Capítulo 11 parte 2

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Antes de iniciar este capítulo, quiero presumirles el maravilloso art que hizo la talentosa FantasiaCandy de nuestro hermoso señor Terrence. 😍😍😍

¿Verdad que está bello?

¿Verdad que está bello?

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Ahora sí, el capítulo.

🗡️🗡️⚔️🗡️🗡️

Lady Candice respiraba agitada. Seguía parada junto a la ventana, donde la tormenta Terrence acababa de dejarla. Lo odiaba. Odiaba que su presencia y caricias bastaran para someterla, para mantenerla bajo su influjo.

¿En qué momento pasó de temer su presencia a desear sus besos?

Si no quería terminar echa un guiñapo a merced de las migajas que él quisiera darle, debía encontrar la manera de irse lo más pronto posible. Debía abandonar el castillo ahora que todavía era dueña de su corazón, antes de que él se apoderara por completo de él. Se iría a la menor oportunidad. No pensaría en las consecuencias o no sería capaz de hacerlo, cualquier cosa era mejor que terminar sus días confinada en ese remoto castillo a merced de un pirata temperamental e inhumano.

—Venga, la ayudaré a quitarse esta ropa mugrosa —expresó Jane caminando hacia ella.

—Debemos irnos de aquí, Jane —habló Lady Candice, revelándole a la doncella sus intenciones.

Necesitaba su ayuda. Estaba segura que el señor Terrence la mantendría vigilada. Probablemente ni siquiera le permitiría salir de esa alcoba.

—El rufián ese espera que lo haga, milady —dijo Jane parándose frente a ella—. Estará preparado para impedirlo

Ambas se miraron con desconsuelo. La doncella tenía bien grabadas las palabras que él le dijera hacía un momento cuando salió de la habitación hecho una furia.

—No quiero estar aquí... me hace daño —confesó la joven.

Los sentimientos que el señor Terrence comenzaba a inspirarle eran dolorosos, pero no tanto como la lucha que tenía en su corazón. Y bien sabía que si continuaba en ese lugar, cerca de él, perdería completo la batalla.

—Yo haré lo que usted decida, milady. —Jane la tomó de la mano en señal de apoyo.

—Las dos harán lo que yo diga —ladró Terrence desde la puerta, sorprendiéndolas.

Maldiciendo el poder que su monjita tenía sobre él, se había regresado de la puerta de las escaleras de caracol decidido a disculparse y hacer las paces con ella. ¿Y cómo le pagaba? ¡Conspirando en su contra! ¡Haciendo planes para abandonarlo a la menor oportunidad!

—Permanecerán en esta habitación hasta que yo ordene lo contrario —espetó, su mirada endurecida hizo que la piel de lady Candice se erizara.

—¿Va a convertirme en una prisionera de verdad, capitán?

Quiero tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora