Quizás no cambió por absoluto los desastrosos finales que se agolpaban en su mente cada vez que estaba a solas, pero Sam estaba un poco más tranquilo ahora que su madre se había disculpado. Mary seguía pensando opuesto a su hijo, pero eso no la detendría para seguir siendo su apoyo si se equivocaba y las cosas iban mal, o por el contrario la vida le sonreía. Era una pequeña redención para Cas haber arreglado aquello, por lo pasado y por lo futuro.
Mantendría su idea de que las cosas estaban en una balanza, en la que ni Sam ni él tenían control. La catástrofe o el bienestar absoluto. De un paso podías caer en uno o el otro.
Más allá de eso, el castaño era un constante insistente de que apostaría a la más mínima posibilidad de un perfecto futuro, y eso era algo hermoso de apreciar en el brillo de sus ojos. Estaba tan ilusionado con él como un niño y Castiel no podría hacerlo cambiar de opinión.
Compartir el desayuno por la mañana era una costumbre ahora, costumbre que no esperaba a Dean y Jack.
- ¿Encontraste algo? – Interrogó Cas, tratando de encontrar el premio en los cereales del nephilim.
- Algo que podría ser un caso, pero no estoy seguro. – Dudo Sam, buscando más información sobre esa noticia en su Tablet.
No era nuevo que se sentaran juntos, desde siempre fue una costumbre que apenas habían notado. Sin embargo, lo nuevo eran sus hombros y codos estando pegados completamente, sin molestarles a ninguno de los dos. Quizás se sentaban demasiado cerca para un par de amigos común, pero era instintivo ahora.
Dean, Sam y Cas tomarían este caso, por mucho que le molestará usar la corbata tan ajustada. Tomó su lugar en el asiento trasero, con la tranquilidad de haber advertido a Jack de no abrir el bunker por nada del mundo, como siempre lo hacía.
Era un caso sencillo en general. Entrevistaban a un sujeto implicado cuando Cas sintió el brazo de Sam rodearle la cintura por detrás. No era un gesto que buscara una respuesta por parte del otro. Era similar a poner la mano sobre su hombro, solo que con más confianza que algo así.
No le molestaba eso, más bien se sentía como una muestra de afecto, o de que Sam, en medio de su trabajo, aún estaba consciente de su cercanía y solo quería más de eso. Aunque, a decir verdad, ya no pudo concentrarse en lo que el sujeto decía.
Por la noche, Dean salió mientras Cas hablaba por teléfono con Jack.
- Diviértanse, tortolos. – Dijo guiñándole el ojo, antes de subirse al Impala.
Intentó pensar a que se refería, y lo dejó en nada, llegando a la conclusión de que simplemente se trataba de una burla porque él se iría a un bar con chicas mientras ellos solo estarían en la habitación de motel. Entró a la habitación, encontrando a Sam husmeando en la televisión.
- ¿Quieres ver una película? Es el primer motel al que vengo que no tiene solo género porno. – Admiró, pasando las opciones.
Era normal para ellos sentarse en la misma cama, porque siempre compartían la de Sam para ver películas. Fue absolutamente corriente que el castaño se quedará dormido en brazos del ángel, y nada relevante para Cas acomodar al otro en la cama.
Solo se quedó un par de minutos allí, disfrutando de la paz en el semblante del cazador. Luego se levantó para seguir investigando en la computadora y algunos libros dispersos por la mesa.
Sopeso en cuantas veces ya habían repetido el mismo modus operandi de pasar su día. Ciertas cosas se estaban volviendo naturales para ellos, como algo que hacían hace años, pero solo comenzaron a darse días atrás. Los roces, las caricias, el estar lo más juntos posible, las tareas pactadas, todo eso era cotidiano en apenas semanas.
Pensó que era sumergirse silenciosamente en arena movediza, cayendo más profundo con cada movimiento. El pensamiento lo asustó. El amor estaba convirtiéndose en algo esperable, algo casi necesario para su día a día. ¿Cuándo se transformaría el dolor en habitual? ¿Cuándo seria imparable esta avalancha?
Cerró la computadora con cuidado, dándose cuenta de que no podría concentrarse tampoco ahora. Se quitó los zapatos, la corbata, gabardina y saco, para adentrarse en la cama junto a Sam. Se descubrió arropado bajo las sabanas con tranquilidad, pero eso no era normal.
Durante las últimas noches, era lo que hacía, y había entrado a su sistema como algo que hacía robóticamente, sin pensarlo. Estuvo a punto de irse, reparar ese fallo en su costumbre de lo que era o no correcto, pero Sam le detuvo.
El menor le asió por la cintura y beso su boca si más. En otra situación, tal vez un mes atrás, se hubiese sorprendido incluso alejando a Sam de él. Pero ahora, ni siquiera lo tomó como inesperado, porque era algo que hacían antes de dormir, como un saludo simple.
No supo en qué momento se había hundido tan profundo en la arena movediza, ni siquiera era capaz de ver la luz del sol, porque solo pensaba en besarle nuevamente por la mañana.
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Hurt you.
FanfictionSam esta enamorado desde el primer día en que Castiel tomó su mano entre las suyas. Pero ese solo es su secreto, el que nadie debe descubrir, porque ese ángel nunca sera suyo. Sastiel.