Luz

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Capítulo veintisiete
Final segunda parte

Emiliano

El aire frío de la madrugada me ayuda aclarar las ideas. Tampoco es que estoy pensando mucho, pero me alivia de a poco asimilar lo que está pasando.

Ella se fue.

No tomó ningún colectivo todavía, pero hay otras formas de irse. Y creo que de todas, la suya fue la peor. Una carta y una huida a mitad de la noche. Supongo que para evitar que nosotros la detuvieramos. No me gusta recordar sus palabras, la frialdad al referirse a mí ¿No hace una horas nos queríamos? Yo aún lo hago. De tener el poder o aunque sea la capacidad, me arrancaría este sentimiento. Me haría sentir menos estúpido.

Es frustrante no querer pensar en que se fue, y aún así estar haciéndolo. Me molesta saber que incluso el intentar irse sin que la viéramos tampoco le funcionó. Porque si la ví. La atrapé infraganti, en medio de la madrugada.

Motivo por el cual no he dormido desde entonces, y este yendo al trabajo caminando. Para alejarme lo más posible de mi propio apartamento.

Todo empezó con un ruido extraño, me calce y me vestí como pude. Al salir la puerta del apartamento estaba mal cerrada, y se escuchó un ruido en el pasillo. Abrí rápidamente la puerta de su cuarto, completamente vacía. Eso fue el primer desgarro.

No sabía muy bien en qué estaba pensando cuando corrí hasta las escaleras de emergencia con la esperanza de detenerla. Cuando la alcancé se estaba subiendo a un taxi. Podría haber hecho muchas cosas, gritar su nombre, correr hacía ella, llamarla para que vea que estaba detrás. Pero no pude. Nadie la había echado, había elegido por sí misma irse.

Fue cuando la ví alejarse que comprendí. Qué puedes hacer cualquier cosa por personas que quieres, incluso dejarlas ir. Le había mostrado tanto de mí, había sido más honesto con ella que con cualquier otra persona. Pero ni siquiera eso basta para alguien te elija. O que tenga la decencia de darte una buena despedida.

Me siento bastante idiota por haber caído en exactamente lo que no quería caer. Debí suponerlo. Como cuando lastimé a la persona más bondadosa que conocía al marcharme, y no dejarla venir conmigo. Zoé era demasiado buena, es el motivo por el que me enamoré de ella. No mostraba el más mínimo interés en quién podría haber sido en el pasado, le importaba quién era en ese ahora. Pero es una locura querer huir de tu propio pasado. Querer escapar de tu familia, de quién eres en verdad.

Imagino que el dolor que le cause, es semejante a este que siento, que me sacaron un pedazo de mí al ver irse a Cass. Porque no es lo mismo saber que se iba, a verla. Hace que a diferencia de si lo hubiera leído o me lo hubieran contado, sea más vivido y real.

Aún recuerdo el rostro lloroso de Zoé en mi espejo retrovisor. La horrible sensación de saber que deberías quedarte, y a la vez necesitar marcharte. Supongo que si le hubiera dicho que lo hice por amor no me creería. Me fui porque amo a Roxi con mi alma, y no me iba permitir perderla por segunda vez. Pero también fue un acto de amor no permitir que me acompañara. Esta ciudad es tóxica e hiriente. Cambia a las mejores personas.

Y cuando no logra cambiarte, te destruye.

Ya me duelen las piernas de la larga caminata, necesito reposar un momento en uno de los bancos de la plaza. Veo a lo lejos a otro hombre sentado en una banca frente a la fuente de agua. No sé si será un vagabundo o alguien que también necesito un tiempo a solas a las 7 de la mañana.

Me molesta saber que mentí. El rostro de frustración e ira de Roxi aún sigue presente en mi mente. Pero creo que fue devastador cuando le dije que no merecía ser amado. Por un instante pareció que su dolor se reemplazaba por algo peor. "No dejes que esto te apague el corazón" sus palabras vienen a mí, con su voz dulce y comprensiva. Tal vez tiene razón.

La escasa luz que compartimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora