Aroma a cerezas

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Capítulo seis

Caminamos a paso lento por las calles de esta tranquila ciudad ¿o pueblo? Es raro llamar ciudad a un lugar sin ningún edificio. Observamos los distintos locales de comida y ropa, me llama la atención como algunas tiendas todavía no actualizan con las nuevas temporadas. Muchos colores de temporadas pasadas, ninguna actual. Jamás lo menciono, menos cuando Roxi señala emocionada distintos conjuntos que ve perfectos para mi. Si llego a decir algo podría romper su entusiasmo, o peor, me va a llamar chica de ciudad.

El aire frío ha descendido bastante, los escasos rayos del sol empiezan a crear una brisa tibia. Aun así cada tanto me froto los brazos para entrar calor. Roxana no mentía con que ahora su celular no paraba de sonar. El mío en cambio está por primera vez en mucho tiempo en completo silencio. Ella los ignora todo de manera olímpica, distrayéndose con pequeñas cosas como las hojas naranjas en la acera o las ofertas en la vidriera.

– ¿Qué te parece si para conocernos nos hacemos preguntas?

Su voz suave me toma por sorpresa. Descarto mis pensamientos de ¿qué tan buena idea sería comprarme un par de botas en rebaja? Para en su lugar prestarle atención. Ella me observa nerviosa con esa mirada tan chispeante que parece poseer.

   – No veo por qué no, ¿color favorito?

Hacer esa pregunta me hizo sentir como estar de nuevo en  primaria. Roxi sonríe triunfante y se engancha a mi brazo emocionada.

   – Verde, sin dudas, ¿comida favorita?
   – Hamburguesas, bien grasosas ¿Edad?
   – Tengo 21, cumplo los 22 en cinco meses, digo por si quieres ir ahorrando.

Ella se sonrió ante su propia broma. Yo en cambio me quedé pensando en esa distancia de tiempo ¿Estaría de verdad tanto tiempo en esta ciudad? No me molesta la idea, no cuando al parecer acabo de encontrar a alguien que podía considerar amiga.

– ¿Sugerencias de regalos?
– Chocolates, si me das una caja de ellos me podría casar con vos ¿Tú regalo ideal?
– Música -Roxi enarcó la ceja-. Por ejemplo, dedicarme una canción o todo una playlist.
– ¿Nunca te dedicaron una canción?
– No. El día que lo hagan no solo le voy a proponer casamiento, soy capaz de decir, "Te amo".
– Creo que te regalaré un peluche de esos que vienen con musiquita.

Esta vez no pude evitar la risa ante su ocurrencia, reconozco que es una idea original y es algo que me gustaría. Roxana luce satisfecha por lograr robarme una risa. Hasta el momento es la tercera vez que me agarra desprevenida con alguna de sus bromas sorpresivas. Tal vez es su súper poder, sacar chispas incluso en madera húmeda.

– Entonces, ¿cuál es tu edad?
– Tengo 23, los cumplí el mes pasado.

Me gusta esta sensación de comodidad que tengo a su lado. Crea un ambiente de confianza, es sencillo ser sincera con mis respuestas.

– ¡Vamos! Dime el número, no puedes darme información incompleta -hace un puchero con sus labios para suplicar.
– Está bien, tú ganas, el siete de abril ¿Contenta?

La tranquilidad de su compañía se empaña por un momento por la presencia de un viejo recuerdo. Fantasmas de personas que no están. De repente me siento expuesta al darle tanta información sobre mi.

– Por supuesto, espera, déjame pensar -se detuvo un momento para hacer cuentas con sus dedos- ¿Eres aries?
– Si, aunque las cuentas no eran necesarias, te lo habría dicho ¿Crees en el horóscopo?
– No, no creo en nada ni nadie, pero tengo una enorme base de datos inútiles que me gusta utilizar -sonríe con picardía mientras me guiña un ojo.

Frena el paso frente a un local de comida bastante viejo. Lo delatan sus recientes renovaciones en los carteles y arreglos en la fachada. En el aire aún se percibe el olor a pintura, eso significa que han pintado recientemente.

La escasa luz que compartimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora