UNO

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-Buena suerte.- Dijo Mark, su compañero de departamento antes de que saliera rumbo a su nuevo lugar de trabajo.

Bang Chan era un joven profesor de literatura, que a sus 25 años de edad ya había trabajado en varias escuelas como profesor sustituto, y gracias a su dedicación, vocación y amor por la materia, había logrado sumar varios puntos a favor para que así muchas escuelas quisieran contratarlo. Y así había sido, una tarde mientras tomaba un té y leía un libro, recibió una llamada que le informó que había sido contratado en una de las mejores escuelas de la ciudad.

Estaba nervioso, no iba a negarlo. Pero algo le decía que grandes cosas vendrían a partir de ello.

-Me alegra mucho tenerlo en nuestro establecimiento señor Bang, he oído varias cosas positivas de usted, es por eso que quise que enseñara en nuestra escuela.- El director Kim había luchado durante los meses de vacaciones para por fin lograr que Chan dictara clases en su escuela.
Eso lo hizo sentir con más valor y con más ganas de dar lo mejor de sí.

-Muchas gracias por confiar en mí director Kim, daré lo mejor para compesarlo.- Sonrió con completo agradecimiento.

En ese momento la campana de entrada sonó y Kim volvió a hablar. -Muy bien, acompañeme le mostraré a sus primeros alumnos del día.-

Los del último año 'A', serían sus primeros alumnos del día y de los días lunes a partir de ahora. Todos en el salón ya estaban en sus respectivos asientos, charlando entre ellos, algunos bulliciosos se gritaban desde distintos extremos pero al verlos ingresar se sumían en un respetuoso silencio.

-Alumnos, les presento a su nuevo profesor de literatura.- Anunció Kim dándole pie a Bang para presentarse.

-Buenos días, mi nombre es Bang Chan.

Otro año de tortura había comenzado para Lee Minho, por suerte sería el último en ese lugar rodeado de personas que lo rechazaban o simplemente ignoraban

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Otro año de tortura había comenzado para Lee Minho, por suerte sería el último en ese lugar rodeado de personas que lo rechazaban o simplemente ignoraban.

-Tu desayuno.- Dijo su madre colocándolo frente a él con una sonrisa cansada.

-Gracias mamá.- Le devolvió el gesto de igual manera.
No importaba que tan mal y terrible se sintiese, su madre era lo único que tenía en este mundo, no podía seguir agotándola con sus estúpidos problemas de adolescente.

-¿Lograste dormir?- Preguntó esperanzada la mujer que terminaba de alistarse para ir a trabajar.

-Sí.- Mintió.

Su madre dudó un momento, pero optó por creerlo, era menos doloroso creer la mentira que aceptar la realidad de su amado hijo.

Todos los días, los últimos tres años, eran iguales. Esperaba el autobús, viajaba solo, llegaba a la escuela, nadie lo esperaba, nadie lo recibía excepto profesores o la amable señora de limpieza, se dirigía al salón, era ignorado, se sentaba en su banco y cumplía las horas de estudio para luego volver a casa.

Nada interesante le ocurría, nada lograba motivarlo, aunque sus calificaciones eran buenas y seguiría sus estudios para lograr convertirse en veterinario, no lograba encontrarle otra motivación a su vida.
O tal vez lo que necesitaba no era otra motivación. Sino alegría. Felicidad. La felicidad que había perdido.

Una extraña sensación lo invadió cuando atravesó la gran puerta de entrada. Algo en su interior le decía que su vida cambiaría.











Hola hola💗
Les traigo una historia que llevo mucho tiempo pensando si compartirla o no, pero finalmente me atreví.
Me inspiré mientras escuchaba la canción que dejé arriba y decidí hacerla con uno de mis shipps favoritos (además, de que ambos son mis bias) así que espero les guste🌠

INSOMNIA [MINCHAN-BANGINHO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora