Crisis

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Hace días que no escribo.
¿Será que he vuelto a estar tranquilo?
¿Será que me siento calmado
aún siendo acosado por recuerdos
y pensamientos de aquello
que ya he vivido?

El estado de mis sueños
cuando recuesto mi cabeza
rebela más de mi estado,
pero no me dice nada
de esta insaciable pereza.

Esa que se queda sujeta a mi hombro
y se niega a irse. Esa voluntad
que está amarrada a mis talones
y no me ha dejado volar.

(Quisiera irme lejos)
al paraíso. ¿Dónde está?
¿Dónde se encuentra el sueño
ese, de niña buena
que tiré a la papelera?
No lo he vuelto a recuperar.

Quisiera irme
de este lugar.

Quisiera irme lejos,
repito. Pero mi mente está
sumergida en una intranquila calma.

¿Qué será?
¿Qué será este ardor de ojos que me mantiene preso?
¿Qué será este dolor de boca que me mantiene ciego?

Quisiera irme,
nunca llorar.
No, nunca más.
Nunca volver a llorar
mientras los recuerdos
empañan las sábanas.
Por la noche
quizás
cruce esa puerta una vez más.

Quisiera irme y volar
pero el pensamiento está muy lejos,
se ha vuelto inalcanzable, se ha vuelto sueño
y no lo he podido alcanzar.

La paz es peligrosa,
aún tengo sueño.
Mis ojos arden y mi boca
sigue cerrada (sigue rota).
Pero,
¿por cuánto tiempo?
¿Por cuánto tiempo más
permaneceré en silencio?

Siempre termino
abriendo los labios
y mostrando los dientes.

No tiene sentido.
Quiero dormir porque ayer
pasé soñando y convirtiendo
lágrimas en recuerdos
(o quizás fue al revés) pero

la calma es peligrosa
y mi paciencia se agota.

No sé qué pensar,
no entiendo. Aquello
que antes me atormentaba
ahora que lo estoy sintiendo
no es mas que un inútil pensamiento.

No entiendo,
aquello en lo que antes soñaba
ahora es solo un recuerdo.
Aquellas madrugadas de desvelo
han perdido todo origen y sentido.

¿Será que estoy...
creciendo?
Me niego. ¡No!

¡Basta! No soporto esto.
Entre más pienso
más borroso se vuelve
el camino que voy recorriendo.
Entre mas pienso
mas insignificantes se vuelven
aquellas noches de desvelo.

Entre mas siento...
La ansiedad es reducida a cenizas
y estas son entretejidas por la brisa
con esas palabras
que nunca salieron de mi boca.

Y cuando la tormenta ha cesado,
¡la ansiedad es consumida, se hace cenizas!
Y nada vuelve, y nada vuelve porque todo
ha sido
disminuido, achicado
a su tamaño natural.

Las preocupaciones se desvanecen.
(Mi cabeza duele)
Las lágrimas se disipan entre brisa.
(Mis manos sangran)
Los recuerdos lloran.
(¡Ya no quiero llorar!)
Pero tengo las manos atadas...

Entre más pienso
más insignificante se vuelve
este polvoso camino.
¿Será por eso que mis ojos
están ardiendo?

¿Será por eso que de mis ojos
salen dagas de odio?

(Me odio, me odio, me odio...)

Todo lo dicho y hecho ha sido en vano.
Todos mis pensamientos
han
explotado...

Las gotas de polvo pierden
color entre la luz,
les roban su esencia
y a sus cuerpos nunca les llega
el respectivo ataúd.

Todo lo que una vez pensé
y guardé dentro de mi boca,
todo lo que callé
y aquello que  grité,
haciéndome sentir loca
(rota, sola);
todo lo que una vez
estuvo almacenado
se ha vuelto...
Insignificante.

Lo sentimientos han caducado.
Ah... ¿Por qué era que estaba gritando?

Poesía insípida • #PGP2020 • [ 3 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora