•Un trastorno JJK™

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El asintió tímido, y mientras lo besaba, lo cargué y lo llevé hasta mi habitación, dejé su cuerpo en mi cama, su respiración era entrecortada y yo sentía que me daba el poder de hacer lo que sea.

Lo miré por última vez, noté como tragaba saliva y yo solo logré excitarme más, mis besos bajaron hasta su cuello, masajeaba sus piernas, las apretaba más que nada, su cuerpo me tenía mal.

Mis labios continuaron hasta su pecho, saqué mi lengua y dejé un rastro de saliva hasta su pelvis, ahí con rapidez, le quité su boxer y pijama de una sola vez.

—Ahh... Jungkook —habló JiMin tratando de sentarse, pero se lo impedi —esperate.

—¿Que ocurre? —mi voz sonaba más ronca de lo normal, mis manos estaban en sus caderas, bajé mis ojos y los pasé por su cuerpo, centímetro por centímetro, Vi sus pezones erizados, su abdomen plano pero sin forma.

Su cintura pequeña, perfecta para cuando lo abrazaba y mi mano encajaba bien, bajé más y su pene estaba erecto, la punta rosada pedía que fuera tocada, deslice mis dedos por su suave piel, hasta que comencé a sentir su bello púbico.

—¡Espera Jeon! –volvió a hablar, siendo honestos, JiMin me tenía mal, y yo no podía parar, lo necesitaba coger en ese momento.

Y no espero que entiendan, porque nunca han tenido un cuerpo así a su disposición.

Tomé su miembro y escupí en él, comencé a masturbarlo.

—ahh... —escuché que gimió, me acerqué a él y comencé a besarlo con euforia, el era mi euforia, siempre provocaba eso en mí...

Me metí entre sus piernas, dejándolas al rededor de mi cintura, no podía dejar de tocar todo su cuerpo, más que nada su trasero, era tan redondo, debía escuchar como rebotaba contra mi pene, debía ver cómo JiMin tragaba todo.

Me alejé de él, agarre la botella de prudence entre mis falanges, luego vertí un poco en la entrada del rubio, y también en mis dedos.

—JungKook... –susurró JiMin con sus piernas temblando.

—No esperes que sea delicado contigo, precioso –le dije antes de meter tres dedos hasta el fondo en su entrada.

—¡Ahhh! —gritó, comencé a mover mis dedos con rapidez —¡Me duele! Espera kookie.

No escuché, seguía con mi cometido hasta que me empujó, caí de sentón al suelo. JiMin me había pateado... Me levanté confundido y Vi como lloraba, estaba sollozando, tratando de tapar su cuerpo. Me sentí mal.

—¿Que putas sucede contigo? –me preguntó llorando, y también enojado —sabes perfecto que soy virgen, sabes que es mi primera vez... Y me tratas ¿Así?

Entre en razón, ví mis dedos, llenos de lubricante, lo ví a él, su cuerpo sufría espasmos, no, no sé me había olvidado que para JiMin era su primer encuentro.

Me odiaba por eso, odiaba mi condición. Me senté a su lado, para mí sorpresa el no se alejó, algo en mi interior se rompía, ¿A quien engañaba? Odiaba ver a JiMin así, y más por mi culpa, y sin darme cuenta, comencé a llorar también...

—JiMin, de verdad lo siento tanto... –le dije en un hilo de voz, me bajé de la cama y me puse de rodillas, no podía mirar sus ojos, me sentía una mierda —de verdad, perdóname... No era mi intención, no sé cómo me atrevo a lastimarte, a tí...

Mís lloriqueos eran más sonoros, iba a bajarme hasta el piso, pero el rubio, el chico más lindo y hermoso que conocí, tomó entre sus manos mi rostro, hizo que lo mirara y me besó, yo no entendía porqué hacía eso, en su lugar yo me hubiera ido, y fue por eso, y fue ahí, que me di cuenta que lo amaba.

Porfavor, corrompemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora