De la ficción a la realidad

PARTE XXIV - Johnny

¡Soy un idiota! ¡Realmente un idiota!
Me enfadé con Timmy por una foto que subió con uno de sus amigos. Me parece que era Peng Peng, y él es uno de sus mejores amigos y yo debo respetar eso.
Desde que me enamoré de él, no tolero verlo con otras personas o que se le acerquen amablemente a él.
Debo controlar estos celos, o perderé a Timmy.
Ese día había salido a buscar su regalo, como era feriado por la fecha, no había mucho que ver.
Estaba buscando algún dato en su weibo de las cosas que le gustan además de los gatos y pikachu, en eso veo que sube una foto con uno de sus amigos. Su rostro parecía estar pleno y sus ojos eran brillantes y cálidos. Se veía muy feliz, lo que me provocó una sensación de dolor de estómago y náuseas.
No se me ocurrió nada mejor que hace que comentarle su foto con emojis vomitando.

Luego de eso, seguí buscando y en una de las vitrinas divisé un hermoso peluche. Eran dos pikachus que sostenían un corazón. Cada uno de ellos llevaba una cinta celeste y otra rosada, por lo que me sentí identificado. Somos él y yo intentando sostener nuestro amor que ha florecido y que ha crecido. No dudé ni un solo instante y se lo compré.
Al rato, la notificación de de Wechat me llega. Es Timmy.

Su respuesta fue tajante y dolorosa. Decirme que no me meta en sus cosas, es duro e insensible. No puedo evitar preocuparme por sus cosas. Al parecer le molesta eso y así me lo hizo saber.
Sé que no tengo derecho a sentirme celoso ni siquiera por su amigo y tampoco debí haberle enviado esos emojis, no fue lo correcto. Después de todo, no tenemos definida la relación que tenemos, pero no pude sentir estos malditos celos.
Aun así, su respuesta y la forma de escribirme para protegerlo a él fue hiriente.
La emoción que había sentido por comprarle su regalo se me quitaron y fue reemplazada por la decepción, pero no sé si fue decepción por él o por mí.
Después de eso, no volvimos a contactarnos hasta el día de hoy.
Dos días han pasado, y lo extraño. Comienzo a sentirme que soy yo el culpable de esto... otra vez.
Decidí no llamarlo ni contactarlo porque sé que está molesto conmigo y sé que es capaz de mandarme a la mierda si fuera necesario. Ya lo hizo una vez ignorándome por completo y no quiero volver a pasar por lo mismo.
Había terminado de hablar con mi mánager cuando mi teléfono suena.

¿Han sentido esa sensación cuando la chica o el chico que les gusta, se contacta con ustedes? Bueno, es lo mismo que estoy sintiendo ahora.
Lo siento como si hubiera hecho borrón y cuenta nueva. Por una parte, el alivio llega a calmar mi corazón porque sé que no está enfadado y quiere verme. Pero, por otra parte, él debe pensar que el que cometió el error fui yo.
Bueno, si debo disculparme nuevamente con él, tendré que hacerlo.
Como aún es temprano, aprovecho de ordenar un poco mi departamento y envolver el regalo de Timmy. Sin darme cuenta, la hora se me pasó volando y apresuro todo. Adorno la mesa para dos, saco un vino que tenía guardado y me voy a la ducha.
Cuando termino, el timbre suena. Miro mi reloj que son las 7, entonces no es Timmy. Veo a través del "ojo de pescado" y era él.
¡Sorpresa! Ha llegado temprano.
-Hola-.
-Hola, adelante-. Le digo.
Su rostro muestra felicidad como si nada entre nosotros hubiera pasado, por lo que me incomoda un momento. No sé qué es lo que está pensando ahora y tampoco me deja que lo adivine.
Entra, deja un bolso en el sofá y me ayuda a servir.
La cena se ve apetecible. Tofu, arroz chaufa y pato a la pekinesa.
¡Delicioso!
Mientras transcurren los minutos, me acomodo a la conversación y poco a poco los rastros de tristeza y preocupación se van desvaneciendo.
Conversamos de todo un poco y de algunas anécdotas que tuvimos a lo largo de las grabaciones, los proyectos y más, hasta que recuerdo que tengo su regalo que se lo debía y se lo entrego.
-Oh, cierto, antes de que se me olvidé. Feliz navidad-.
-Gracias-. Me dice sonriendo.
Cuando saca su peluche, su rostro parecía demasiado emocionado como si fuera un niño pequeño, alegrando completamente mi alma.
¡Le gustó! Un punto para el gran Huang Jingyu.
-¡Gracias! ¡Está hermoso!-.
Me agradece con beso en la mejilla que me pilla totalmente desprevenido. Ya necesitaba sentir sus labios en mi piel.
Él se levanta, toma un paquete y me lo entrega.
-Toma. ¡Feliz navidad!-.
Se acordó también de mí.
-Gracias-.
Lo abro lentamente, y saco un peluche de una ballena.

¿Es en serio que hasta en eso estamos conectados?
Me pone muy feliz, porque es algo que él compró pensando en mí.
¡Está muy bello y me encanta! Dormiré todas las noches con él.
-¡Qué hermoso! Gracias-.
Le agradezco de la misma manera que él conmigo.
Cuando terminamos de cenar, levanto los platos y me dirijo a lavarlos sin dejar de conversar y bromear con Timmy, pero en ese momento recuerdo lo que pasó y siento la necesidad de hablarlo y aclarar las cosas. No quiero que quede como si nada hubiera pasado.
-Zhou Zhou-.
-¿Sí?-.
-Perdona-.
-¿Qué? ¿Por qué?-.
-No debí reaccionar de esa manera. No lo sé, sentí celos al verte con ese chico. Soy realmente patético, ¿verdad?-.
Le converso sin levantar la vista hacia él, pero me voltea para que quedemos frente a frente.
-Si alguien debe pedir perdón, soy yo. Reaccioné de mala manera y no debí decirte que no te metieras en mis cosas-.
Sí, la verdad es que dolió mucho, pero haber hecho una tontería de niño malcriado, me supera.
-Es que... Yo sé que eres una persona seria y que no te irás con cualquiera que se interponga en el camino. No debí sentir estos celos tan ridículos-.
-Dejémoslo así. No estropeemos esta noche-.
Sabía de alguna manera que me diría que todo está bien, pero no lo está. Aunque haya sido una tontería, se debe conversar y aclarar las cosas para tener una buena comunicación.
-Sé que no dirás nada y tratarás de calmar las cosas, pero creo que es mejor hablarlo y aclarar las cosas. No quiero que pienses que soy una persona obsesiva o celópata-.
-¿Te parece si lo olvidamos?-. Me dice abrazándome de la cintura y acercando su rostro, lo cual me deja hechizado de inmediato.
-Me parece perfecto-. Le digo.
Lo beso apasionadamente mientras entrelazo mis manos. Al separarnos, Timmy habla.
-Te extrañé demasiado-.
-Yo también te extrañé y mucho-.
Volvemos a unir nuestros labios y lo conduzco hasta mi cuarto donde esta noche, mis sábanas, mi cama y las cuatro paredes que nos rodean serán testigos del inmenso amor que le tengo a Timmy.
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