•《 49 》Pequeñas verdades

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Observé a Noah, la pregunta que había hecho hace unos segundos atrás aún seguía rondando dentro de mi mente

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Observé a Noah, la pregunta que había hecho hace unos segundos atrás aún seguía rondando dentro de mi mente.

-No puedes hacer nada.- le advertí.- No te conté todo esto para que revivas una herida que ya está cerrada, sepultada y más que superada.- le deje claro.

-No está superada si te sigue incomodando su presencia.- gruño.- No si huyes cada vez que lo ves.

-¡No huyo!- me enfurecí.

-¡Evitarlo es lo mismo que huir de él!- exclamó en mi dirección.

Nos quedamos en silencio durante otro par de minutos.

Joder. «Lo había superado, lo había superado...». Trate de convencerme una y otra vez. Por supuesto que lo había hecho, ¿no es así?

-Pelirroja...- él acunó mi rostro.- Relájate y respira conmigo preciosa.- me indicó de repente.

Por inercia, fruncí el ceño. 

Se veía preocupado. Al inicio no entendía qué estaba pasando. Las palabras dentro de mi mente no me dejaban pensar con claridad, pero luego lo entendí al sentir como mi respiración se iba acelerando con cada segundo que pasaba y las manos me comenzaban a temblar con movimientos que claramente yo ya no podía controlar.

No otra vez por favor.

-Vale, si eso es lo que quieres, no haré nada.- me tranquilizó.- No haré nada...- me observó con preocupación.

Respire hondo, después de ello cuando logré que mi respiración por fin se normalizara apoyé mi frente contra la suya y medite durante unos segundos. Esto tenía que dejar de pasarme, no podía seguir ocurriendo o si no...

O si no tendría que volver a ver al médico más pronto de la fecha prevista que él me había dado hace casi un mes atrás. Últimamente la ansiedad estaba tan presente a causa de los exámenes finales que había pasado por alto tomarme la medicación que me habían prescrito para la taquicardia.

No volveré a olvidarla.

-¿Hace cuanto tiempo que esto ocurre?- me preguntó.

-¿Qué cosa?- me hice la desentendida.

-¡Madeleine!- me reprendió.- No es normal que sufras ataques de pánico tan seguido.

Oh, ¿entonces él creía que había sido eso? Bueno tiene sentido porque hasta incluso yo sentí que iba a sufrir de uno en aquel momento, pero eso no fue todo lo que sentí y experimenté. Esta vez había sido diferente y yo sabía el porqué. Todo aquello tenía que ver con el hecho de que me comenzaba a sentir más cansada, ya no realizaba ningún tipo de ejercicios que implicarán resistencia, no debí de haber bebido durante el fin de semana porque en vez de eso, debí de haber consumido mi medicación y no lo hice, fue una maldita estupidez no haberlo hecho y una irresponsabilidad de mi parte, porque recuerdo como tuve que sentarme un momento durante la noche para recobrar un poco el aire, nadie lo noto porque el ruido de la fiesta y la gran cantidad de personas dentro lo camuflaba a la perfección, pero por unos minutos, no me encontré nada bien. ¡Que va! por unos minutos juro que sentí que en cualquier momento el corazón se me saldría por el pecho. Sin embargo, lo ignore porque el alcohol en mi sistema no me dejaba pensar, es por eso que había salido de la casa en busca de un poco de aire fresco.

Tu eres la razón [Vol.1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora