Ella

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— ¿Porque siempre tienes que ser tan perra? — entra enojada Fátima a mi habitación.

— ¿A que te refieres? — digo sin entender.

— ¿Porque siempre le tienes que hacer lo mismo a Alex? ¿Porque tienes que jugar con el de esa forma? Entiendo que no te guste o tal vez no sea tu tipo pero vamos ___, no tienes porque darle falsas esperanzas al pobre, está que se muere por ti — dije llevándose la mano a la frente. ¿Escuche bien?

— ¿Le gusto a Alex? — pregunté confundida.

— ¿En que mundo vives? — dijo obvia pero su cara cambia cuando nota que realmente no se de que me habla — Nn... no lo sabías, ¿verdad?

— No — dije triste. No quería que mi amistad con Alex acabara. Pero supongo que se termino cuando él empezó a gustar de mi.

Uno porque todo lo que yo hiciera él lo confundiría.
Y dos no me sentiría cómoda con él, sin decirme nada ya me celaba y cuestionaba podría ser que ahora se sintiera con cierto derecho, cosa que claramente no permitiría.

— Pues... supongo que le romperé el corazón. Necesito que lo apoyes mucho, no quiero que pase por eso solo — dije indiferente. Odiaba que esto pasara.

— Eres tan perra — salió de mi habitación dejando un fuerte azote. No es que fuera una perra, simplemente no gustaba de Alex y no es algo obligatorio.

Empiezo a arreglarme para verme con Marco, intento con vestido algo casual, ni muy elegante ni muy común, me maquillo un poco y me echo bastante iluminador. Mi parte favorita del maquillaje es por siempre y por mucho el iluminador, me gusta como queda en el rostro.
Como había dicho antes comienzo a rizarme el cabello, dejó unas ondas en el que a mi parecer quedan muy monas.

Cuando estoy lista recibo un mensaje de Marco pidiéndome la dirección de mi casa. Al instante se la pasó y me dije que no tarda en llegar. Minutos después Marco me envía mensaje avisando que está afuera.

— Vuelvo al rato — dije tomando mi bolso y llaves.

— Por favor ___, no me hagas esto — dice Alex tomando mi brazo.

— Perdóname... pero no siento lo mismo — dije zafándome de su agarre y saliendo.

Al salir lo encuentro recargado sobre su auto, luce bastante bien de traje. Algo sexy a mi parecer.

— Estas hermosa — dice Marco acercándose para darme dos besos.

— Tu estas muy guapo — digo sonriéndole devuelta.

— ¿Vamos? — pregunta y asiento.

Nos encontrábamos en un restaurante un poco lujoso hablando de muchas cosas. Empezamos por conocernos un poco más.

— ¿Que hacías en Ibiza? — pregunta Marco y hace que me atragante un poco con el agua que acababa de beber.

— Estaba de vacaciones con mis amigos — dije sonriendo — ¿y tú?

— Lo mismo, solo que con mi hermano, descansando de la temporada — sonrió y se veía tan malditamente sexy así.

— ¿Porque recién me enviaste mensaje? Que yo recuerde te había dado mi número ese mismo día — pregunté dudosa.

— Perdí mi teléfono y por ende todos mis contactos — dijo soltando una mueca — tengo un amigo al que le hable de ti, supongo que ya lo has visto husmear en tu perfil, bueno, el inicio con la operación "Encontrar a la Chica de Ibiza" — suelto una carcajada inconscientemente. Que vergüenza — ya se que es gracioso, pero lo que lo hace aún más divertido es que Isco no fue quien te encontró, fui yo — dijo mirándome a los ojos y tomando mi mano — llevo mucho buscándote por cielo, mar y tierra. Ese día en Ibiza tú despertaste algo en mi y también te lo llevaste

Ibiza [MA20]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora