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A la mañana siguiente Joaquín acababa de despedirse de su madre, ya que partía al aeropuerto para irse con Epigmenio a Valle de Bravo. Elizabeth, le prohibió a su hijo acompañarla, ya que aun estaba convaleciente y lo que menos había hecho Joaquín desde que salió del hospital era descansar.

El castaño si se sentía un tanto cansado; desde muy temprano le había ayudado a su madre preparar todas sus cosas y a armar su maleta para el viaje ya que su madre estaba muy nerviosa, así que aprovecharía para descansar un poco en su habitación. Sin embargo, al entrar a esta, su rostro se iluminó al observar un perfecto corazón hecho con pétalos de rosas en su cama.

-Dios, ¿cómo le hace? -dijo sonriente - ¿Cómo puedo amar tanto a este hombre?

Joaquín se sentó en el borde de la cama incapaz de retirar la mirada de ese precioso detalle.

-Y es que ahora no podré acostarme, no quiero arruinarlo -suspiró contento y liego recordó que su hacienda estaba repleta de trabajadores -No puedo arriesgarme a que alguien lo vea...no...

Con mucho pesar en su corazón tomó una pequeña caja que tenía en la sala y se apresuró a regresar a su habitación. Tardó varios minutos en decidirse quitar todos los pétalos y después de un largo ciclo de recoger tres pétalos para después volverlos a poner en su lugar, cerró sus ojos para deshacerse de todos los rastros de amor que pudiera existir en su habitación.

-Pronto me divorciaré...y podré gritar a los cuatro vientos lo nuestro... -suspiró con una sonrisa -Aunque, él iba a decirme algo, ¿o sí me lo dijo? Al rato debo preguntarle.

***

Talia se encontraba en el rancho AltaVista atendiendo todos los deberes que tenía por el día; sin la presencia de León en La Chula, la tranquilidad de trabajar allá había regresado, lo cual era bueno, ya que Joaquín la necesitaba tanto como Alex en AltaVista.

- ¡Hola! -Pablo, el menor de los Zarate la sorprendió con un animado saludo haciéndola sobresaltar un poco -Lo siento, no quise asustarte. Quería saber, ¿cómo estás? Supe lo que pasó en La Chula.

-Ay, joven qué pena...

-Nada de joven...ya te lo dije, dime Pablo.

-Pablo -sonrió amablemente -Pues, nada; lo de León parece que no se resolverá pronto...habrá un juicio.

-Pensé que lo encarcelarían o algo -dijo cruzándose de brazos.

-Pues sí, yo también, pero pues tienen que investigar el caso. Lo bueno es que, el patrón Joaquín encontró a otras cinco chicas que fueron acosadas igual como yo y una es menor de edad, la hija de la cocinera.

-Pues con eso, te aseguro que pagará con cárcel.

-Ay, pues yo no sé -frunció los labios -La verdad, me da un poco de miedo todo este proceso; quisiera que se acabara ya...

-Tú tranquila, Talia; sé que tienes el respaldo de Joaquín, pero también en AltaVista te daremos todo el apoyo que necesites.

-Muchas gracias, jo...Pablo -le sonrió -En verdad, tú y el licenciado Alejandro han sido increíbles conmigo.

-Pues déjame decirte que Joaquín se sacó la lotería contigo; eres demasiado eficiente y aquí has destacado mucho con tu trabajo, Alex me lo ha dicho.

-Es que me gusta mucho lo que hago; así el trabajo ni se siente ni parece pesado.

-Sí, pero a veces es bueno descansar, ¿no? -se acercó un poco a ella un tanto nervioso - ¿Sabes? Hay un lugar en el pueblo dónde venden pizza a la leña, es riquísimo.

"La Chula" -AU EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora