•《 5 》La historia del rechazo

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Una vez que salí del recinto de la librería, le envié rápidamente un mensaje a Paris contándole lo que había visto el día de hoy

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Una vez que salí del recinto de la librería, le envié rápidamente un mensaje a Paris contándole lo que había visto el día de hoy. Observe la hora en mi teléfono, eran las 12:30 p.m. mi estómago comenzó a protestar de hambre hace cinco minutos atrás. Suspiré, no quería volver a casa aún, pero realmente había comenzado a tener hambre así que me dispuse a caminar hasta allí, puesto que me había acabado todo el efectivo que traía conmigo en este momento en el taxi que había tomado rápidamente para venir aquí. Aparte algunos mechones anaranjados de mi cara que se habían revuelto por la suave brisa que estaba corriendo. Un sonido proveniente de mi móvil me había indicado que acababa de llegarme un mensaje. «Paris...». Segundos después llegó otro.

《No me lo puedo creer, ¿Enserio te encontraste con él? 》-12:34 p.m.

《¿Y no te desmayaste en el transcurso?》-12:34 p.m.

¿Se está burlando de mí? Por supuesto que no hice tal cosa.

Mire la pantalla con indignación. Quizás en el pasado mi yo de 11 años claramente lo hubiera hecho, pero en el presente, mi yo de 17 años casi 18 años, para serles sincera ni siquiera se había acordado de él en los pasados 6 años. Le envié una respuesta con varias obscenidades incluidas por su intento de broma de mal gusto.

《Lo siento, es que hace años que no te oía hablar de él. 😂 》-12:37 p.m.

Se excuso París a través de su corto mensaje de texto. Me reí ante ello y sin más continué con mi camino.

Recuerdan que les estaba contando que París me había alentado por 2 semanas a que le hablara a ese chico de cabello castaño claro y ojos azules, y luego me armé de valor y lo hice. Pues bueno, aquello resultó ser un desastre total. En el momento en el que me acerque a él, simplemente me ignoro. Observo mi pequeño rostro por unos segundos, recuerdo que me sentí tan especial por un instante dado que él jamás se había dado el tiempo de observar a alguien por más de dos segundos. Ese día él había estado como siempre en el salón de clases leyendo un cómic de superhéroes mientras todos jugaban en el patio, yo había entrado al aula de clases y me había parado en frente de él con los nervios de punta, al ver que ni siquiera se inmutaba con mi presencia, carraspee un poco y lo salude tímidamente. Los nervios me consumían por dentro en ese momento, pero él solo me observó con el entrecejo fruncido para luego devolver su mirada nuevamente al trozo de papel que tenía entre las manos, haciendo caso omiso a mi presencia en ese momento. Mis ojos se aguaron al ver que llevaba más de diez minutos allí parada sin saber qué hacer en silencio, a la espera de que él volviera a mirarme o tan siquiera me dijera algo, pero él no hablaba con nadie y dudaba que lo hiciera conmigo, así que salí corriendo de allí lo más rápido que pude. Había sido tan humillante que me había rehusado a ir a clases durante 3 días seguidos. A mi tía no le había importado. Sin embargo, París había ido a mi casa al cuarto día por la mañana y me había arrastrado de los pelos hasta la escuela. Me dijo que nadie podía detener su vida por un idiota, y que una buena educación y salud valían más que un corazón roto. Ese mismo día cuando asistí a clases, todo seguía normal, al parecer nadie se había enterado de mi humillante rechazo por parte del chico de cabellos castaños que se sentaba al fondo del salón. Con el tiempo me obligue a dejar de observarlo, ya no lo veía tan seguido por los pasillos cada vez que terminaba el horario escolar, hasta incluso deje de ir tan seguido a la casa de París en ese tiempo dado que vivían uno en frente del otro, no quería tan siquiera cruzármelo por allí. Tampoco giraba mi cabeza en las clases para observarlo al fondo del salón leyendo cómics de forma despreocupada, sin temor a que la maestra pudiera sorprenderlo y lo amonestara por ello. Y a medida que fueron pasando los años simplemente me olvidé de él, o eso fue lo que intente de hacer, y lo logre. Ya no sentía curiosidad porque no hablaba, ya no sentía esa necesidad de querer saberlo todo de él, me di cuenta de que Noah Baker solo era otro idiota del montón y ya estaba.

Observe la calle frente a mi, llena de personas que caminaban de un lado a otro, con el sol campante sobre sus cabezas, de repente mis pies comenzaron a doler, especialmente la zona baja de mis tobillos. Agradecía realmente el hecho de haberme puesto un short y una camiseta de manga corta dado que hacía un calor de los mil horrores en esta ciudad, llevaba caminando por lo menos alrededor de cinco cuadras y ya no daba más, hubiera tomado el autobús que era mucho más barato que las demás locomociones que existían en esta ciudad, pero lamentablemente había cometido el error de llamar rápidamente a un taxi que me cobró realmente casi un ojo de la cara por llevarme hasta el centro, y no me detuve a pensar en cómo iba a devolverme a la casa más tarde. Al cabo de una hora llegue a Hidden Hills toda cansada y con una ligera capa de sudor cubriéndome la parte superior de la frente, entre rápidamente en esta y me dirigí a la cocina, ya eran pasada las dos de la tarde así que mi tía y las demás ya había almorzado hace una hora atrás, perfecto, pensé. Por lo menos almorzaría tranquila el día de hoy, saque un poco de mercadería del estante y me dispuse a prepararme pasta con un poco de pollo, una vez que estuvo lista, la serví en un plato y me dispuse a comer en la mesa que se encontraba en la cocina, Me dispuse a revisar un poco las redes sociales mientras almorzaba, aún no dejaba de pensar en qué haría si realmente no lograba conseguir ese trabajo en la librería, el horario calzaba perfecto con todas las demás cosas que tenía que hacer en el día. Recibí otro mensaje por parte de París contándome acerca de su día y comentando sobre un nuevo libro que había comenzado a leer, ella realmente estaba eufórica contándome acerca de él y preguntando por qué aún no lo había leído, le recordé que era una mujer muy ocupada y se mofo de mi por hablar al igual que una señora, me reí y dejé mi teléfono de lado para disponerme a terminar mi almuerzo.

Estuve alrededor de tres horas viendo películas por la computadora y buscando otros posibles empleos por si acaso no me daban el de la librería, hasta que llegara la hora de irme a trabajar.

Se hicieron las 5 de la tarde cuando salí nuevamente de casa para coger el autobús, dado que este se demoraba siempre en pasar y debía de tomarlo algunas calles más abajo. Sin embargo, antes de salir de casa había tenido la mala suerte de cruzarme con Holly, esta venia llegando de no sé dónde con unas amigas, al pasar por mi lado solo se río de mí y de mi uniforme del trabajo para luego comentar y decir algo despectivo sobre mí con sus amigas. Las ignore como de costumbre y me fui de allí. Estaba realmente acostumbrada a su grosera actitud que ya casi ni me inmutaba a decirle o reclamarle algo, simplemente lo dejaba pasar porque ella era un caso perdido.

«Vaya Mads creo que a eso se le llama madurez». Me felicite internamente.

Una vez que logre coger el autobús a tiempo, el transcurso hasta mi destino demoró alrededor de media hora. Al llegar a la tan famosa sucursal de comida rápida, me adentre rápidamente en el interior del local por la puerta de los empleados, recorrí la cocina y salude a algunos amigos que había hecho en el transcurso de mi estadía allí, hasta llegar a los vestíbulos para dejar mis cosas y comenzar con mi primer turno de la tarde.

«Al parecer hoy sería un día bastante ajetreado». Me queje mentalmente al observar el panorama que tenía delante de mis ojos.

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*En imagen adjunta Madeleine Fhotsh.

Nos vemos en un próximo capítulo✌

Besos💋

Con amor, Blue 💙

Tu eres la razón [Vol.1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora