Sabanas ebrias

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-César por que le temes a la oscuridad.
-A que te refieres?
-La primera noche que pase en la capital, tenías cara de susto o algo así. No entiendo muy bien lo qué pasó pero... siento que no es nada bueno.
-Los Salvatierra siempre han tenido el poder del sol, el fuego y la luz combinada. Cuando era niño Alexis siempre estaba superándome e incluso era mucho mejor que yo en todo lo de la Luz yo intenté hacer lo mismo pero mi poder no es igual al de él o mi padre. La familia real es protectora de la oscuridad, de hecho se dice que vienen de un demonio por eso sus ojos rojos, cuando un príncipe o princesa deja de serlo le quitan sus poderes con un ritual que ni si quiera yo conozco solo el emperador y quien lo tuvo. Todo esto es para que el poder de la oscuridad no se esparza ya que es algo muy difícil de controlar.
-Pero...
-Si. Yo parezco la excepción. Cuando tenia 5 años me secuestraron y encerraron en una bodega muy oscura sin ventana y peor aún siempre tenía los ojos vendados por lo qué todo solo era oscuridad y más oscuridad ahí fue cuando empecé a temerle. Y también fue cuando mis poderes oscuros despertaron, pero, el poder oscuro solo puede ser dominado por aquellas almas que no tengan dudas en su corazón ya que estas se apoderan de ella.
-Esa Noche tú estabas peleando.
-Si, todos los días de Luna llena mi poder se desborda e intenta consumirme pero por alguna razón cuando tú apareciste solo se fue sin más solamente desapareció como si te temiera.
-Acaso me dices fea?
El solo suelta una risa y mira sus manos.
-¿Crees que soy un demonio?
-Mm tal vez. Pero tú puedes decidir de qué clase.
-¿Que?
-Si, yo creo qué hay dos tipos los que cometen acciones malas por qué quieren y los que no pidieron serlo y viven tranquilamente.
-Como estás segura si nunca has visto alguno.
-Te equívocas. Todos nosotros somos demonios.
Le guiño el ojo y el solo empieza a reír peinando su pelo alborotado para atrás. Toma algo que está alado de él. Una botella de vino ¿En serio traía eso con el?
-Yo no gracias.
-Sabes los dos pasamos por malas cosas esta noche. Esto nos ayudará.
Le sonrió y tomo la botella para dar el primer sorbo. Algo caliente pasa por mi garganta dejando un saber a uva dulce a su paso, dios es asombroso.
-Salud por los demonios mascota.

Alexis.
Ya han pasado mucho rato, me dijeron que los vieron en el jardín hablando así que confié en que estarían bien. Pero ya son casi las 4 de la mañana y aún no llegan. Escucho la llegada del carruaje y me paro rápido hasta la entrada cuanto pueden tardar del palacio a la casa. Los dos entran abrazados como si se sostuvieran entre sí además de tener las mejillas rosadas y un olor a alcohol que se siente hasta el otro lado de la casa y lo más preocupante, ¿Como diablos terminaron con ropa de plebeyos si llevaban otra cosa?
-César por que llegan asta esta hora.
-Yo... ¿Por que llegamos hasta esta hora?
-Por que fuimos al bar recuerda hay que volverlo hacer fue muy divertido. Miraste a ese hombre con el vestido era asombroso.
-Si pero no cuando se te quiere lanzar.
Los dos rieron tan torpemente. No pueden ni estar bien en pie están todos tambaleantes.
-¿Y sus ropas?
-Hermano haces muchas preguntas no lo sé, no lo sé.
-Ya tengo sueño, César vamos a mi cuarto.
-Como digas.
-¡No! Tú vete a tu cuarto y déjame llevar a Fer a su cuarto.
-No quiero, quiero estar con mi Sar no contigo.
-No es pregunta. Y qué diablos es Sar.
-Es el apodo que nos pusimos hermano el de ella es Anda
Que estupidez más grande está pasando tomo de la cintura y la levanto poniéndola en mis hombros mientras César solo gira la cabeza y se despide con la mano. Ella empieza a patalear y gritar. Llego a su cuarto y la meto a la cama pero como niña pequeña se intenta levantar así que la tomo y le pongo las cobijas encima, ella empieza a forcejear así que no me queda más remedio que usar mi peso. Me pongo encima de ella haciendo fuerza en la cobija para que no la pueda mover.
-¿Que diablos té pasa? En serio te pusiste así de alcoholizada y que es eso de mi Sar.
Sus ojos empiezan a cristalizarse si, parece niña pequeña en estos momentos.
-Te odio... yo yo te amo como nunca nadie pero... pero, me engañaste y tienes una prometida en eso que me convierte ¿La amante?
Lagrimas empiezan a caer de sus ojos. Siempre e visto a mujeres llorar es normal para mi pero por qué ahora siento como si mi corazón se sintiera pesado y roto al ver su expresión.
-Melany y yo estamos comprometidos desde que nos conocemos pero no por voluntad.
-¡No mientas! Puedo ver como ella te mira con amor y como la tratas a ella... a ella no te da pena hablarle y no te importa como te mire la gente...
-Yo...
-¡Déjame sola!
Quería decir algo pero puede ver sus ojos tornándose dorados como aquella vez en el combate. La tomo de la barbilla aunque ella desvía la mirada.
-Escucha muy bien esto por qué nunca lo había dicho. Yo también te amo, aunque ahora mismo no entiendo lo que significan esas palabras por lo que no puedo darte lo que mereces y mucho menos corres....
miro como se queda dormida, qué diablos abrí mi corazón a ella y solo se queda dormida. Esto me pasa por hablar de cosas importantes con una persona borracha. Me levanto de la cama y la termino de a cobijar. No sin antes besar sus labios rosados. No sé hasta cuando podré hacerlo otra vez. Mi querida niña.

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