No entiendo que le pasa. Llevamos rato desde que salimos de esa zona de la ciudad pero ella no dice nada. Solo me aprieta muy fuerte la cintura mientras mira para otro lado sin ánimos como si sus fuerzas las hubieran robado. El caballo va más despacio de lo normal y es entendible, después de todo lo hice correr a gran velocidad de punta a punta. Llegamos a una gran parcela, el sol está en el alba y mi caballo está ya muy agotado. Lo detengo y me bajo para después tomar de la cintura a mi chica y bajarla con cuidado. Se sorprende dejando sus ojos muy abiertos por qué nos paramos de pronto. Ya en el piso sigo sosteniéndola de la cintura y ella me mira con ojos neutros es la primera vez desde que la conozco que no puedo leer sus ojos.
-Este es el momento donde tú dices una estupidez.
Ella sigue mirándome sin decir nada. No sé qué hacer.
-¿Que pasó?
-No lo sé...
-De que hablas. Puedes decirme lo que sea.
Puedo ver como las palabras batallan para salir de su boca. Está apunto de quebrarse. La atraigo contra mi cuerpo y no la suelto, siento como sus lagrimas mojan mi traje. Pero no me importa. Nunca hubiera aceptado que alguien me manchara o me tocara sin consentimiento pero siento que esta vez es diferente. Ella intenta alejarse pero yo me niego por lo que solo se separa por centímetros.
-Yo... creo que lastime a César. Le dije cosas horribles, incluso lo golpeé y salí corriendo por miedo. Entonces me encontraron unos bandidos y me tiraron al suelo ensuciando la ropa de la duquesa. César llegó y me protegió pero sé que le dije algo que no debí hacerlo...
Cierra sus ojos cafés para luego continuar llorando. Las seco con mi mano y luego le doy un beso en la frente. Con eso ella deja de llorar y me mira sorprendida.
-Escucha, sea lo que sea, César se molesta con mucha facilidad y estoy segura que lo que dijiste no fue con mala intención.
Se seca el rastro de lágrimas con las manos como si fueran una niña pequeña. Dios como me encanta esta niña.
-Sabes ya puedes soltarme.
-Dame unos segundos más.
Sus mejillas se empiezan a sonrojar incluso sus orejas cambian a rojizo. Es tan tierna. No puedo evitar soltar una carcajada y ella me mira molesta. Me subo al caballo y le pido la mano.
-Nos vamos?
Asiente y sus ojos cafés vuelven a la vida, es como si volvieran hacer como antes. Hago un tirón y el caballo empieza a correr. No contaba con que en esos minutos descansaría también, no por nada mi padre los adora a estos niños. Escucho un grito ahogado en la parte de atrás de mi y siento como sus manos y cuerpo se apegan mas a mi. No sé cuánto tiempo más podré contenerme.En toda la noche no pude dormir, mis ojos están tan pesados. No pude evitar recordar una y otra vez su cara, sus labios y su cuerpo pegado al mío, es como si la deseara pero que me pasa es mi hermana. Me recuesto humeante y escucho que alguien toca la puerta.
-Adelante...
parece que no entran, ruedo los ojos y me paro para abrir la puerta.
-Fred por que no solo pasast...
miro como Fer me mira con ojos muy abiertos y luego pone las manos en la cara.
-¡No he visto nada!
Casi lo olvidaba solo llevo un ligero pantalón, bueno me acabo de levantar no es como si durmiera en traje. La observa y aprovechó que tiene los ojos tapados para ver mejor. Lleva puesto un pantalón negro entallado que deja ver las perfectas curvas de su trasero y muslos. Su camisa es blanca de botones con el sello de la escuela en ella. No sé si es por el vestido o esa camisa la hace ver con más busto de lo normal. Dios por qué tiene que venir justo ahora, ¿Que te he hecho?
-Vamos pasa.
Me doy la vuelta y ella entra mirando para el otro lado ¿Nunca había visto a un hombre sin camisa? Me siento en el sofá y ella solo se queda parada enfrente de mi. El sonido del cierre de la puerta se escucha rompiendo el silencio.
-Nunca habías visto a un hombre sin camisa.
-Mm no...
-Que ibas a decirme?
- Solo agradecerte por lo de ayer se que no tenías por qué pero de todos modos lo hiciste.
Ya no lo aguanto más. Me levanto y la tomo del brazo pegándola a mi. Y le planto un beso, al principio se rehusa pero luego sigue presionándolos igual que yo. Mi lengua juega un dulce baile con la suya, no lo puedo evitar así que la toma de la cintura y la levanto para que sus piernas se abracen a mi torso pero es algo tonta y lo hace con miedo. Pongo mis manos en su trasero y se siente como su cuerpo recorre un escalofrío. Es tan linda. Le doy la vuelta y la llevo hasta mi cama para dejarla delicadamente. Nos despegamos y puedo ver como sus mejillas sonrojadas hacen una mueca de aprecio y algo de nervios. No puedo evitar reírme.
-De que te ríes?
-Solo que no sabes lo linda e indefensa te miras en este momento.
Su expresión cambia a una molesta y me empuja hacia atrás.
-Tonto.
Se abrocha la camisa la cual deja ver algo demasiada parte de sus pechos.
-No deberías irte así y sobre todo tienes prohibido dejar que algún hombre se acerque a ti, tienen que estar a más de 5 metros de distancia.
-Y si me niego?
Busco en mi armario y le lanzo a la cabeza un suéter que tengo de mi tiempo ahí en la sumisión. Ella lo toma y lo mira con desdén.
-Estás loco.
-si no lo haces entonces iré contigo y te seguiré todo el día ¿Que prefieres?
Voltea los ojos y se lo pone. La diferencia de estaturas hace que le quede más grande cubriendo hasta abajo de su trasero. Perfecto.
-Bien ahora si estás lista.
Me voltea y sé dirige a la salida pero la tomo del brazo y le planto un beso corto.
-te ibas sin despedirte? Eso no es muy bueno.
Ella sonríe y me da uno en la mejilla. Para después desvanecerse en los pasillos.
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Genoa
Random¿Donde estoy? ¿Que es este lugar? Estaba relajada intentando dormir y de pronto estoy en un lugar que es igual pero a la vez no... de tener internet y poderme comunicar al instante ahora solo puedo mandar cartas si bien me va. Todo gracias a ese "De...