Primer dia del caos

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Fernanda.
No puedo creer lo qué pasó. Mi corazón no deja de dar vueltas y mi mente no deja de pensar en el beso o mejor dicho en el. Siendo sincera desde que lo conocí creía que era muy apuesto, sus ojos me llamaron y su forma del rostro que parece tallada por Los Ángeles, incluso su cuerpo está marcado me imagino por todo él ejercicio y además su enorme amabilidad ¿Hay algo que no tenga este hombre? Sacudo mi cabeza para tirar los pensamientos sucios que vienen a ella. Tengo que concentrarme hoy es un día importante.
-Ya casi llegamos deja de hacer eso o pensarán que eres más rara de lo normal.
Había olvidado que estoy en el carruaje con César. A pesar de lo qué pasó ayer parece normal bueno dentro de lo que él cabe ser normal. Tiene esa cara neutral y de desinterés como siempre. Ahora que lo pienso César también es bastante lindo, tiene la cara muy bien definida y por su color de piel tan blanca pareciera como si fuera muy delicado, incluso podría pasar como una bella mujer si se lo propusiera, solo le pones un vestido y le agregas unas extensiones.
-Que te pasa se que soy hermoso pero si me sigues viendo así me quitarás más años de vida.
Ruedo los ojos miro por la ventana. Puedo mirar como unas rejas grandes con las letras E y C entrelazadas con espinas. La verdad estoy algo emocionada. El carruaje se para en la entrada de la escuela. Todo es color blanco muy elegante y muchas personas con rasgos diversos aparecen de todos lados. Estoy muy emocionada.
-Tú irás al ala este y yo al oeste. Trata de no meterte en problemas quieres...
miro como César entra y toma su rumbo mientras yo hago lo mismo. El edificio es tan grande sus paredes con demasiado altas. Llego a mi salón si no me equivoco este debe de ser el de la puerta roja. Habrá cuidadomante y miro como todos se me quedan viendo. La mayoría son hombres y mujeres son muy pocas, parece que aquí también existe la desigualdad. Entro y tomo asiento en un lugar libre cercas a la ventana. Dejo mis cosas en el piso y miro para afuera con desinterés. En la novelas que leí de niña eso hacían las protagonistas femeninas y les funcionaba. Al poco tiempo alguien me toca la espalda atrás de mi. Un chico con cabello blanco rosado despeinado con ojos cafés me sonríe tímidamente a lo que yo le sigo el rollo.
-Yo soy Albert Santorini mucho... mucho gusto. Me extiende la mano y yo se la tomo.
-Yo soy Fernanda Montés.
Valla sus manos son tan delicadas parece un mujer. Ahora que lo veo mejor es mucho más bajo que yo e incluso tiene una complexión mejor que una. Olviden a César él se vería más creíble de mujer. Sus ojos solo van de un lado a otro temblorosos creo que está muy nervioso.
-Parece que no estás cómodo aquí.
-La verdad no. Todos los que están aquí son personas muy talentosas y me siento algo nervioso.
-¿Como lo sabes?
-¿QUE? Como puedes estar aquí y no saberlo. Espera si no lo sabes entonces tú debes ser la estudiante apadrinada. Es asombroso nunca creí que estaríamos en la misma clase.
-Solo trata de no decirlo mucho es algo vergonzoso jaja
-¡Claro! Confía en mi lo mantendré en secreto.
-Y que es lo que no se? Me dejaste con la duda.
-Bueno todos aquí hicimos muchas pruebas así como tú. Por lo tanto sola lo mejor de lo mejor está aquí.
-Entonces como pasaste tu?
-Haaa que cruel eres... pero hasta cierto punto se debe a mi color de cabello. Todos venimos de linajes antiguos y mi familia han sido grandes investigadores y médicos el poder de mi familia es el de las hierbas. Es por eso que nunca dejarían afuera a alguien de los Santorini. Por qué nos necesitan.
Siento algo de nostalgia y tristeza en su voz.
-No creo que sea eso. Deberías tener más confianza en ti y sea como sea que hayas entrado solo queda lo que tú harás a partir de ahora eso lo puedes controlar tú.
Me mira con los ojos muy abiertos y luego sonríe. Es como si fuera un cachorrillo moviendo la cola. El profesor entró y las clases comenzaron.

-Nos vemos mañana Srt. Montés
-Claro Sir Santorini, nos vemos.
Me alejo de Albert con quien termine pasando la mayoría del día de hoy. La verdad las clases eran muy básicas solo nos dieron como una tipo inducción nos dieron un recorrido y otro uniforme que tendremos que traer mañana. Miro como alguien me espera abajo del carruaje.
-Creí que ya te habrías ido
-Bueno quise hacerlo pero el jinete no me dejó. Dijo que solo podía irse contigo también.
Nos subimos al carruaje y este empezó a avanzar. Hoy fue de los días más fáciles que ocurrió desde que llegué.

Genoa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora