segunda oportunidad y otra ya quería el divorcio y no sabía a cuál escuchar...

-Y, ¿entonces? –Roy se levantó para tomarlo del brazo y volverlo a sentar en el sofá.

-Pues, no tiene caso seguir prolongando lo inevitable, ¿no? No se puede pegar algo que siempre estuvo roto.

***

Mauricio venía despertándose en su habitación del hospital completamente confundido, no recordaba muy bien los hechos, pero se acordaba de haber estado en un hotel de paso con una sexoservidora para probar si el medicamento que había visto en internet, era efectivo. Jamás pensó que le daría un infarto. Cuando tuvo mejor visibilidad recorrió su habitación y se topó con los ojos furiosos de su hermana.

- ¿Dónde está Joaquín? –miró a su hermana mirarlo con más desprecio y rodando los ojos –Él... ¿se enteró?

- ¡TODOS SE ENTERARON, IMBÉCIL! –le gritó furiosa –Cuando pienso que no puedes ser más estúpido, ahí vas a demostrarme que estoy equivocada...

- ¿Qué dijo Joaquín? –trataba de reincorporarse, pero se sentía demasiado débil.

-Está furioso, ¿qué esperabas? –se acercó a él con los brazos cruzados –Tenemos que arreglar esto, quizás aun podemos usar tu condición para alargar un poco el divorcio.

-Yo no me quiero divorciar de Joaquín... -dijo apenado.

-Pues, no te quedará de otra, él seguro está convencido de eso. Lo que yo no quiero es perder todo por tu estupidez. Habrá que adelantar el hecho de que Joaquín reclame la hacienda, para que cuando llegue el divorcio podamos adueñarnos de La Chula.

-Y, ¿qué piensas hacer?

-Moveré unos hilos –lo miró sintiéndose un poco más tranquila –Tú trata de ganarte la compasión de Joaquín, que se retrasen sus planes de querer divorciarse de ti. Al menos por ahora.

***

Roy venía saliendo de la casa de Ale, tenía que dormir temprano ya que tendría una reunión con sus editores a primera hora. Al salir de la casa, se sorprendió de ver a Emilio recargado en la camioneta blanca de la familia como esperando, por lo que se le acercó para saber qué hacía ahí.

"La Chula" -AU EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora