Demasiado insípido para notar su sabor

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Te pienso cuando no quiero pensarte.

Eres solo un recuerdo que nada de manera inconstante por mis lagunas mentales, esperando impaciente una oportunidad de colarse e interrumpir mis fantasías.

Vale, soy incapaz de avanzar por mi misma. Necesito de un suceso que me hunda para resurgir de entre las supuestas cenizas. Necesito sentirme completamente abatida para empezar a moverme en busca de una salida.

Ahora que lo pienso, he abandonado mis metáforas solo para sustituirlas por versos y una prosa seudo poética mas explícita. La sutileza de lo abstracto ha sido arrancado casi por completo, dado que ya no necesito ejemplificar entre personificaciones mi superficial agonía, todo eso que me aterra y me molesta y se aferra a mí. Aunque lo correcto sería decir que yo me aferro a su insania, como novia tóxica que acosa a su expareja solo porque la ilusión del enamoramiento sigue vigente.

Incluso podría decir que estoy obsecionada con las cosas negativas, con las historias trágicas, con el drama, llegando al punto en que me perturba cuando el relato habla de sucesos alegres y de cómo el sol saldrá mañana aún si ahora llueve. Pero de cierta forma es una mentira, un engaño que me repito solo porque no me gusta hacer daño hablando sobre los problemas que me suceden. Porque mis problemas son tan leves si los comparamos con eventos mas realistas.

No considero que mi forma de interpretar las cosas sea profunda. No analizo, no valoro, no me quejo; tan solo lo escondo en un rincón donde nunca volverá a ser encontrado. Como si no valiera la pena decirle al mundo que me rodea lo que me gusta o lo que no. Ni si quiera estoy segura de saber lo que me gusta o lo que no...

Me hundo a propósito en esos agujeros vacíos.

¿Voluntad? ¿Voluntad decís? No tengo ni el valor para justificar mi falta de esta. No recuerdo haberme esforzado por mas que algo me convenga. Las sonrisas falsas son solo amabilidad pasajera, recreada únicamente para aquellos seres efímeros que solo pasan frente a la casa, siendo incapaces de ver los barrotes y cadenas.

Tan solo me mantengo estática, como esa garrapata adicta al perfume, esperando que la casualidad y el karma unan fuerzas y premien con algo mi precaria existencia. El "siempre consigo lo que quiero" es tan falso como decir que cuando me equivoco me retracto. Solo deseo algunas cosas sin dejar que el sentimiento se vuelva inaguantable, manteniéndolo lo suficientemente pequeño para no echarme a llorar cuando no lo consiga. Soy mediocre hasta en eso.

No sobresalgo, no imploro, no me retracto. Al orgullo lo tengo susurrándome al oído y a veces disfrazado de pereza, justo en el lado contrario de la conciencia, que siempre me empieza a gritar cuando algo le molesta. La ira se mantiene dormida y abre los ojos durante el insomnio, por eso me entran ganas de llorar si en la madrugada me pongo obsoleta y los mecanismos comienzan a crugir hasta que me duele la cabeza. Luego están la rechazada venganza y la silenciosa envidia, quienes hunden la escasa empatía que me queda.

Y me hago la tonta porque me da pereza entrar en debate sobre algún tema intelectual. Prefiero oír que escuchar, prefiero rendirme que anticipar. Prefiero nunca pensar antes de hablar solo porque detesto morderme la lengua.

He naufragado solo porque me dio pereza tomar el mando, aun cuando el paisaje estaba libre de tormenta. Así de inútil soy. Mentiría si dijera que he tratado de cambiarlo, pero solo sé huir durante los ratos amargos. Solo sé aplacar la emoción, reprimirla hasta que nadie note mi efímera obsesión. Soy el hijo bastardo que mi madre no abortó, porque le tiene temor a algún dios.

Si aquí escribiera que quiero cambiar o que estoy cambiando sería falso, porque me doy cuenta de mis propios cambios hasta que ya se han dado. Me dijeron que recordara y ahora siento que voy de retroceso, voy de mal a peor. Esta lírica no aporta en nada y su contenido está tan vacío como mi cráneo. Soy un idiota sin remedio, un pasajero en un bote sin remos, un plebeyo sin honor, un humano lleno de defectos.

Soy. Solamente soy. Sin razón alguna. Y sé que es incorrecto si digo que así soy yo. Pero soy. Nunca voy, nunca vengo. Solo caigo al vacío creado por mi propio r(d)epresión. Y yo soy el único culpable de ese error. Voy cayendo y callando hacia el vacío falso solo porque me da pereza buscar una manera de alcanzar los remos.

Me niego a narrar mi vida y a escribir de autosuperación.

Lamentablemente soy… un error que aún no ha caducado, que aún no ha abierto lo suficiente los párpados para dejar su estado de error. A veces me hace falta un regaño, una crítica que haga daño, para darme cuenta de mi propio caos. Porque yo… no…

Poesía insípida • #PGP2020 • [ 3 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora