Náuseas

32 5 2
                                    

Abrió su boca y de sus labios salieron mariposas,
volaron hasta lo más infinito del cielo
y luego cayeron en picada, cubiertas de llamas moradas.

El fuego crecía en sus cuerpos de plata
y los labios iban perdiendo piel y el pellejo

era cortado en rodajas.
Cada cosa que tocaba
se desintegraba.

Abrió su boca y salieron serpientes rotas,
con sangre manchando su piel escamosa.
Era vómito callando y cayendo como cascada,
rociando la insatisfacción en el frío piso
mientras sus costillas era compactadas
y el pecho le ardía
casi tanto como la garganta.

Moría por dentro
quizás.
La putrefacción
había hecho nido
durante la madrugada.

Toda escena de su vida se encontraba
aglomerada en un cielo incoloro
que la perturbaba. Y en su nariz se colaba
el olor a cloro y lavanda,
de esa ropa mal enjuagada.
Su mamá la regañaba mientras sus labios
no paraban de expulsar el veneno que aleteaba
y se iba volando. Volaba hacia la madrugada.

Su mente en blanco,
los labios punzando.
En sus ojos había llanto.
Las mariposas volaban
y otras caían
por el barranco
que destrozó la vida misma.

Fluía el líquido y las alas
acariciaban sus párpados
cuando se desbordaban
y ahogaban en el aire pagano.

Tocó su vientre y elevó su cabeza, cansada
de sentir esas estupefactas arcadas.
Se miró al espejo y dio dos tragos de una
botella pues eran solo náuseas.

Poesía insípida • #PGP2020 • [ 3 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora