TRES

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-¡Hola!- Lo saludó Na amablemente.

-Hola- Respondió dubitativo. Era raro para Minho que alguien se acercara a él, y si lo hacían sabía que pronto se terminarían alejando.

-Soy Ungjae, pero puedes decirme Jae.- Dijo con una sonrisa, mirando hacia el frente.

-Mm.. Yo soy Minho.-

-Minho.. ¿Y tienes algún sobrenombre o algo?- Minho negó con la cabeza. La única persona que le había puesto un sobrenombre había sido su madre, y dudaba que alguien en la escuela quisiera llamarlo "bebé". Ni él quería ser llamado de esa forma en otro lugar que no fuese su casa. -Está bien, ¿te molesta si te llamo Min?-

Ungjae parecía alguien agradable, aunque sabía que luego iba a alejarse y encontrar mejores compañeros, no dudó en aceptar el sobrenombre que le había dado.

Había decidido quedarse en el salón hasta que el receso terminara, como lo hacía siempre, sin embargo Ungjae lo arrastró hasta el comedor para que le hiciera compañía.
-Y dime Min, ¿siempre eres así de callado o yo no te agrado?-

-Perdón.- Dijo dejando sobre la mesa la manzana con la que había estado jugando sin siquiera darle un mordisco.  -No acostumbro a hablar con alguien más de dos palabras.-

-¿Por qué?- Ungjae sabía que era demasiado curioso, pero no podía evitarlo. Con el poco tiempo que llevaba conociendo a Minho no lograba entender porqué nadie se juntaba con él, y tal vez pensó que era decisión de él más que de los demás alumnos.

-Te seré sincero Jae, tal vez en lo que reste del día o mañana, ya no quieras mi compañía y voy a entenderlo. No soy alguien normal, tengo problemas, depresión que me llevó a tener insomnio, lo que a veces logra que sea impulsivo, o incluso agresivo.
Así que mejor te recomiendo que busques otro compañero y..- Fue interrumpido.

-¿Y eso qué? No es como que tengas una enfermedad súper contagiosa.
Sí quiero ser tu compañero Min, ¿Tú quieres serlo?-

Minho no logró ocultar del todo su sorpresa, Ungjae parecía dispuesto a ser su compañero sin importar qué tan mal estaba él.

-Porque si tú quieres que te deje en paz..- Ahora fue él el interrumpido.

-Si quiero serlo.- Sonrió agradecidamente.

La vuelta a casa se le hizo más rápida e incluso más agradable que otras veces, se sentía patético, a lo mejor Ungjae sólo había sido amable y luego sí se terminaría alejando, pero no podía evitar la emoción de pensar que probablemente tendría un amigo después de tanto tiempo.
Su casa estaba en silencio, por lo que supo que su madre aún no había vuelto, así que fue a su habitación y se tiró sobre su cama. Estaba cansado así que cerró sus ojos para descansar hasta que su madre llegara, pero cuando lo hizo una imagen invadió su mente.
Bang Chan.

-Y ¿qué tal?- Interrogó Kim a la salida

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-Y ¿qué tal?- Interrogó Kim a la salida.

-Son buenos alumnos, y sobretodo respetuosos. Fue un buen día.- Respondió Chan con una sonrisa.

-Me alegra y tranquiliza mucho oír eso.- Suspiró y le sonrió. -Lo veo mañana profesor Bang.-

Chan subió a su auto y se dispuso a volver a casa feliz por haber tenido un muy buen primer día. Al frenar en un semáforo en rojo, miró por la ventanilla, muchos alumnos esperaban el transporte sin embargo su vista se clavó en Minho. Tal vez si en ese momento le preguntaran el nombre de todos los alumnos que había conocido ese día, no los recordaría. Pero sí el suyo. Sí ese nombre tan bello que por alguna razón no había salido de su mente.
Él estaba bajo la sombra de un árbol, alejado de los demás, con sus auriculares puestos y su mirada perdida. Tal vez ese ya era un rasgo suyo.
Una bocina lo sacó de su trance y notó que el semáforo ya se encontraba en verde. ¿Cuánto tiempo lo había estado observando? Se golpeó mentalmente y se mantuvo concentrado en su ruta hasta llegar a su departamento.

-Cuéntame.- Dijo horas después Mark.
Mark era su mejor amigo, se habían conocido en la universidad, y habían creado un lindo vínculo, ya que ambos eran australianos. Sin embargo, Mark había tenido que abandonar luego de perder a sus padres. Tuvo que comenzar a trabajar para sobrevivir y así poder retomar sus estudios con el tiempo, por eso, al recibirse, Chan no había dudado ni un segundo en proponerle vivir juntos y así ahorrar gastos.
Mark ahora trabajaba por la mañana, cursaba por la tarde y estudiaba por la noche. Realmente lo admiraba.

-Fue... Fue un gran día.- Respondió sonriendo mirando su plato de comida.

-Me asusta conocerte tanto Christopher, esa sonrisa me dice algo que tú no.-

INSOMNIA [MINCHAN-BANGINHO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora