Transición irrisoria

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Veo las historias de antes, esas listas de lectura que han pasado olvidadas y empolvadas virtualmente hablando. Tenía gustos raros, pienso. Aunque la verdad aún los sigo teniendo.

Me pregunto qué pasará cuando me deshaga de todos estos pensamientos y emociones insignificantes que se adhieren a mi pecho con garras de enfermedad. Tengo miedo.

No sé qué es lo que pasará mañana y creo que aún le temo al final, a cerrar ciclos, a alejarme de las discontinuas personas y su comodidad. No sé qué hay al final.

Cierro mis ojos y me dejo llevar por los reflejos de mi realidad que son distorsionados hasta volverse fantasía, dándome discursos y cátedras sobre cómo me debo de comportar. Los personajes ficticios dentro de mi mente pueden llegar a ser mas coherentes que las sombras a mi alrededor. La realidad es a veces absurda.

No comprendo a los adultos y ellos no me entienden a mí. ¿Será que la agobiante situación mejore si callo, si guardo silencio? ¿O es la rebeldía inquietante la única que puede deteriorar la discordia, que exhalan los hielos y volverlos agua tibia, capaz de pasar por la garganta sin raspar? No lo sé, solo me dejo llevar.

Soy un ser influenciable e insignificante, me dejo guiar por la corriente porque no tengo ganas de contrarrestar... La moral y esos valores absurdos son comparables con el abono para plantas; lo tomas, lo tragas, pasa por tu tráquea pero eres tu quien decide si la vitamina microscópica debe ser reutilizada. De todas formas, una parte de estas siempre es desechada y está destinada a contaminar el agua.

El agua residual, el agua negra. Tiene un olor horrible, ¿verdad? Quién sabe, yo creo que mi estado emocional es bastante similar. Todo puro, todo digerible hasta que las hormonas jalan la palanca y la química es mezclada. ¿Interesante? No. Al final todo era culpa de las hormonas, en mi historia todo está normal. (¿Sin traumas ni quejas que reportar? Sí)

Mi falta de propósito y la ingravidez emocional fueron reducidas a una sola palabra: depresión. ¿Realmente vale la pena perder todos sus beneficios para unirme a la manada y ser otro ente sumiso mas? ¿Qué pasará con mi personalidad, con mi cuerpo? Actualmente, soy incapaz de seguir aquello que me anima. El cambio me aterra pero me da curiosidad.

Tengo miedo. Mucho miedo. Mi personalidad será fracturada hasta verse reducida a una Marie Sue, con trasfondo que no vale la pena revelar. Mi pasado no tiene valor histórico ni moral ni pretextos donde rebuscar. El resultado de todo este experimento psicológico está implícito, me volveré como esas protagonistas de shoujo a las que tanto adoro criticar.

Ja, resulta que solo soy una muñeca plástica. Por favor, deséchenme ya.

¿Un futuro prometedor y brillante? El sistema calificador de la sumisión social ha decretado que valgo la pena. ¿Será verdad? ¿Será verdad que si regulo toda esta catástrofe interna pueda triunfar? Los colores de la oportunidad tangible palidecen ante mi falta de equilibrio mental, pero al mismo tiempo se vuelven intensos. ¿Qué es lo que pasa?

Estoy empezando a creer que no vale la pena renunciar a los privilegios que me brindan los altibajos de dopamina. Si dejo la jaula y empiezo a sentirme libre, ¿de qué me voy a quejar? La evolución psicológica del individuo seguirá viéndose estancada en algún otro momento del futuro. Es aterrador el futuro.

En serio, ¿de qué me voy a quejar? Si la duda racional es la única que perdurará en mi mente, ¿cómo será mi estado emocional? Creo que estoy demasiado cómoda sufriendo y sin ser realmente libre.

Las ideas derrotistas bailan sobre mi cabeza, me ahogo en agua negra y hay manos que me quieren salvar. Pero, ¿realmente me pueden sacar? ¿Dónde se encuentra el ser de todo este pensamiento individual? ¿Hasta dónde queda el límite de mi personalidad? ¿Hasta dónde puedo nadar sin hundirme en este charco de agua oscura y carencia de salud mental?

Me recetaron pastillas. Lo tomé a broma e intenté no reír fuertemente mientras caminaba por la calle. Nunca intenté suicidarme pero la duda siempre estuvo latente, es verdad. Creo que aún siendo inestable, fui capaz de tomar la cuerda y saltar sobre ella, jugar con su material. ¿Habrá sido esa la caída de todo esto? Perdió intensidad y ahora se hunde en agua negra. ¿Será este el rostro de mi abismo?
 
(¿Cuántas veces he caminado hacia el mismo precipicio? ¿Cuántas veces he bailado sobre el risco y saludado alegremente a lo que está al final? Mis labios temblaron y los mordí para tratar de no reír pero, de todas formas, una risa se escapó)

Hay desechos por todas partes pero la filosófica ciencia dice que lo puede purificar. La culminación de la incertidumbre y ansiedad dice ser la respuesta, pero el límite ¿dónde queda?

El agua es muy fría... pero se siente tan bien estando acá. Me he acostumbrado a nadar en desechos sin usar los brazos. Me he acostumbrado a trazas líneas y desenredar garabatos pero eso no me ha podido sanar. ¿Es realmente lo que tengo una enfermedad? ¿Mi capacidad está siendo limitada por todo esto que tanto tanto me ha hecho crear? (La evolución de las metáforas se entrelaza con la insoportable paradoja)

Admito que pocas veces dudé de mi cordura y humanidad. La respuesta siempre fue: "soy normal". Y ellos dijeron que la palabra con d se puede contrarrestar. Ah, ¿realmente vale la pena? Si me estabilizo, ¿qué me quedará? Tengo curiosidad...

La filosofía se antepone a mi concepto de poesía y su libertad. Y admito que, aquello que mas me aterra, es perder mi oscuridad.

(¿De qué me voy a quejar? ¿De qué me voy a quejar?) Mi personalidad se va a deteriorar y el camino que rechacé volverá a ser parte del panorama. Y no quiero seguirlo, no quiero seguirlo pero ahí estará, lo sé, lo presiento y sé que me dará miedo avanzar si lo veo modelando entre flores y faldas.

Dejaré que me lleve la corriente. Las alas de la mariposa ya han trazado el camino, es hora de dejar de saltar esa cuerda abstracta que sostienen mis manos a base de dependencia absurda e inestabilidad. Es hora de tomar las cuerdas y preguntarme por cuál sitio debo transitar.

¿Por qué esto es tan positivo? ¡Me pierdo, me pierdo! ¿Será que tomé las manos que se alzaban frente a mí? Soy incapaz de ver hacia el frente, las imágenes en mi mente son confusas y borrosas... ja.

[Tan solo déjate llevar, pequeña niña. Ven hacia mí y déjate llevar...)

Poesía insípida • #PGP2020 • [ 3 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora