Había pasado todo el día sobrevolando Goll, a la espera de percibir algo que me indicara que Elena estaba cerca, tan cerca como la he sentido los últimos cuatro días. En ciertos momentos de la jornada siento nuestro vínculo —la sensación de plenitud, el calor que llena mi cuerpo y el desconcertante tirón que ordena a mi corazón acercarse hacia algo que mis ojos no alcanzan a apreciar. He seguido estos días mi instinto y he volado por toda la ciudad, esperando encontrar indicios, pero como siempre, no hay nada; ni su aroma, ni la sensación de cercanía. Nada.
Después de haber soñado hace cuatro noches con la cierva no he vuelto a ese lugar, que aunque es lúgubre, me trae la mayor plenitud. Estaba consciente de que debía seguir adelante, debía intentar encontrarla, porque algo me decía que estaba cerca, muy cerca de mí.
Aterrizo en la entrada principal del palacio rojo y camino de forma decidida hasta la puerta, de inmediato me reciben dos guardias que abren por mí las enormes piezas de madera que me permiten entrar en el interior del enorme lugar. Haciendo una reverencia de cuerpo completo, mostrando su respeto, es como ambos guardias me reciben. Me encuentro con Axel y Teodoro, que parecían esperarme, uno para informarme los avances del día y otro porque debe seguirme hasta mi habitación por las noches, esa es su función, velar mis noches, mi momento de vulnerabilidad.
—El informe, Axel —le indico que me siga, mientras me comparte los acontecimientos del día.
—El sector cinco se quedó sin abasto de agua, ordené drenar las tuberías y extraer el tapadero para que volviesen a funcionar. Hubo algunos problemas con los mercaderes en la zona sur, pero lo resolví con la intervención de los guardias de la zona, por lo que te informo que hay algunos prisioneros en el palacio de justicia. Son buenos hombres, no pienso retenerlos mucho tiempo, pero sí quiero que aprendan la lección.
—¿Y la ley de defensa a la mujer? —era la primera ley que quería implementar en mi mandato. Toda mujer debía acudir a la escuela de su localidad como obligación, las escuelas ya no serían de uso exclusivo para los varones. Toda mujer tendría la oportunidad de elegir una vocación, lo que abriría las posibilidades de establecer nuevas escuelas en Goll. Aquel padre que no estuviese de acuerdo pagaría impuestos altos. Lo suficiente cómo para no exiliar a sus hijas a un terreno meramente maternal.
Esta iniciativa era creada en memoria de mi esposa, de mi Elena, la mujer que peleó durante años por ser tomada en cuenta en un mundo regido por hombres.
A muchos nos les gustaba mi iniciativa —sobre todo a aquellos que creían que las chicas no podían dar para más que no fuera la crianza de los hijos y la administración del hogar, pero las chicas la adoraban, me había vuelto muy popular entre las féminas gollenses.
Sonrío al recordar el gesto en los rostros de las trabajadoras en el palacio al escuchar la nueva iniciativa. Casi le brincan encima a Axel al escucharlo parlotear sobre la importancia de tener mujeres adiestradas en otro tipo de técnicas con la guerra avecinándose.
—El consejo está tres a tres, ¡son incorregibles! —mi amigo pone los ojos en blanco y bufa por lo bajo.
—Sólo muéstrales quién manda aquí, hermano.
—Tú mandas... —casi me suena a pregunta. Me hace soltar una carcajada para luego soltarle un golpe en el hombro, uno delicado, para que no le duela tanto.
Se lleva una mano al hombro y comienza a sobarse para después golpear mi frente con la palma de la mano.
Era extraño, pero hace mucho que no jugábamos como lo que somos, dos amigos. Desde que supimos de la desaparición de Elena y la muerte de Lestat, las cosas se tornaron muy frías. Todo el tiempo nos lamentábamos, todo el tiempo nos ensimismábamos en el trabajo o en intentar encontrar a su hermana y por alguna razón, el hecho de que sienta a Elena nos ha traído paz a ambos, así no sepamos en dónde se encuentra.
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DRÁGONO. El rey dragón © ¡YA A LA VENTA!
RomanceDos amantes separados por el destino. Un rey herido. Una hechicera que es la debilidad de un dragón. Un reencuentro picante. Bienvenido al reino donde gobierna el dragón