Al dia siguiente
Me desperté por un fuerte ruido que provenía del pasillo. Extrañada y algo irritada, me levanté de la cama y salí fuera de la habitación a investigar qué es lo que estaba ocurriendo. Al llegar hasta el lugar proveniente del ruido, me di cuenta de que Holly y Mía estaban discutiendo a gritos en las escaleras, otra vez. «Maldición mis tímpanos están a punto de explotar». Bostece y trate de poner atención a lo que estaban diciendo, o más bien a lo que ambas estaban gritando.
-¡Holly cuantas veces te he dicho que no cojas mi auto! ¿Tan difícil es para ti que tu diminuto cerebro lo logre entender?- grito la mayor de las hermanas, Mía. Quien con tan solo 18 años, tenía unas cuerdas vocales impresionantes, nótese el sarcasmo.
-Que no le he hecho ni un rayón ¡Ya cálmate y deja de actuar como una completa loca!- se defendió la menor de las hermanas, Holly de 16 años. Al parecer también había adquirido el don de las increíbles cuerdas vocales de su hermana.
Estaba a punto de que se me reventaran ambos oídos con tanto griterío. Decidí no meterme en su estúpida pelea y baje las escaleras pasándoles por el lado. Al llegar a la cocina me dispuse a comer algo. Agarre cereal y leche, los mezcle en un bol mediano y los subí hasta mi habitación. Al pasar nuevamente por las escaleras observe que aún seguían peleando.
«¡Dios! cómo es que de todo este tiempo su madre no ha salido de la habitación para decirles algo por tanto griterío que tienen».
Di un largo suspiro y cansada me dispuse a continuar con mi caminar.
Sin embargo, Mía Stevens tenía otros planes para mí. Atravesó uno de sus pies en mi camino, ocasionando que tropezara y me cayera de bruces contra la escalera, provocando así que el bol que llevaba con cereal y leche se derramara por toda la zona, incluyendo en mi ropa.
Parpadee varias veces intentando que mi vista no comenzara a nublarse por las lágrimas que estaban amenazando con salir.
«Dios mío, como duele...».
Gimotee de dolor, mi mejilla se había estampado contra un escalón al caer. Al instante en el que todo pasó, pude sentir como Mía intentaba contener su risa la cual no estaba siendo para nada disimulada. Holly por su parte solo se quedó en silencio choqueada por lo que su hermana acababa de provocar. Sin embargo, ni siquiera se inmuto a ayudarme.
Estaba a punto de levantarme y golpearlas contra la pared hasta más no poder, cuando de repente salió la matriarca de la familia de su habitación.
«Al parecer ahora si decidía salir de allí para ver lo que ocurría».
-¿Qué ocurrió aquí? ¿alguien me puede explicar porque razón no puedo descansar en mi propia casa?- exclamó acercándose a la horrible escena. Yo aún me encontraba con la cara apoyada en un escalón por el golpe que me había dado con este hace segundos atrás. Y con el piso y la ropa toda manchada de leche y cereal. Al verme, frunció el ceño.- ¿Pero a ti qué fue lo que te sucedió?- preguntó con algo que no supe descifrar ¿Molestia? ¿Preocupación? me decido por la primera opción. Esa mujer no tenía el suficiente corazón tan siquiera como para experimentar tal sentimiento de preocupación por sus hijas y mucho menos lo haría por mí.
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Tu eres la razón [Vol.1]
Roman pour AdolescentsLIBRO #1 DE BILOGIA "TU ERES" A través del tiempo, con él, aprendí que todos en este mundo eran tan vacíos y miserables. El detalle de las cosas radicaba en que ellos solían ocultarlo mucho mejor que yo. Él era una persona bastante compleja, misteri...