Se había disculpada apropiadamente. Habían hecho las paces y Cas había dicho que todo estaba bien, su único alivio era saber que él estaba bien y ya no malgastaba su salud en tonterías que no tenían arreglo. A duras penas, Sam admitió su error y prometió que no se repetiría.
Pero la confianza rota de Castiel no se repararía tan fácilmente. A veces era un poco ingenuo, y podía llegar a entregar su vida a la primera mentira; pero una vez traicionado, el ángel ya no creía en ti por mucha verdad que viese en tus ojos. El castaño había dicho antes que no seguiría insistiendo con de Empty, y lo único que hizo fue continuar con su investigación en secreto. Le había mentido en su cara. Lo que significaba que las cosas no volverían al sueño fantasioso de plenitud tan pronto.
Sam aceptó eso también, podía esperar un poco más, incluso siglos más. Al menos ya no había miradas de reproche o momentos desoladores en que Cas simplemente le ignoraba; podían tener una conversación, aun cuando el ángel procuraba cierta distancia.
Habían retrocedido un par de casillas, y Sam se adjudicaba toda la culpa.
Esa noche, se había entretenido con un caso cualquiera. Estaba terminando su chocolate caliente para irse a dormir, cuando Cas bajo las escaleras en una discusión por teléfono un tanto fuerte, pero sin gritos innecesarios. El ángel tenía el ceño fruncido y algo de sonrojo en su cara, sacando a fuerzas contestaciones coherentes de su boca. Parecía muy concentrado en la discusión, agregando aspavientos y mohines todo el rato.
Pasó por un lado del pelilargo y se sirvió una taza de café.
- ¿Sabes qué? Olvídalo. Te lo repito, jamás pasará. - Sentenció Castiel a quien sea con quien hablaba.
Sonrió, esperando una explicación de qué demonios estaba pasando. No esperaba que Cas simplemente se despidiera de él, dándole las buenas noches y repitiendo que odiaba a Ketch.
¿Ketch?
Entonces, quizás en una ola estúpida y sin razón de celos, Sam se preguntó, ¿Cómo consiguió Ketch el número de Castiel? Ellos no habían tenido demasiado contacto, y era claro que al ángel no le simpatizaba en lo absoluto el agente. Pero también así había comenzado su amistad con Crowley, ahora considerado mejor amigo de Castiel, aunque el mayor lo negará rotundamente.
Creyó el tema olvidado, manteniendo sus celos a raya y continuando con sus pocas interacciones con el ángel, en una suerte de reconquiste. Pero entonces, un comentario levantó la ola de celos una vez más.
- Ketch dijo que quiere trabajar con Cas, ¿Puedes creerlo? – Dijo Dean durante el desayuno.
No pareció importante para su hermano mayor, ni para Jack sentado a su lado; pero Sam casi escupe su batido proteico.
- ¡Hey! Tranquilo, cowboy. – Rio Dean. – Nadie te va a robar al emplumado, es solo trabajo.
Si, también había sido "trabajo" cuando su madre se unió a su agrupación. Enterarse luego de su amorío fue una sorpresa poco grata. Ketch era la versión con traje de Dean, buscando presas todo el rato y Sam creía conocerlo a estas alturas de su vida.
Más sin embargo, mantuvo la calma. Eran celos injustificados. Castiel se negaría una vez más al caso y todo estaría absolutamente bien.
Había pasado un tiempo largo desde que no veían series juntos, pero la propuesta aprobada por el morocho. Mientras Sam buscaba el capítulo en que se habían quedado, oyó el celular de Cas sonar un par de veces.
- ¿Sigue molestándote? – Estaba a punto de romper el teléfono y darle uno nuevo al ángel.
- Es insistente. – Dijo Cas, apagando el aparato por completo. – Se obsesionó repentinamente conmigo. – Lamentó, recostándose en la cama ajena.
- ¿Qué trabajo es tan importante?
Pregunto, sabiendo que no era esa la intención, pero quería saber cuan enterado estaba Castiel de la verdad.
- No me ofreció ningún trabajo, quiere salir conmigo. – Contestó el ángel con total tranquilidad.
Sam obvió la estúpida serie, prestando toda su atención al morocho y lo que sea que ese sujeto había intentado con él ya.
- Espera, ¿Tú...? ¿Qué...?
Castiel inclinó su cabeza, preguntando en que no se había explicado correctamente para que Sam pareciera hacer cortocircuito al hablar. Pero debió haber comprendido el gesto tan conocido que el menor no podía evitar, esa sonrisa intentando mostrar tranquilidad pero solo era enfado contenido.
- ¿Estás celoso?
La pregunta del ángel volvió su rostro a carmesí, estaba tan avergonzado como esa vez que se cayó en medio del colegio de la forma más estúpida.
- Lo estas. – Señaló Cas, asintiendo como si hubiese completado la teoría del universo.
- Ese sujeto se atrevió a proponerte algo tan... vulgar. – Objetó, exagerando la situación. – Aun sabiendo que tú y yo...
- No es de esa forma en que quería salir conmigo. – Dijo Cas, descolocado por completo.
- Cas, ¿Qué otro significado tienen esas palabras para ti?
El ángel suspiro, buscando la explicación adecuada en su cabeza, como si apenas ayer hubiese aprendido a hablar y entender inglés.
- Pues como... ir a algún lugar a charlar.
- Así comienza una cita.
- Así comienzan los interrogatorios también. – Contradijo el mayor, con total simpleza. – Él solo quiere saber de mí.
- Es lo que intentas en una cita. – Defendió su teoría, como si sus celos necesitaran evitar la vergüenza de equivocarse.
- ¿Es una cita si me invita a su departamento?
Había dos únicas posibilidades; la inocencia de Castiel era muy grande o él era un maldito perverso loco de celos.
- Lo es, Cas.
Por la siguiente hora, sin que la televisión mostrará nada, el ángel siguió objetando que las intenciones de Ketch eran absolutamente investigativas.
Miró mal a Ketch cuando osó presentarse en el bunker, insistiendo con ver al ángel.
- ¿Qué pasa, Sammy? – Sonrió de forma burlona, ganándose el doble odio del castaño.
- Esta celoso porque cree que pretendes seducirme. – Soltó sin más Castiel, sonrojándolo hasta las orejas.
- Lo siento, ángel, no eres mi tipo.
Solo eso hizo falta para que Cas volteará a mirar al castaño, con su ceja levantada en un gesto de "te lo dije". Iba a decir que lo sentía, pero el mayor le interrumpió.
- Además, no tienes por qué sentir celos, somos novios y te amo.
Lo dijo tan simple y revolucionó con tanta facilidad a Sam, que creyó que se desmayaría allí mismo. Él lo sabía, sabía cuan correcto era Castiel en ese sentido; pero eran sus propias inseguridades las que le jugaban en contra. A diferencia de muchas otras de sus relaciones, había visto al ángel vagar de un lado a otro, consiguiendo amor fácilmente en cualquiera. No había mucho que pudiese ofrecerle siendo solo humano y estando un poco perturbado como lo estaba.
Sin embargo, de la misma forma en que él tenía ojos solo para su ángel, Castiel jamás vería a otra persona de esa forma en que lo miraba... casi como la primera vez que sus mundos se cruzaron.
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Hurt you.
FanfictionSam esta enamorado desde el primer día en que Castiel tomó su mano entre las suyas. Pero ese solo es su secreto, el que nadie debe descubrir, porque ese ángel nunca sera suyo. Sastiel.