Inframundo

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Fernanda.
Estoy algo dudosa en si tocar el timbre o no. Justo ahora estoy en la entrada de un castillo, es enorme dure fácil 15 minutos para atravesar su patio de enfrente hasta la puerta. La fachada es un simple color gris y tiene varias estatuas en la entrada. Respiro y luego toco la gran puerta de madera oscuro qué hay enfrente. No pasa más de medio minuto cuando alguien abre la puerta.
-Buenos días joven en que puedo ayudarla.
-Buenos días el señor Salvatierra me cito aquí esta mañana...
Se podía observar un hombre que ya pasaba los 50 años, con un traje negro y una corbata creo que sería el mayordomo o algo así, su cabello es gris y lleva un bijote del mismo tono.
-Sea más específica aquí hay tres señores Salvatierra...
-El joven Alexis?
-Me lo pregunta?
-No, no, el señor Alexis...
me miro y luego me observo de pies a cabeza. Me hizo sentir incómoda, de haber sabido que sería en su casa y no un lugar de entrenamiento habría traído ropas más lindas, y no algo cómodo... El mayordomo me hizo un gesto para que pasara y me indicó que esperara en la sala justo en la entrada. El lugar es hermoso, hay pinturas que no creo haber visto en otro lugar y los muebles oscuros hacen una combinación exquisita con ellos... creo que debería dejar de juntarme con nobles ya incluso pienso como ellos. Suspiro y me siento en el sillón individual que está ahí.

Ya pasó 1 hora desde que estoy aquí y no ha pasado nada, creo que entiendo lo que quieren dar a entender. Me levanto y me dirijo a la entrada la cual conozco su camino. Abro la puerta y me topo con alguien en la entrada. Una hermosa señora que pasaba  los 30 años esta ahí. Tiene el cabello negro oscuro muy lacio y el cual lleva adornado con un sombrero violeta con flores rosas, su cuerpo es pequeño y en él lleva un vestido del mismo color que el sombrero, sus manos están enguantadas pero se alcanza a ver qué su piel es de un color blanca como él mismo tono de César. Sin embargo lo que más impresiona son su enormes ojos de un rojo sobrio igual a cualquier rubí...
-No sabía que habíamos cambiado de ama de llaves, ¿Pero no eres muy pequeña para el puesto?
-No en realidad yo.... Mmm fui citada aquí pero ya terminé mis asuntos así qué pasó a irme.
-Tan temprano? Oh espera ya se, creo que Max te menciono en alguna de sus cartas. Tu debes de ser la candidata de Alexis no es así?
Como es que puede atar cabos de manera tan rápida, no se quien es pero algo me dice que no es una persona ordinaria.
-Si... así es....
-Madre ya baje y le di a Fred todo tu equipaje, estás lista para ir a... ¿Que haces aquí?
Lo que me faltaba el inútil de César está aquí. Espera un momento le dijo madre? Esta señora tan fina y encantadora es madre del mismísimo satanas?
-Así que se conocen porque no vamos todos adentro y tomamos algo de té en el patio trasero. La verdad vengo muerta del viaje y un té con dos buenas compañías me harán perfecto.
Los dos solo acentimos y con gran entusiasmo la señora indicó al mayordomo que me atendió hace un momento que estaríamos en el patio y que le llevaran tres tes a esa área.

Acabamos de llegar al patio trasero si creía que el de enfrente era grande me equivoqué este era más aparte tenía varios caminos que conectaban con pequeñas cabañas y un establo además que el bosque también era parte de esta. Nos sentamos en una mesa casi a la entrada.
-Olvide presentarme yo soy Nadia de Salvatierra un gusto.
-Fernanda Montés lo mismo digo.
-Valla valla así que sabes presentarte, estas más evolucionado de lo que creí.
-César no digas eso. Si no me equivoco estás aquí para entrenar para la siguiente etapa no es así, por qué no vas con César aunque no parezca es bueno con la espada y es muy temprano para que tu entrenamiento haya terminado.
-Pero madre acabas de llegar no puedo irme...
-Hijo solo vine aquí por que quería verte en el torneo, si no sabes qué no hubiera salido de la capital así qué has tú mejor esfuerzo...
-Como desees madre.
César se paró y le dio un beso en la mejilla a su madre para luego susurrarle algo. Me indicó que lo siguiera y eso hice.

Los pasillos eran algo oscuros ya que cada vez que nos metíamos más menos ventanas había incluso llegó a un punto donde tenían antorchas ensendidas cuando era de mañana. Llegamos a una puerta el doble de gruesa que la de la entrada, es color café oscura y tiene un emblema de dos espadas cruzadas con un fénix.
-Deberías cerrar la boca, se te meterán insectos.
-Es solo que es... hermosa.
-Yo también pienso lo mismo, aunque ahora nos hacen ser como las demas casas que solo llevan una espada.
-¿Por que?
-Por que solo la casa del rey puede tener más de una espada...
empuja la pesada puerta y la hace ver como si nada. El piso esta cubierto de una fina alfombra rojo vino y no hay nada de ventanas, solo unas antorchas que iluminan el lugar dejando algunos huecos a oscuras. Del lado izquierdo hay armaduras de diferentes tipos, grandes, pequeñas, extrabagantes y sencillas, del lado derecho un estante con todo tipo de armas desde arcos hasta espadas de madera. En las paredes habían dianas pintadas las cuales ya se miraban muy desgastadas. Bajamos por los pequeños escalones hasta llegar al centro del salón.
-Comienza tu entrada al verdadero infierno. ¿Estás dispuesta a pagar el precio?
Cuando dice eso me voltea a ver con esos ojos azul cielo que entre la oscuridad resplandecen como dos joyas de agua... asiento ligeramente y el solo ríe. Camina por el lado derecho hasta tomar una espada pequeña de madera y luego me la extiende.
-Entonces no hay vuelta atrás.

Genoa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora