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El sol abrió paso a un nuevo día. Desde temprano, todos los trabajadores ya se encontraban entre los campos y los animales. Emilio ya estaba acostumbrado a levantarse temprano y Joaquín todavía seguía un poco convaleciente así que lo dejaba dormir. Además, tenía que tratar un asunto delicado. Estaba claro que, la presencia de Juan Osorio en el rancho, causaba mucha incomodidad y el rizado sentía que no había razón para que él siguiera aquí.

Sin duda, su padre le reclamó, intentó chantajearlo emocionalmente, se intentó comparar con Elizabeth, pero Emilio le dejó claro que el rancho sería para Joaquín y que su familia tenía todo el derecho de vivir ahí, pero que nunca impondría la presencia de su padre, un padre que nunca se preocupó por él, que nunca intentó conocer y que, si no fuera por La Chula, nunca lo habría buscado. Era triste, pero a Emilio ni siquiera le dolía despedirse de él, no sentía nada.

Regresó a la cabaña y se recostó en la cama, abrazando una almohada. En ese momento, Joaquín salió del baño, recién bañado y se sorprendió de ver a Emilio en la cama.

-No sentí cuando te despertaste -se sentó a su lado en la cama y llevó su mano a acariciarlo por el cabello. - ¿Estás bien?

-Sí, todo bien -se levantó de la cama y tomó la mano de Joaquín con la cabeza baja -Hablé con Juan, le pedí que se fuera del rancho.

-Me imagino como te sientes -correspondió el agarre y llevó su mano a sus labios para dejar un dulce beso.

-Me quiso chantajear con eso de que es mi padre, pero pues...ya sabes -soltó un largo suspiro. –Qué Dios me perdone, por más que intento verlo como mi padre, no puedo.

-No tienes por qué sentirte mal por eso -se acercó para abrazarlo un poco -No le debes nada solo por llevar la misma sangre.

-Y encima, me dijo que, si no estuvo presente, fue porque mi mamá me llevó lejos. Claro que iba a alejarme de él.

- ¿Sabes qué creo? -le sonrió un poco -Tú mamá es una mujer muy valiente. Estoy casi seguro de que, entre ella y mi tío hubo muchísimo amor, pero se alejó porque no estaba bien y regresó con tu papá. Pero, al saber que sería mala influencia para ti, a pesar de que quererlo también, también lo dejó. Eso es admirable.

-Yo también creo eso -Emilio fue capaz de sonreír ante las palabras del castaño -Fue la mejor de las madres. Pero, ya, hablemos de otra cosa. ¿Has hablado con Pineda? ¿Sabes si ha hablado con Mauricio?

-Dice que es complicado, Mau tiene que declarar antes de que alguien pueda verlo. Tiene sentido.

-Sí claro, si alguien más estuvo involucrado, es mejor que no intenten influir en él.

-Oye, y ¿qué sabes de tu proceso de Argentina? -preguntó emocionado.

-Serena no ha podido investigar mucho, esta empeñada con encontrar a Daniel, mi excuñado; él es el único que pueda darle una respuesta.

-Pero, dices que desapareció, ¿no? -Emilio asintió.

-Tiene que aparecer; sé que lo hará. Lo que sí es que contactó a uno de mis mejores amigos. Por todo lo que ha pasado, no he tenido chance para hablarle.

-Pues, sería bueno que lo llamaras, seguramente está preocupado por ti.

-Sí, eso haré.

-Pero primero a desayunar; muero de hambre.

-Yo creo que desayunaré con Diego y los demás. -soltó tímidamente y Joaquín lo miró extrañado.

-No, tú vas a desayunar conmigo, ¿no quieres? -lo miró haciendo un puchero.

"La Chula" -AU EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora