La noche

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Capítulo veintiuno

Decir que estoy nerviosa se queda corto. He pospuesto este momento tanto tiempo que las ansias me cosquillean la piel. No se si era la gran cosa, pero lo fue para mí y sé que para ella eso es suficiente.

Enfrentar a Federico me dio una libertad inexplicable. Aquella promesa que nos mantenía unidos de una forma inexplicable, ya no está. Me despedí definitivamente de esa parte de mí. Roxana toma mi mano con firmeza. Es  un gesto reconfortante, doy un largo respiro.

  — De acuerdo, esto fue lo que pasó esa noche de viernes.

>> Eran las cinco de la tarde. Estaba en una de las reuniones sociales de mi padre. Un espacio para que los inversores charlaran entre sí. Los hacía entrar en confianza, para que vieran que podían depositar con tranquilidad sus grandes bolsas de dinero en el escritorio de mi padre. Recuerdo estar con un vestido color champagne para convencer a un hombre que le entregará aquel caso que tanto deseaba.

Después de un rato de sólo observar mis pechos, terminó aceptando. Siempre lo hacían, era el arma secreta de mi padre. Esa noche en particular estaba distraída por otras cosas. Mi madre no dejaba de amenazar con el divorcio a mi padre. Por alguna razón me sentía culpable de eso. Así que me esforzaba por tratar de mantener a mi familia unida.

En mi cabeza pensaba que si ellos eran felices, por descarte también debería serlo. Así que cuando terminé mi trabajo, fui al despacho de mi padre a cambiarme antes de que llegará mi novio. Ahí había dejado un hermoso vestido rojo que me moría de ganas de estrenar.

Sentía que con ese vestido y mi rímel favorito nada podía salir mal. Cuando vi por la ventana llegar el auto de Federico, las mariposas revoloteaban en mi estomago. Sabía que él iba a venir temprano con Marisa.

Así que bajé emocionada mientras los asistentes preparaban todo para el video de promoción del despacho. No estaba ni remotamente lista para lo que vi en su lugar. En un rincón remoto del salón mi mejor amiga y mi padre besándose apasionadamente. Tengo el leve recuerdo de haber caído sobre alguien por el shock.

Como si eso fuera poco mi novio actuaba como su guardaespaldas. Cuidando que nadie los vea. Esa perra era la amante que mi madre recriminaba a mi padre. La persona que en mi cabeza era la culpable de mi estrés, por soportar los gritos, las discusiones y los golpes que me tocaba recibir.

Aunque quería ir a gritarles y mandarlos al diablo no podía moverme. Era como si me hubiera congelado en mi sitio ¿Cómo tenían el descaro?  En el mismo lugar en el que estaba mi madre apoyando a su esposo como lo hacía siempre. Me sentí una idiota. Esperaba que ella le pidiera el divorcio y lo dejara en la calle por ser un maldito.

En ese momento todo el lugar guardó silencio para dar inicio a la proyección. Sin embargo  en el centro de la sala estaba mi madre con un micrófono. Se veía hermosa mientras sonreía con gentileza a todos. Ella dijo:
  
>>  – Buenas tardes a todos es un placer tener a los mejores abogados de está ciudad reunidos. Una manga de bastardos que adoran burlarse de la cornuda de Samuel Ross. Mi amado y muy maldito esposo.

Creo que en ese momento se me escapó una carcajada de alivio mientras todos lucían confundidos. Mi padre intentó acercarse a ella, pero un hombre lo detuvo con fuerza.

>> – Tienen suerte. Estoy en busca de un abogado con sed de sangre para poder llevar adelante mi divorcio. Y como soy una persona que piensa en todos los detalles, les mostraré una película, para que ustedes decidan si les interesa tomar este caso. Y créanme, todos lo van a querer.

En ese momento pensé, si, al fin alguien le da su merecido. Sin embargo, las cosas no eran tan simples. Si, el video tenía miles de fotos de mi padre con otras mujeres, algunas las esposas de sus compañeros. También pruebas de cómo robo a  través de empresas fantasmas. Hasta ahí no había problema, hasta que apareció esa primera foto.

La escasa luz que compartimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora