Acércame tus manos

Capítulo 73

Narra Vane

Dos días más y ya no damos más. La sed nos está matando, hemos administrado el agua como pudimos, bebíamos de a tragos y cada cierto tiempo, pero no fue suficiente, no hay más.

-Lo siento mucho, Vane, quizás no fue buena idea escapar, los hubiésemos drogado y esperábamos en la isla, pero de verdad pensé que lograríamos.- Dice Nali que respira con muchísima dificultad y ya casi no puede hablar. 

Sin sus pastillas, el paso de las horas se le hacen mucho más difíciles.

-Oye no, no es tu culpa, ¿quién nos iba a decir que esa tormenta se aparecería?-

-¡Que suerte la nuestra!- Dice y emite una especie de risa.

Me acerco a ella y hago que se recueste por mí, está verdaderamente mal. Estamos sentadas en la proa, ya ni tenemos fuerzas para movernos y hace bastante frío, así que la abrazo para darnos calor.

-Si no salgo de aquí, prométeme...-

-No digas eso, Nali.- Interrumpo.

-Déjame hablar, por favor. Si no lo logro, dile a mi ma y a mi abue que lo siento mucho, que no podremos hacer el viaje que les prometí y que las quiero, y a mis hermanas, a esas cabronas les dices que beban mucho en nuestra playa por mi.- Ríe. -Y a Ana, mi Ana...- Suspira - ...a ella dile que la amo. Joder, quería verla una vez más.- Dice con lágrimas en los ojos.

Lloro también, joder, jamás imaginé que terminaría mis días así.

-Oye, si yo no salgo de aquí...- Esta vez soy yo quien habla. -Dile a mis padres y a mis hermanos que los amo, que me siento orgullosa de ser parte de esa familia, a mis perros que les agradezco por haberme dado el amor más puro y limpio del mundo, y a ella... que me hubiese gustado tener más tiempo.-

-Vale, lo prometo, pero tu promete que lo primero que harás al salir de aquí, es decirle que la amas. Tienes mucho tiempo.-

-Tenemos mucho, tiempo, Nali, saldremos de aquí y es más, tu me acompañarás a decirle que la amo, ¿me harías ese honor?-

Me mira con una media sonrisa y muchísima ilusión en su rostro y, al mismo tiempo, mucha picardía.

-Tendré la cámara lista, lo prometo.-

Narra Mónica

-Hemos hecho el mismo recorrido dos veces Mónica, no hay nada.- Dice Juan.

-Quizás sea hora de recoger todo e irnos.- Agrega uno de los rescatistas.

-Tienes que informar, Mónica.- Dice Tony notoriamente apenado.

El día sigue pasando, han recorrido todo y nada. El frío es cada vez más crudo.

Me siento llevando todo el peso de mi cuerpo sobre mis brazos apoyándolos en mis piernas, con la cabeza gacha, esto no puede estar pasando.

Siento un brazo sobre mi hombro, es Malú que se sienta a mi lado, la miro y sus ojos están llenos de lágrimas y hay mucho dolor en ellos.

Nos mantenemos la mirada, ninguna de las dos podemos creer que esto esté pasando. Niega con la cabeza, toma mi mano con fuerza.

-Es hora de irnos.- Dice resignada.

-No, por favor, no podemos.- Me quiebro. -Han sido solo unas horas, todavía podemos...-

-Es hora de irnos, hija.- Interviene Toñi.

Me quedo en silencio, no me salen palabras, esto no puede ser real. Malú mantiene su mano en la mía, la tomo con fuerza, en este momento vivimos el mismo dolor.