Últimamente he fantaseado con la eliminación completa de mi existencia, me he preguntado si realmente valió la pena haber nacido. Y la verdad es que, aunque no tengo una respuesta clara, creo que tener una constante consciencia de todo lo que hago o digo es de cierta forma gratificante pero, al mismo tiempo, me gustaría ser un ente externo y vivir todo esto a como nadie lo ha vivido: con el alma fuera del cuerpo.
Creo que nunca debí haber nacido. Mi progenitora debió haberme abortado y seguido con su vida, porque con cada átomo de oxígeno que pasaba por mis pulmones alimentando mi cuerpo, algo dentro de ella era masacrado, aplastado hasta la inexistencia. Quizás no he encontrado la metáfora perfecta para ejemplificar todo esto que estoy pensando, esto que estoy sintiendo, pero me resulta agradable fantasear con un mundo donde mis hermanos y su madre son felices porque ella es capaz de ser responsable y hacerse cargo de todo.
Es posible que aún no me acepte del todo y eso no es algo desagradable. Se siente bien fantasear con ser despreciado por tu propia madre, porque así y solo así, todos los berrinches realizados quedarían justificados. No lo sé. Si viera mi historia fuera de mi cuerpo, seguramente me apuñalaría por la espalda por el simple hecho de que mi presencia es desechable, no vale la pena ser yo.
A veces quisiera saber cómo se siente ser omnipresente, verlo todo desde una perspectiva carente de emociones y sentimientos y tener la mente lo suficientemente fría como para erradicar de raíz aquello que está fallando. Aunque he tratado de hacerlo, creo que nunca lo he conseguido por completo. Mi visión de todo se ve limitada por mi cuerpo. Solo me queda decir que, desde esa diminuta perspectiva, ellos han estado alabando y echando flores a la persona equivocada, negándole abrazos y caricias y palabras bonitas a quien realmente las necesitaba.
La tendencia de los humanos de apreciar lo agradable y mimarlo y amarlo a mas no poder es algo despreciable. Es algo erróneo amar a alguien solo porque es sumiso y sonríe más, dejando de lado a aquel cuerpo débil cuyos pensamientos se volverán un infierno por el resto de su vida. Eso me hace pensar, ¿realmente he probado el rechazo? Creo que no, siempre tuve un si a aquellas cosas que realmente quería. Siempre tuve un sí porque siempre fui yo quien sonreía y estiraba la pata cuando lo pedían.
Es ahí cuando me doy cuenta que doy asco, solo he sido como una muñeca sumisa que acata con la cabeza gacha cada petición. Es ahí cuando mi mente entra en cortocircuito porque hay veces donde no soy capaz de identificar lo que deseo o si realmente deseo algo. ¿Valdrá la pena tener algo eterno? Estoy condenado a vivir conmigo mismo dentro de esta jaula nombrada cuerpo.
No vale la pena tener algo que terminará muriendo y, si lo único que será verdaderamente indispensable para mí será este cuerpo y esta vida, entonces quiero algo igual de duradero. Quiero un tatuaje que demuestre que sí hay algo mío que siempre estaré teniendo, que no se borrará ni se quebrará ni será olvidado con el viento. Si no dejaré una marca en este mundo entonces dejaré una en mi cuerpo, algo que me recuerde siempre el camino por el que voy caminando, ciego. Ese camino metafórico que todos recorren en algún momento, ante de que sus nombres sean grabados en la lápida y sean olvidados todos sus pensamientos.
Me desvié de la primicia. Aunque no importa, lo lamento. Era necesario escribir estas palabras que se formaron lentamente en mi cerebro. Como sea, he acabado con el monólogo que solo es escuchado a nivel interno.
¿Ya te diste cuenta de cuan insignificante somos como especie? Pero aun así nos atrevemos a respirar y destruir todo lo que pasa al lado nuestro.
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Poesía insípida • #PGP2020 • [ 3 ]
PoetrySi le encuentras algún sabor, avísame, porque mi paladar está muerto. Obra ganadora en: • Los Cinnamon Awards 20 • Premios Gemas Perdidas 2020 - Primer lugar • Concurso Daher - Tercer lugar