La mansion oscura

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Duramos dos días en llegar hasta acá. El camino fue algo serio aunque Alexis me hacía observaciones a los lugares que pasábamos y cuando paramos a comer me explico mucho sobre las flores. A decir verdad era como mi folleto de viaje andante. Y César bueno las pocas veces que nos vimos ni si quiera me volteo a ver solo estaba con esa cara calmada y seria de siempre. Ahora estoy afuera de una mansión enorme. Fácilmente es de tres pisos pero su extensión territorial es algo amplía. La fachada es color negra mate algo sombría y la puerta es de color café pesada. El mayordomo que vino con nosotros habré las puertas y todos entramos. En todos lados se puede ver pinturas de personas parecieran algo viejas. Hay también muchas de paisajes y algunas diferentes del fénix, su representación y todo eso. El mayordomo me hace una seña para que lo siga y valla con el. Subimos las escaleras que están enfrente y me lleva hasta un dormitorio. Habré la puerta y deja mis maletas en la entrada.
-Este será su alcoba. Siéntase cómoda aquí.
El mayordomo estaba apunto de irse pero lo detuve tocándole el hombro.
-Dígame?
-siento que tuvimos un mal encontró así que por favor déjeme presentarme. Yo soy Fernanda Montés y usted?
-señorita no es necesario presentarse. Se quien es y también se mi lugar.
-Se equivoca, yo soy solo una invitada así que no es necesario que me trate bien si no quiere al final es una persona.
-Me presentaré si es lo que desea pero si es sobre lo otro tendré que negarme. No sería un mayordomo competente si no tuviera un temperamento controlado. Mi nombre es Fred Crispan mi familia a servido a los Salvatierra por décadas y espero que mis hijos hagan los mismos.
-Bueno al menos ya nos conocemos.
Él sonríe ligeramente y luego se retira vacilante. Termino de meter las maletas al que será mi cuarto por un rato. El lugar es hermoso. Los colores son claros entre rosa pastel y azul cielo. Los muebles con pesados de un color café mármol muy espeso. Termino de guardar mi ropa en los muro y me dirijo al baño a descansar. A decir verdad el viaje es muy cansado y algo fastidioso. Tomo un camisón y me dispongo a tomar esa deseosa ducha. Cuando salgo aún con el cabello mojado miro la cama la cual se mira muy fina. Vamos a comprobar su comodidad. Me aviento en ella y Dios mío es como si durmiera en las mismas nubes es algo fantástico. Mis ojos empezaron a caer en los brazos de Morfeo.

Me levanto casi de un susto. Miro a mi alrededor y el sol ya se ha ido para dejar solamente a la luna con su brillo resplandeciente. Mi estómago empieza sonar muy fuerte así que solo tomo una ligera abrazadera para dormir y salgo de mi cuarto. Bajo las escaleras con mucho cuidado ya que solo las luces de las velas con las que alumbran el hogar. Demonios no se donde queda la cocina, miro a todos lados y me dispongo a explorar un poco. Camino hasta llegar aún largo pasillo puedo ver varios retratos de hombres cada uno de ellos lleva ojos azul cielo y ropas muy finos. Todos llevan el colgante de un fénix en ella con un rubí rojo. Hasta el final se mira la foto del que es el duque actual solo que unos cuantos años más joven. Lleva el cabello más largo sujeto con un listón blanco y la misma sonrisa que Alexis tiene. Me pregunto si César sonriera, tendría el mismo encanto que el de ellos... escucho un sonido estruendoso al otro lado de la habitación de alado. Los sonidos se hacen más fuertes cada vez. Abro las puertas y puedo ver a César arrodillado ante una enorme ventana con las manos en la cabeza como si estuviera desesperado, mientras que unas extrañas sombras oscuras lo abrazan como si quisieran devorarlo. Corro hasta a él y lo sacudo con fuerza para que reaccione.
-¡César! Qué pasa... Reacciona por favor...
me mira con los ojos azul cielo muy abiertos y en ellos puedo notar algo de temor y sorpresa. La oscuridad empieza a desaparecer. No. En realidad es como si se escondiera adentro del cuerpo de César. Unos segundo después los ojos de él volvieron hacer los mismos sin emociones más que el desprecio.
-Que haces aquí?
Se para y con él también lo hago yo.
-Buscaba la cocina...
-Me ves acaso con un sartén?
-No... es solo que me perdí y no se donde estoy.
-Segura que es eso?
-De que hablas?
Se acerca pegándome contra una pared que estaba cercas. Toma con su mano el nudo de mi bata y la jala. Sus ojos empiezan a observarme de pies a cabeza.
-No está nada mal. Pero si quieres seducirme deberías llevar algo más revelador no crees?
-Estás loco...
-Niégame que no fue aburrido estar solo con Alexis. Es lindo pero sabemos que es alguien rutinario, sin chiste.
-No. no lo es.
Se acerca tomándome de la cintura y apegándome mas a él. Nos miramos por unos minutos desafiándonos se acerca y yo cierro los ojos Dios mío estoy temblando del miedo.
-Lo siento.
Se aleja y se empieza a ir. Se queda quieto por unos segundo y luego se voltea.
-Por cierto prefiero la ropa interior negra que la blanca.
Tomo mi bata y trato de esconderme en ella es un Imbecil. El solo sonríe pero no de la misma forma que su familia, la de él es traviesa, como si el hijo de satan se tratara. De pronto se borra en la oscuridad sin dejar rastro de ello. Después de él yo salí triste y derrotada por qué no había encontrado mi comida. Algo puede salir peor esta noche? De pronto miro una sombra blanca y mis pelos se ponen de punta ¡Un fantasma! No puedo evitar gritar por el miedo mientras corro. Me equivoqué si puede ser peor.

Genoa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora