EPÍLOGO

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–Con permiso señor Lee, su paciente favorito está aquí.- Sonrió la bella secretaria.

–Hazlo pasar.- Respondió feliz. Esa semana no estaba siendo fácil para él pero el oír quién estaba allí fuera lo animó.

Cuando la puerta volvió a abrirse un hiperactivo canino se hizo presente, arrastrándo con él a un pequeño niño de 5 años.
–¡Hola tío Min!- Le sonrió a pesar de estar lidiando con su mascota.

¡Hola Jaemin!¡Auch!- Se quejó cuando el padre del niño saltó sobre él, dándole un abrazo.

–¿Cómo está el mejor veterinario del mundo entero?

–¿Qué te he dicho de decirme así?- Rodó los ojos.

Sí, los años pasaron pero la amistad de esos dos se fortaleció más que nunca. Vivieron momentos hermosos juntos, como la boda de Ungjae, el anuncio de que sería padre y cuando llegó emocionado a decirle que tendrían un muchachito y él había elegido su nombre.

•••
–¿Estás listo? Redoble de tambores... ¡Su nombre será Jaemin!

–¡Wow! Es un lindo e interesante nombre, ¿cómo se le pudo ocurrir a alguien como tú?- Rió luego de recibir un golpe en su hombro de parte de su amigo.

–Mal amigo, ahora voy a cambiarlo, no mereces que lleve ese nombre.-

–¿No merezco? ¿Acaso yo seré tu hijo?- Minho no dejaba de reír.

–¿No te das cuenta? ¡Que lento eres!.

–¿Darme cuenta de qué?

–Jaemin. UngJAE, MINho.- Enfatizó mientras hacía movimientos con sus manos.

–¿Qué?- La sonrisa que estaba en su rostro flaqueó debido a la emoción que sintió recorrer su cuerpo.

–Te lo dije, siempre he estado secretamente enamorado de ti.- Bromeó para no sensibilizarse ahí mismo y terminar llorando.

Minho sólo lo abrazó y a pesar del intento de Na, ambos terminaron soltando unas cuantas lágrimas.
•••

Luego del control correspondiente y colocar la vacuna que necesitaba, el pequeño Jaemin y su cachorro Coco se quedaron jugando en una esquina de la sala mientras los dos adultos conversaban.

–¿Has estado durmiendo y alimentándote bien?

–Si mamá.- Bromeó Minho.

–Pues te ves terrible así que no me mientas.

Minho sólo sonrió rindiéndose. Ungjae lo conocía demasiado bien.

–Ha sido una semana difícil...

–¿Volvieron a discutir?

–Se acabó.- Respondió luego de un cansado suspiro.

–¿Qué quieres decir?

–Dijo que estaba cansado, que esta relación jamás podría avanzar si no estoy dispuesto a soltar el pasado y dejar cicatrizar las heridas.

–Wow... eso fue bastante triste y poético.- Intentó romper un poco la tensión.

–Sabes que él es así...

–¿Cómo te sientes?

–Extraño.- volvió a suspirar. –Quiero mucho a Hwa, Jae. Pero amar... Nunca pude volver a sentirlo con otra persona.

Ungjae tomó sus manos por sobre el escritorio para demostrarle un poco de apoyo. –¿Sabe que volvieron a hablar?

–Esa fue la gota que rebalsó el vaso.- Estiró su cuerpo hacia atrás en la silla, dejando su vista perdida en el blanco techo del consultorio. –Fue muy duro para él saber que volví a hablar con Chris, y que lo hacemos todos los días. Aunque le dije que ahora somos buenos amigos no logró creerme.

–No quiero justificarlo pero...- La vista de Minho se clavó en él. –Lo de ustedes dos jamás será una buena amistad y lo saben. Sus corazones le sigue perteneciendo al otro, es sólo cuestión de tiempo para que todo este falso escenario se caiga a pedazos y no les quede otra opción que aceptar sus sentimientos nuevamente.

Minho siguió mirándolo otro buen rato, aunque sólo sus ojos estuviesen en él y su mente viajando. Finalmente sonrió. Esa sonrisa tan cálida y única que Lee Minho tiene. –Gracias Jae. De verdad, muchas gracias.

La tarde comenzó a caer pero el ánimo de Minho iba en ascenso luego de la visita de su amigo.
Eso y que después de otros tres pacientes, un mensaje haya llegado a su celular.

Sí, habían madurado. Pero su magia y química seguían intactas. Ambos corazones latían con fuerza y felicidad con cada mensaje del otro.

Comenzó a guardar sus cosas cuando su turno terminó, sólo quedaba cargar algunas fichas en su computadora pero lo haría en casa, se sentía cansado y hambriento.
Estaba a punto de ponerse su abrigo cuando golpearon la puerta y un segundo después su secretaria entró.

–Lo siento señor Lee, hay una emergencia fuera.

–Adelante.- Respondió de inmediato. No importaba que tan cansado estaba, siempre podía aguantar un poco más si eso ayudaba a la vida o salud de algún animalito.

Lavó sus manos lo más rápido que pudo y cuando terminó de secarlas la puerta fue abierta. Un adorable canino blanco y de orejas café corrió a él como si no lo hubiese visto en años. Su cola y cuerpo se movían de un lado a otro sin poder ocultar su felicidad.

–¿Tú eres la urgencia? Pero te ves muy bien- Le habló. –Oh, eres una niña. Una bella niña.

–Su nombre es Berry.

Esa voz. Todo pareció detenerse alrededor y por un momento Minho pensó que había dejado de respirar.
Levantó lentamente su cabeza y al ver a la persona que estaba frente a él, supo que no había sido su imaginación.
Fue inevitable la sonrisa que se desprendió de sus labios.
Chris estaba allí.

El incio de un nuevo capítulo se abrió para ambos.

INSOMNIA [MINCHAN-BANGINHO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora