La penúltima pelea está en sus últimos momentos. Desde hace rato me baje a la zona para entrar a la arena diría por que quería concentrarme pero la verdad es que quería alejarme del silencio incómodo. Tomo la espada y me la pongo con un cinto también negro en la cintura. Mis nervios están a flor de piel incluso me están dando ganas de vomitar que asco.
-Señorita está lista ya es hora de que entre.
Asiento con la cabeza creo que si hablo se saldrá todo... camino despacio y el sol de medio día encandila mi vista por segundos fugaces. El lugar es más enorme desde abajo incluso algo intimidante tal vez esa sea la razón por que se batallan así, quien sabe. Una cilueta alta se empieza hacer más clara a medida que se va acercando. Mis ojos no me están engañando? Puedo ver como César se acerca hasta estar a una distancia considerable de mi. Lleva su pelo más alborotado que de costumbre haciendo unos leves rizos en ellos, su traje color rojo oscuro casi vino y su pantalón negro llaman mucho la atención, en su cintura lleva una espada normal como con las que practicamos aquel día.
-Prometo no ser tan malo.
-Entonces no serías tú.
Suelta una leve risa y yo también con el. Creo qué hay algo divertido por fin. Nos indican que empecemos y César sin más hace un movimiento tan rápido que casi no alcanzo a desenvainar y cubrir.
-¡Acaso estás loco!
-Lo dice la persona que aceptó un trato solo por poder.
-No sé de qué hablas.
Me agacho y tomo su brazo para un lado para desequilibrarlo. Y ponerme en una posición más fácil de defender.
-Acaso no recuerdas lo que le prometiste a Alexis?... el que no sepas me cabrea más.
Hace una ligera finta muy parecida a la que hace Alexis pero esta vez no pude cubrirme y me tiro. Como un poco te tierra, mis sentidos están algo dormidos pero logro pararme con lo que puedo. Me pongo en guardia y sus ojos azules no hay ni una pizca de piedad en ellos. Esta va en serio...
la pelea se prolonga demasiado ya mis brazos se sienten entumidos e incluso mi único punto bueno de agilidad se perdió hace mucho, él parece tan fresco y como si nada, claramente esto no es nada para el. Toda la batalla la a dominado el, arrinconándome y haciéndome ver mi suerte más de una vez, mis jadeos ya no soy capas de ocultarlos incluso mi hermoso traje está todo hecho girones. Hace un movimiento con su espada yo intento esquivarlo tirando mi cuerpo para atrás. Por el peso no pude evitar caerme. Algo me arde en la cara, la toco y puedo ver algo de color rojo que sale de la herida.
-Escucha podemos hacer esto de forma civilizada. De seguro solo querías pasar el tiempo. tú, eres como yo, no nos importa más que los desafíos y tú ya lo conseguiste una plebeya nunca podrá obtener nada más aya y menos la hija de una caída...
La cólera empezó a subir por mis mejillas, creo que nunca había estado tan enojada. Una cosa es meterse con mi familia y eso no se lo permitiré a nadie.
-Repite... repite lo que has dicho...
-Hija de una caída.
Tome toda la fuerza que me quedaba, me levante y lo mire fijamente. Corrí lo más rápido acercándome el dio un giro con su espada para bloquearme, atravesé mi brazo libre para bloquear su ataque y luego tiré con mi espada a su muñeca lo que hice que la soltara para después darle una patada, lo que lo hizo tambalear y alejarse. Hubo un minuto de silencio que se rompió cuando se calló la espada, haciendo un ruido estruendoso. Podía mirar los ojos azules de César con sorpresa y preocupación, mientras que los gritos de alegria sonaron. Voltee para arriba y el padre de Alexis estaba de pie y camina para enfrente llegando a la orilla de su lugar.
-Yo te escojo a ti ganadora del diesavo combate para ser mi ahijada y que el fénix nos envuelva en sus llamas...
me siento algo cansada asi que me quedo sin decir nada. Mis pensamientos se empiezan a marear y mis manos a temblar, después de unos segundo solo mire todo negro...
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Genoa
Acak¿Donde estoy? ¿Que es este lugar? Estaba relajada intentando dormir y de pronto estoy en un lugar que es igual pero a la vez no... de tener internet y poderme comunicar al instante ahora solo puedo mandar cartas si bien me va. Todo gracias a ese "De...