•《 10 》¿USB encriptada?

49 12 39
                                    

Suspire y volví a leer el remitente en mi móvil, "Número desconocido"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Suspire y volví a leer el remitente en mi móvil, "Número desconocido".

«Noah...».

¿Por qué decidía volver a joderme la existencia cuando la estaba pasando tan bien con junto a un amigo?. Observe la pequeña pantalla de mi móvil nuevamente y leí el mensaje.

《Tu descanso de mi ha terminado. Quiero mis cosas de vuelta.》-4:26 p.m.

Parpadee dos veces seguidas logrando comprender el mensaje. Observe nuevamente la pantalla con detenimiento. ¿Quién se creía que era este idiota para darme ordenes y hablarme de esa manera? «Es un auténtico gilipollas». Segundos después mi móvil volvió a repicar con otro mensaje.

《Y más vale que el objeto que contenía en el interior del polerón siga allí.》-4:28 p.m.

Fruncí el ceño. ¿Qué objeto dentro del polerón? no recuerdo haber sentido ninguno. Noah definitivamente debe de haberse terminado por volver loco.

-¿Te encuentras bien?- exclamó Julián al ver todas las caras que había puesto al leer los mensajes.

-Si estoy bien no te preocupes.- le sonreí. Devolví la vista hasta la pantalla del celular nuevamente.

《No había nada allí.》-Le envié por mensaje intentando sonar lo más borde posible.

Se demoró varios minutos en responder. Minutos en los cuales me termine mi helado y me comencé a reír nuevamente con las ocurrencias de Julián, hasta que el celular volvió a vibrar unas cuatro veces en respuesta.

《¿Esto tiene que ser una maldita broma? Dime que es una maldita broma》-4:35 p.m.

《Tiene que estar allí. Es un trozo pequeño rectangular, casi como un trozo insignificante de concreto gris que estaba en el bolsillo.》-4:35 p.m.

《Búscalo.》-4:37 p.m.

《Es importante que siga allí.》-4:38 p.m.

Volví a releer una y otra vez los mensajes que me envió y es que no me la creo.

¿Este idiota quien demonios se cree que es para darme ordenes?

«Joder...».

Cómo es que pasa de jamás en la vida dirigirme una palabra a mensajearme por teléfono para más encima creerse un maldito dictador de órdenes a diestra y siniestra. Inhale profundo intentando calmarme, no serviría de nada si me alteraba. Comencé a hacer un repaso por mi mente. Cuando él me obligo a ponerme su polerón, jamás metí las manos a los bolsillos, lo recuerdo porque hacia algo de calor, así que ruego porque el estúpido objeto siga allí y no se haya caído en el transcurso del camino. De todas formas, ¿por qué razón le importa tanto un estúpido trozo de cemento? Vuelvo a recibir otro mensaje por parte de él y esta vez parece ser el último.

Tu eres la razón [Vol.1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora