•My mistake

1.5K 174 61
                                    

POV. JIMIN

Para ser honesto, la siguiente semana me la pasé mejor, la compañía de Lautaro me hacía bien, reíamos mucho y había descubierto que era un año menor que yo, entre horas estábamos juntos, tomábamos el desayuno juntos, me hacía olvidar un poco sobre la situación con Kook, estaba bien, pero no feliz, o al menos no como yo quería.

Mi relación con James comenzó a mejorar mucho, ya habíamos ido a patinar dos veces esa semana, junto a Julio, el mexicano seguía molesto, pero su temperamento había bajado, por lo que sonreía más y ya no era incomodo estar con él.

Parecía que todo se encontraba pacifico en mi vida, donde mi preocupación ahora era mi escuela, que mis amigos ya no me dejaran de hablar, parecía que todo estaba bien, y yo me sentía cálido, me sentía como el chico de antes.

Era viernes y esperaba a Julio y Lautaro en la salida, habíamos acordado ir a patinar todos juntos, para después ir a cenar, los cuatro nos
queríamos relajar de la pesada semana, aunque también dejar de lado los sentimientos negativos y pasar un rato con amigos.

Checaba mi teléfono, más específico mis fotos, veía las que tenía con JungKook, de haberlas visto semanas atrás, estaría llorando, preguntándome por qué las cosas eran así y no más sencillas, pero esa vez no, las miraba con una sonrisa tenue, queriendo volver abrazarlo, comenzaba a dudar de mi amor por él, porque mi vida con mis amigos era más tranquila y fácil.

En eso, llegó Lautaro, con una sonrisa Colgate, sus patines colgaban de sus manos, la luz solar de medio día lo hacía ver reluciente, tenía una bonita tez, se veía guapo. Pero no era él, no era el pelirrojo.

—¿Qué haces? -me dice al llegar conmigo, logrando ver mi teléfono, que en seguida lo pegué a mi pecho –se ven bien en esa foto –la sinceridad en su voz me hizo sentir en confianza para expresar mi sentir.

—La verdad es que lo extraño muchísimo...-confesé, con una sonrisa dolida, cuidando mis palabras para que no se enojara, como lo hacía Julio.

—Todos extrañan a quien aman, no te sientas mal por hacerlo –hizo un movimiento con sus hombros, restándole importancia, haciendo notar que no debería darle vueltas.

—Eres el único que no se enoja por esto -bajé la mirada, quería que mis amigos hicieran y dijeran lo mismo, deseaba que NamJoon ya no me ignorara, porque lo necesitaba mucho, bastante.

—Me has contado mucho de su relación, siendo honesto, creo que tú también deberías ir a terapia –se recarga en la misma pared que yo estaba, me miraba a los ojos –ya sabes, un psicólogo o algo por el estilo.

En eso, veo que Julios caminaba hacia nosotros, así que decido terminar la conversación, no quería hacerlo enojar.

—Claro, lo tomaré en cuenta –llegó el mexicano con nosotros, parecía entusiasmado –Julios, te presento a Lautaro –les presenté con una sonrisa de por medio. El de cabellera marrón extendió su mano para saludar a mi amigo, el cual gustoso la recibió.

—Ya era bueno conocer a un latino –dice Julios, estrechando bien la mano, haciendo un leve movimiento de arriba abajo.

—Lo mismo digo -contestó el contrario.

Caminamos todos hasta casa, sirvió para conocernos mejor, Lautaro nos decía como entró al instituto, era uno de los mejores alumnos allá, se había saltado dos años y a sus 17 ya estaba de intercambio, ambos quedamos muy sorprendidos, pues Julio y yo apenas habíamos ingresado ese año, teníamos pocos meses de estar ahí. Hablamos sobre el clima, como era chocante para mí, pues donde vivía era cálido y el invierno era aceptable, en Bradford siempre estaba helado, de vez en cuando el sol salía, pero no existía el verano, con suerte y la primavera se notaba en la ciudad.

Porfavor, corrompemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora