DOCE

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Completamente desorientado vagó por varias calles, preguntándole a las personas señales de dónde se encontraba, finalmente luego de hora y media, llegó a su casa.

-¡¿DÓNDE DIABLOS TE HABÍAS METIDO LEE MINHO?!- Su madre sonaba desesperada, pero la verdad era más por miedo que por enojo.

-Lo siento, mamá.- Agachó su cabeza, sabía que había hecho mal en salir la noche anterior sin siquiera avisarle a su madre.

-No respondiste a mi pregunta.- Su voz era muy seria y audible, también su rostro estaba serio y sus brazos estaban cruzados.

-Salí, a beber...-

-¿Sabías que el alcohol no soluciona nada?-

-Sí.. Lo oí antes..-

-Minho, no quiero ser mala contigo, no quiero tener que castigarte como cuando eras un niño, pero aún eres menor y no quiero que te conviertas en un alcohólico.- Odiaba la voz de preocupación de su madre, todo lo que hacía era hacerla pasar por malos momentos y estaba cansado. -¿Dónde pasaste la noche? ¿Estuviste bebiendo hasta hace minutos? No te veo tan mal, pero el olor a alcohol acaba de contaminar toda la casa.-

-Yo...- No iba a admitirle que había dormido en casa de su profesor, mucho menos que lo había hecho sobre el pecho de éste. Sabía que su madre se pondría muy feliz al saber que había logrado dormir varias horas como cualquier adolescente de su edad, pero ¿cómo le diría que quién logró eso fue su profesor de literatura? ¿cómo le diría que estaba enamorado de ese hombre? ¿cómo tomaría su madre las elecciones sexuales que tenía? Ya no quería seguir decepcionándola. -Me daré un baño ahora mismo, perdón otra vez mamá.- Y sin más se alejó de la sala antes de que ella lo obligara a responderle lo antes preguntado.

-¡Minho!-

Antes de lo que Minho hubiese querido, ya era lunes otra vez

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Antes de lo que Minho hubiese querido, ya era lunes otra vez.
Caso contrario, para Chan, el fin de semana había sido eterno.

Quería hablar con el muchacho, quería preguntarle cómo estaba, quería oír su voz.
Se sentía un idiota por haberlo dejado irse sólo por la mañana, quería saber si le había costado mucho volver a su casa.

Al ingresar al salón lo vió recostado sobre su banco, Ungjae tenía uno de sus brazos rodeándolo en un abrazo y en la otra mano tenía su celular, del cual le leía algo.
Minho no le dirigió la mirada en ningún momento y sintió que a lo mejor estaría molesto con él.

Se sorprendió cuando la campana sonó y él y Na fueron los primeros en salir, los siguió con la mirada hasta que desaparecieron de su radar y suspiró con pesadez, realmente lo había arruinado todo.

Holaaa💞 perdón si estoy tardando en actualizar, tengo varios capítulos escritos, listos para ser publicados pronto, pero la historia aún no está completa. Éstos últimos días no he tenido inspiración para seguir y me he quedado estancada, es por eso que leo libros para refrescar mi mente y ganar inspiración. 
En cuanto pueda seguir escribiendo les haré otra maratón de capítulos.
Eso es todo, gracias por leer🥰❤

INSOMNIA [MINCHAN-BANGINHO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora