•《 51 》Phoenix, Arizona.

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Jueves 07 de junio

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Jueves 07 de junio.

11:40 a.m.

"Señores pasajeros, hemos llegado a su lugar de destino. Phoenix, Arizona los está esperando. Favor de descender ordenadamente del avión....".

Alcance a oír la voz de una azafata por medio del altavoz, le di un codazo rápidamente a Paris para que despertara. Era hora de bajar de una maldita vez de esta cosa

-¿Ya llegamos?- se quejó adormilada.

-Sí, así que apurate que tengo hambre.- lace un bostezo mientras me masajeaba el cuello.

Demonios, había dormido fatal.

-¡Qué asco! ¡la niña de allí me ha babeado el hombro!- Paris se quejó en mi dirección tan alto que la madre de la pequeña niña se le quedó mirando con mala cara.

Cerré los ojos un momento intentando encontrar la paciencia que no tenía y le pase mi chaqueta para que se cubriera.

Que asco. Tenía toda la parte del hombro con la polera manchada de un fluido que ahora estaba de color blanco al haberse secado.

-Ya vámonos.- le supliqué y después de unos largos minutos logramos abandonar el aeropuerto con éxito.

Bueno... no tanto.

Dejé escapar una larga bocanada de aire al ver que todo estaba yendo de mal en peor. Ya que al parecer el día de hoy ¡andábamos con una suerte inimaginable!. Espero que se note el maldito sarcasmo. 

«A ratos, odio mi maldita vida».

Apenas pusimos un pie fuera del aeropuerto para buscar un taxi, un maldito pájaro me cago la cabeza dejandome inmovil por unos segundos y pidiéndole a la vida que dejara de ser tan hija de puta conmigo. Paris estuvo horas riéndose de mí durante todo el camino, e incluso media hora después cuando llegamos al hotel y me termine de bañar ella seguía con la molesta risita.

-¡Ya déjame en paz!- gruñí cansada de la situación.

Ella volvió a reírse, pero la ignore como por quinta vez. 

Aproveche para enviarle un mensaje a Susan de que ya habíamos llegado en lo que su hija seguía lanzando carcajadas rememorando una y otra vez mi desgracia a través de la foto que me había tomado.

«Maldita».

Eran las 12 del día y yo solo quería quedarme en el hotel a dormir unas ocho horas más antes de ir a visitar la universidad de Phoenix, pero tristemente esa no era mi realidad y dentro de cuatro horas debía de estar allí, aunque de todas formas tenía pensado irme antes, por precaución. Por otro lado, también le envié un mensaje a Noah avisándole que había llegado bien y en vez de recibir otro mensaje por su parte, que era lo que me esperaba, la pantalla de mi móvil se iluminó con su nombre.

Tu eres la razón [Vol.1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora