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JiMin un Omega sin "Aʀᴏᴍᴀ", hasta que el destino lo junto con él, YoonGi un Alpha que si puede sentir levemente su aroma...
Una historia de romance y realidades duras q...
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Era como estar en un cuento de hadas, sus ojos no daban crédito a lo que el bello paraje nos mostraba.
Las flores y frondosas montañas, el lago azul cielo.
Tenia que estar soñando pero no era así, porque Yoongi tenía tomada mi mano.
Esto era la realidad no una ilusión.
Estos pequeños detalles de YoonGi con él le habian demostrado que en este mundo no todos los alfas o sub-alpha's son iguales, existen excepciones. Y él, Min Yoongi es su excepción.
Su vista está tan perdida en el horizonte que ni tan siquiera se había percatado en que momento dejo de sostener la calidad y grande mano de YoonGi.
— JiMinnie... —llamo el Alpha desde el suelo, donde ahora estaba sentado, sobre la manta, la canasta del picnick ya estaba puesta—. Disfrutemos de nuestro momento.
JiMin sonrió y asintió, sentándose sobre la manta frente a YoonGi.
El alpha comenzó sacando los pequeños recipientes donde su amable padre había guardado los sándwiches. La fruta picada y uno que otro complemento.
Jimin sonrio viendo como YoonGi estaba tan centrado destapando cada recipiente, se sentía feliz.
Feliz de tener en su vida a tan maravilloso Alpha que velaba por su felicidad y seguridad.
Desde lo ocurrido no hace poco, lo que pasó en el hospital. Chihyung había dejado de mandarle notas o enviarle mensajes a su teléfono.
Jimin no sabe cómo explicar el hecho de cómo es que Chihyung había conseguido su número de teléfono. Tenia miedo de que ese alpha volviera a intentar algo en su contra, o en contra de su familia, sus amigos o en contra de su alpha.
Temía tanto por la vida de Yoongi, que cada día que no pudo comunicarse con él pensaba cosas sin sentido que simplemente afectaban su corazón y a su Omega.
Hasta había pensado que Yoongi se había alejado por culpa de Chihyung. La inseguridad creció tanto que si él no tenía noticias pronto de Yoongi se volvería loco.
Las horas siguieron pasando entre risas y fresas con chocolate. Que decir que ambos amaban las fresas con chocolate.
Pero debían volver a la cabaña, Yoongi tenía algo en mente.
Él no iba a entregar a Jimin tan rápido a sus tíos, al menos quería pasar toda la noche con él. Había pasado tanto tiempo desde que ambos tuvieron esos momentos juntos, solos ellos dos.
Tomando delicadamente su mano, Yoongi colocó en pie a Jimin y le sonrio. Jimin le devolvió el gesto apretando su agarre.
— Regresamos a nuestro nido minnie —dijo Yoongi, el Omega asintió sin refutar alguna palabra
— Si, regresemos. —Jimin se inclinó y dejó un pequeño beso en la nariz del alpha.
Yoongi sonrio de lado, y atrajo a su cuerpo a Jimin, abrazándolo fuertemente, dejando pequeños besos en su cuello. Amando escuchar la risa del menor.
