46

64 7 0
                                    

Alex llevaba mucho rato pensando en Joaquín mientras conducía. Se había sorprendido de la frialdad con la que María José se expresaba de los caballos, como si fueran un objeto más adornando la casa. Se daba cuenta que, no cualquiera le pondría el mismo cariño y dedicación a la crianza de caballos tanto como Joaquín Bondoni y, le parecía una verdadera tristeza que él hubiera perdido ese rancho del modo en el que lo hizo.

Iba manejando al pueblo junto a su hermano menor Pablo; ya le había explicado la situación y ahora, se dirigían al pueblo para hablar con Joaquín y Emilio. Sentía que ellos deberían estar enterados de los planes de esa mujer en el rancho; aunque, quizá, ya lo esperaban. Al llegar, ambos chicos se sorprendieron de verlos, en especial, por verlos tan serios.

-Perdón por ser imprudentes y venir sin avisar. -se excusó Pablo entrando tímidamente a la casa.

-No, ustedes siempre serán bienvenidos -les sonrió Joaquín. - ¿Está todo bien?

-Pasó algo con María José y, consideré importante decirles -Emilio rodó los ojos sin saber qué esperar de esa mujer.

-Ahora, ¿qué hizo esa mujer? -el rizado se cruzó de brazos.

-Antes que nada, quiero decirles que renuncié a mi cargo de administrador. -ambos chicos no se sorprendieron mucho por aquello, sabían de sobra la honestidad y cariño que Alex sentía por los Bondoni -Estar ahí, no tenía ningún sentido si ustedes ya no son los dueños.

-Muchas gracias, Alex -sonrió Joaquín -Apreciamos mucho eso.

-Yo te ayudaba como un favor...de amigos, pero con esa señorita, no tengo ninguna obligación. -se encogió de hombros un poco indeciso -Bueno, ahora la parte fea; ella me pidió que vendiera el ganado a otras ganaderías y que solo me quedara con los animales ya comprometidos para las carreras y las corridas.

-Eso no puede ser. -Joaquín no podía creer la noticia, no podía conciliar la idea de que se fueran todos sus animales.

-Si puede ser, mi amor -dijo Emilio tomándolo de la mano en señal de apoyo. -Esto quiere decir que ya van a echar andar el desarrollo turístico.

-No, es que no... ¡no pueden! -soltó bastante molesto y Emilio podía ver la tristeza en sus ojos.

-En cuanto lo supimos, Alex tomó la decisión de comprar todos los caballos de La Chula -tanto Emilio como Joaquín miraron sorprendidos a Pablo al pronunciar esas palabras. El castaño no lo podía creer, miró a Alex y este asintió.

-Alex, muchas gracias por eso. Es que, no pueden estar en mejores manos -ante tan mala noticia, había algo bueno; sus animales estarían bien.

-En mejores manos estarán si aceptas atenderlos y, convertirte en el veterinario de AltaVista -Emilio sonrió un poco al ver a Joaquín tan anonadado; no podía evitar sentirse un poco celoso sabiendo de los sentimientos de aquel rubio, pero tenía que admitir que admiraba ese gesto tan noble que hacía por Joauquín -El veterinario que tengo, no va a poder con tantos animales, necesitará ayuda. Además, ¿quién mejor que tú para hacerse cargo de ellos? Los conoces mejor que nadie; en verdad, necesito tu ayuda con eso.

-Pues si lo necesitas, yo encantado -el castaño no podía creer eso, estaría con sus animales; los seguiría teniendo cerca -Cuenta conmigo, solo que, no te cobraré nada, así como tú hiciste una vez conmigo.

-No, no -Alex negó -Además, tú alguna vez llegaste a pagarme.

-No, señor; si no es así, no hay trato. Ya suficiente inversión hiciste comprando a mis caballos como para, además, pagarme un sueldo. -el rubio iba a negar, pero Emilio también apoyó a su novio.

"La Chula" -AU EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora