TREINTA Y DOS.

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Gruñó al sentir un peso extra sobre su cuerpo, lo estaban despertando de la manera más ruidosa y torpe del mundo.
-Feliz cumpleaños querido Minmin, feliz cumpleaños a ti.- Canturreaba Ungjae mientras estaba tirado sobre él, dándole un abrazo y algunos besos.

-¡Ya!- Se quejó Lee removiendose hasta quedar sentado en la cama. Su sonrisa se hizo presente cuando su amigo volvió a hablar.

-Feliz cumpleaños Minmin.- Sonrió alegre mientras le extendía su regalo.

-No te hubieses molestado.- Habló intentando ahogar el nudo que se formó en su garganta. Hacía muchos cumpleaños que no recibía regalos de otra persona que no fuese su madre.

-Sh, no es nada en comparación de lo que Minmin merece.- Sonrió más ampliamente. -Y eso no es todo.-

-¿Hay más?- Preguntó confundido.

-Sí, pero tendrás que esperar.-

-¿Esperar qué?-

-¡UNOS CUÁNTOS ABRAZOS MÁS!- Gritó Ungjae, saltando nuevamente sobre su cuerpo. Minho se quejó por costumbre, pero la verdad es que se sentía más feliz que nunca.

-¡Feliz... cumpleaños hijo.- Su madre ingresó a su habitación y la imagen que vio no fue para nada de su agrado, pero no diría nada, era su cumpleaños y la primera vez en años que lo veía tan alegre en dicho día. -Tu desayuno y el de Ungjae ya están listos, yo ya debo irme.-

-Ahora bajamos mamá, gracias.-

Su madre le dio un vistazo a su amigo y luego a él otra vez -Deberías darte un baño primero.-

Minho asintió y ella, nuevamente, le dirigió una última mirada a Ungjae, para luego irse.

-No le caigo muy bien a tu mamá ¿verdad?-

-Piensa que eres el amigo gay mala influencia.- Rió poniéndose de pie.

-Pues debería saber que ese eres tú, luego de tanto tiempo hasta te empiezo a encontrar guapo, ¿siempre tuviste esa cintura?-

-Lo siento bebé, ya tengo dueño.-

-Tendré que conformarme con tener un crush por ti entonces.-

Ambos rieron y se dirigieron, Ungjae a la cocina y Minho a la ducha.

-No deberías haberme esperado, podrías haber comido ya

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-No deberías haberme esperado, podrías haber comido ya.- Dijo entrando a la cocina, con una pequeña toalla secando su cabello.

-En realidad, yo ya desayuné.. Pero no te preocupes alguien más lo comerá por mí.- Sonrió con picardía. Minho iba preguntar justo cuando unas manos taparon sus ojos desde atrás.

-¡Feliz cumpleaños bebé!- Susurró una voz en su oído. No hacía falta abrir los ojos para saber de quién se trataba, él sabía que era la persona que más deseaba que estuviese a su lado.
Se giró lentamente y se encontró con Chan, quien tenía una enorme sonrisa en su rostro.

-Espero que no te moleste que lo haya dejado entrar, ni que le haya dicho a tu mamá que no había desayunado para venir a hacerlo contigo, con esto me odiará más.
El profesor Bang me debe una muy grande.- Volvió a hablar Ungjae cortando el beso que habían comenzado los otros dos.

-¡Por supuesto que no me molesta! Jae eres el mejor amigo del mundo.- Respondió Minho saltando sobre él para darle un fuerte abrazo.

-¡Ya ya! Me voy, nos vemos esta noche.- Dijo alejándose de la cocina. -¡Usen condón!- Gritó desde la puerta para luego desaparecer tras ella. La cara de Minho se prendió en un rojo salvaje.

El resto de la mañana estuvo llena de besos, abrazos y... algo más.

Se despidieron poco después del mediodía ya que su madre almorzaría con él.

-Te veo esta noche, te amo.- Dijo Chan dándole un último beso.

Y Minho sonrió. Porque todo iba de maravilla y nada podía arruinarlo...

INSOMNIA [MINCHAN-BANGINHO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora