•¿Lo intentamos de nuevo?

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POV. JUNGKOOK

Uno no sabe cuánto ama a alguien hasta que esta persona se adueña de ti. Es difícil diferenciar cuando ya dependes de ella y tu amor se convierte en... algo no sano.

Si soy sincero, nunca desarrolle dependencia emocional con alguien, pero yo si he sido la dependencia de aquellos. Fueron solo dos veces, y a la segunda pude ver lo egoísta que era, y decidí ya no volver a relacionarme con alguien en una conexión de amor, una pareja.

Tenía doce años cuando conocí a mi primera pretendiente, era una niña sumamente tierna, sus ojos eran grandes, su cabello ondulado y largo, era un poco más bajita que yo, pero su cariño por mí comenzó a tornarse en obsesión o algo parecido, siempre quería estar conmigo en los equipos de trabajo, me veía hablar con una niña y ella me reclamaba y lloraba, cosa que hacía, por más mínima le afectaba, y llegó a un punto en que su estado de ánimo bajo horrible y no era la misma, aunque fuéramos en uniforme, se notaba que ya no le importaba arreglarse, su sonrisa se apagó y duró un mes sin ir a clases. Cuando regresó, me pidió disculpas por haber sido de esa manera, las acepté incluso la abracé y dije no pasaba nada, todo estaba bien.

Pero yo no estaba bien.

A esa edad yo había desarrollado cierta obligación a que las personas recibieran lo que querían de mí, pues todo empezó por mis padres, mis síntomas de tener un trastorno empezaron muy chico, mis padres se enojaban creyendo que era desobediente y mal hijo, después a los 12 me diagnosticaron y siempre me decía que debía esforzarme para no hacer sentir mal a los demás, fue cuando intente hacer todo lo que la gente esperaba de mí, era una presión grande para mi edad, y también estaba descubriendo que me gustaban los niños y niñas por igual, mis padres queriendo quitarme el trastorno como cualquier enfermedad con medicamentos y terapias todos los días, esa niña me cansaba pero nadie sabía cómo me hacía sentir su insistencia.

La vida nunca fue fácil para mí, fue que mi depresión resultó ser mayor e intente suicidarme, pero no resultó como yo hubiese querido. Aunque eso conmovió a mis padres a ser más tolerantes y darme más cariño, al año y medio se hartaron y volvieron a tratarme como un adolescente desobediente. A los 16 me peleaba con ellos y dejé de ir a tratamiento y tomar medicamentos, dejé que mi trastorno me guiara y me comportaba como tal, sin estar dopado ni nada, ya no podían controlarme y en la escuela era el más amargado.

Pero gracias a la vendita pubertad, no estuve solo por mi físico, cambié de manera drástica y me convertí en uno de los chicos que más buscaban y con muchas confesiones de la escuela, después vino mi promiscuidad. Mi vida de joven no era satisfactoria, porque cuando intentaba algo con alguien, salía igual de perjudicada como mi estado mental. JiMin era uno de ellos.

Es por eso que me afecta que una persona dependa de mí, no me gusta que lo hagan porque me provoca un estrés, el sentimiento de ser lo que todos querían que fuera se había desvanecido, pero dejó secuelas.

La diferencia de esa niña en la secundaria y de JiMin, era mucha: ella me conoció dopado, JiMin no, ella era muy celosa cuando hablaba con otros, JiMin no, la edad también influía y los comportamientos, y lo que más me movía, era que sentía un algo muy grande y profundo por el rubio, a esa niña no la quería, pero estaba muy enamorado de JiMin y lo amaba, a mi manera absurda, pero lo amaba.

La dependencia de JiMin por mi provocaba que yo comenzara a sentir esa obligación de nuevo, no resultaba muy bien eso, y lo peor de todo es que él no sabía cómo funcionaba, no sabía nada de mí ¿por qué estaba conmigo? Me lo preguntaba siempre que lo veía, porque la verdad era que yo tampoco sabía nada de él.

Me levanté de la cama como si el alma y mi equilibrio me hubiera abandonado, veía borroso y mi cabeza dio vueltas, después de unos segundos volvía a la normalidad. Mi estomago se sentía vacío a pesar de haber cenado, caminé por el pasillo y todo estaba apagado a excepción de la televisión y la luz de la cocina.

JiMin estaba con sus piernas juntas, recargando su cabeza en su mano, ya cabeceaba, se veía cansado, usaba un suéter grande gris, con un pantalón negro, y su cabello estaba muy aplanado. Ya estaba empezando.

Había escuchado que, si amas algo déjalo ir, no podía dejar que JiMin se fuera, y no solo por mí, el regresaba.

Me acerqué hasta él, me puse de cuclillas para verlo de cerca, se veía muy bonito con los labios abultados y sus ojos cerrados, JiMin se veía muy tierno de esa manera. Dirigí, mi mano a su pierna subí hasta su rodilla, para luego recorrer su brazo y acariciar su mejilla, sonreí inconscientemente, creyendo que podía cambiar solo y para él. El rubio abrió los ojos alterado al sentir mi tacto, pero cuando sus pupilas me miraron, su rostro se relajó.

-Kook -habló al verme, puso su mano encima de la mía, acurrucándose en ambas –estaba muy preocupado por ti ¿estás cansado?

-No ahora que puedo verte -contesté contento, me senté a su lado retirando mi mano de su rostro –si no regresas tus amigos terminaran matándome -dije tratando se sonar gracioso, lo cual funciono pues el rubio sonrió.

-Ya es muy tarde, además sabe NamJoon, con eso basta –dijo, restándole importancia.

Nos quedamos perdidos en los ojos del otro, diciéndonos todo y al mismo tiempo nada a través de las miradas, no pensaba en otra cosa que no fuera él, el sonido de la tele se fue perdiendo, la luz que se reflejaba en su rostro hacía que se viera más perfilado, tan absorto estaba por sus ojos que él se acercó demasiado a mí, casi rozando mi nariz con la suya. Bajé mi mirada a sus labios, se veían rosados y gruesos, tenía unas ganas inmensas de besarlo, quería que sus labios envolvieran los míos y probarlo una vez más, que nuestras salivas se combinaran.

- ¿Puedo besarte? Pregunté regresando a su mirada.

-Si, por favor -contestó inquieto, parecía algo desesperado, pero a la vez calmado.

Uní mis labios a los suyos, cerrando los ojos, solo sentía como estos eran aplastados, teniendo mi boca llena de la suya, no los moví, quería sentirlos primero, percibir su respiración junto a la mía. Fui tomando su cuello con leves caricias en el, acariciaba con mi otra mano su mejilla, mientras que él tenía sus manos en mis piernas, sosteniéndose. Entonces comencé a mover mis labios, besando su labio inferior, lo lamí despacio, para luego hacer del beso uno apasionado, era un beso lento pero caliente, parecía que contenía lo que quería hacer con mi boca, así que decidí usar la lengua adentro de su cavidad bucal.

Acariciaba con el musculo lingual su lengua, después cerraba mi boca para besar sus labios y luego volvía a meter la lengua, sus manos acariciaban mis piernas con fuerza, estrujándolas, mis manos acariciaban su rostro. Lamentablemente dependemos de un factor para vivir, la falta de aire nos obligo a separarnos, dejando ver un hilo de saliva brillante. Reímos bajo al tenernos tan cerca y me puse tímido, él junto su frente con la mía mientras nuestros parpados estaban cerrados.

-Prometo cambiar –dije en un susurro –dame una oportunidad, JiMin -pedí suplicante, bajando mis manos a sus hombros, quería sentirlo así de cerca todo el tiempo que él me permitiera, quería que fuera para mí una vez más -de verdad lo siento, no quiero hacerte daño.

Sus manos subieron por mi cuerpo hasta llegar a mis mejillas, nos separó aun teniendo cercanía, me sonrió y dijo.

-Empecemos de nuevo, Kookie.

Una vez más, muchas gracias por esperar😞💖

Pensaba que para mí próxima historia me ayudaran a escoger el tema. Tomar en cuenta que será JiKook.

Tema 1: omegaverse (aquí)

Tema 2: Lucifer (aquí)

Tema 3: incesto (aquí)

Su opinión es importante para mi🙁

¡Nos leemos luego!







Ganó en incesto, y se llama mio fratello el mio regazzo

Porfavor, corrompemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora