CAPITULO 6 Draco

257 35 4
                                    

La cena estaba servida para el atardecer, los platos de porcelana resonaban por todo el salón comedor al ser empalmados uno sobre otro. Los sirvientes entraban y salían para dar inicio a lo que sería una de las cenas más extrañas de toda mi vida, ya que yo nunca había invitado a nadie al palacio que no fuese Axel. Esta noche había pedido a los Jenet ir a cenar al palacio, abriría las puertas de mi hogar a una de mis únicas amigas y su familia. Era una noche importante, me lo decía el hecho de que Axel quisiese que todo estuviera perfecto para recibirlos con los brazos abiertos. Notaba que se ponía algo nervioso cuando hablaba de Amber y advertía también ese cambio de humor que tenía cuando la mencionaba, aunque fuese por una pequeña estupidez. Creo que puede haber algo más en la cabeza de mi mejor amigo, algo que tal vez se ha estado negando y ahora está considerando como una segunda oportunidad de vida. De todo corazón esperaba que fuese de esa manera. Axel nunca se ha abierto a nadie que no sean mujeres ocasionales, nunca lo he visto ilusionado con nadie y Amber podía ser la chica perfecta para él —conocía su pasado, eran amigos desde muy pequeños, además de que Amber tenía ese «no sé qué» que hacía que Axel se pusiese frenético.

Supongo que de alguna manera, a todos nos llega el momento de asentarnos, de ver hacia el futuro.

Camino hacia la mesa, donde se han servido diversas frutas bien puestas en contenedores de la misma porcelana. Tomo una manzana roja y le meto un gran mordisco.

—Deberías invitarla a cenar, Axel, independientemente de la reunión de esta noche, ustedes dos deberían salir... —«no sé cómo decirlo», medito— solos —sugiero con la boca llena, ojeando a un nervioso Axel que supervisa que todo se encuentre alineado y perfecto para recibir a los Jenet. Se acerca al encargado y toma una servilleta para limpiar uno de los platos. «Incluso está paranoico con la limpieza».

Sonrío, no puedo evitarlo. Luce como un pato que busca ramitas para invitar a su linda patita a formar un nido juntos.

»O tal vez deberías ser más practico y decirle que te urge tirártela —suelto una carcajada y casi me ahogo con el trozo de manzana que intentaba ingerir al escuchar mi propio chiste. Siento que el bocado casi se me escapa por la nariz.

El color rojo tiñe ligeramente sus aperladas mejillas. La barba roja lo disimula, pero no lo suficiente como para no percatarme de que esto sí mueve sus emociones un "poquito".

—No es lo que piensas, hermano —intenta justificarse—. Ella es mi mejor amiga, solamente quiero que todo sea adecuado para ellos, conoceremos a sus hijos esta noche...

—¿Y quieres convertirte en su nuevo papi? —me burlo, sonrío de oreja a oreja, molestándole.

—¡Eres idiota, Draco! Sólo quiero que se sientan cómodos...

—Sí, sí, sí —hablo con la boca llena—, y quieres que todo sea "perfecto", quieres conocer a sus hijos y... sobre todo quieres que su familia vea la influencia que tienes sobre el palacio, eso, amigo mío, es intentar impresionar a alguien. No finjas que no te gusta, no conmigo. Desde que la conozco logré percatarme de que la veías de cierta manera "especial", pero Ego se adelantó a tus afectos, lo vi reflejado en tu rostro cuando él nos confesó estar enamorado de ella y querer proponerle matrimonio. Lo aceptaste porque algo te impidió tomar a esa chica como pareja en el pasado, pero ahora es distinto; es una viuda, con dos hijos, además luce muy hermosa —acentúo porque no soy ciego, la chica es divina—. Ahora es diferente, ambos son diferentes, hermano...

Se queda callado por varios minutos, negando con el dedo mientras avanzaba en dirección a los dos sirvientes que acomodaban las servilletas con un diseño elegante al frente de los platos.

»Dame el motivo —pido con cautela.

—¿De qué hablas?

—Dame los motivos que tienes para no haberle pedido a nadie ser tu esposa en algún punto, para no haberte involucrado más allá de una sola noche y dame los motivos que tuviste para no liberar el sentimiento que tienes por tu mejor amiga.

DRÁGONO. El rey dragón © ¡YA A LA VENTA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora