•《 16 》Confusiones y emociones

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Mis piernas no respondían y hacían caso omiso a lo que mi cerebro enviaba a través de mis redes nerviosas

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Mis piernas no respondían y hacían caso omiso a lo que mi cerebro enviaba a través de mis redes nerviosas. Quería moverme y salir de allí, pero simplemente no podía dejar de observar sus envolventes ojos azules. Él frunció ligeramente el ceño y por primera vez vi reflejado en su rostro desconcierto, al parecer no sabía cómo reaccionar ante mi pequeña e inesperada interrupción, la cual quiero aclarar, había sido sin querer. Veo como segundos después devuelve la vista al libro que tenía entre sus manos y el familiar sentimiento de rechazo vuelve hacerse presente en mí como un completo dejavú, mis pies por fin comenzaron a moverse segundos después y me aleje rápidamente de allí. Estaba algo aturdida. ¿Será que me quiere evitar por como yo había reaccionado la noche anterior?

«Joder si es así, que vergüenza más grande».

Segundos después seguí mi camino hasta donde se encontraba Julián y lo llame para que fuéramos almorzar, él levantó su pulgar en respuesta y nos dirigimos hacia la sección de la terraza del sitio, allí las personas podían ir y leer mientras comían, habíamos descubierto que de vez en cuando nos daba cierta pereza bajar e ir hasta el parque para almorzar, así que simplemente comíamos en la terraza, habían varias mesas y sillones. Era realmente cómodo y fresco.

-¡Dios, sí que tenía hambre!- Julián le dio un gran mordisco a su hamburguesa. Yo hice lo mismo con mi plato de ensalada.- Oye Mads, recuerdas que te dije que mi hermana melliza Kate había venido de visita de forma repentina.- yo asentí en respuesta, incapaz de responderle con la boca llena.- Bien, pues resulta que desde que llego del aeropuerto no ha querido salir de casa.

-Eso es algo raro, pero a lo mejor solo quiere descansar del largo viaje que tuvo.- exclame en su defensa, pero Julián negó al instante.

-Lo raro es que desde que llego del aeropuerto ni siquiera ha querido salir de su habitación, ella no es así, es mi hermana melliza, la conozco como la palma de mi mano. Hace un año más o menos que no la veía, digamos que ella se fue de aquí por una razón poco usual. Algo ocurrió con ella, sin embargo, jamás supe el motivo por el cual se fue, mis padres dijeron que sus calificaciones no eran las mejores, así que la enviaron a un internado en San francisco. Pero yo creo que hay algo más que no me quisieron decir. Kate comenzó a distanciarse poco a poco de nuestra familia, ya no era la misma chica alegre que le gustaba mostrar su vida a través de las redes sociales. Ahora con suerte hablamos de vez en cuando por teléfono. Hace unos meses las cosas habían comenzado a mejorar, sin embargo, cuando llegó aquí el día de ayer, las cosas volvieron a retroceder entre nosotros y volvimos a quedar en el mismo punto muerto de hace casi un año. - exclamó mientras tomaba de su refresco para no ahogarse con tanta comida que se estaba metiendo a la boca a la vez que hablaba. Se me hizo casi imposible contener una pequeña risa que estaba comenzando a brotar de mis labios, le pase una servilleta para que se limpiara el rostro.- Gracias.

-La verdad es que no tengo ni idea, ni siquiera conozco a tu hermana.- me reí.-Sin embargo, espero que de verdad se encuentre bien. Deberías de intentar que salga un poco, no la agobies con tantas preguntas, es claro que no quiere hablar de lo que sea que esté pasando por su mente en este momento, eres su hermano, tarde o temprano comenzará abrirse contigo nuevamente, así que ten algo de paciencia.

Tu eres la razón [Vol.1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora