Ella

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— Sandra le ha amenazado, no lo dejará ver al bebé si no están juntos. Técnicamente está usando al bebé para amarrar a Marco — comencé a llorar, yo no entendía de donde podía salir tanta maldad de alguien, simplemente no puedes obligar a alguien a estar contigo — Marco no quiere tener un hijo y no poder verlo, no te enfades con él, es ella — me abrazo.

— Yo lo se — seguí llorando.

Tras un rato abrazada a Isco decidí dejarlo ir al vestuario a cambiarse. Ya lo había llenado de lágrimas y mocos, pobre.

Comencé a caminar hacia la cafetería, necesitaba comer algo, más que nada para distraerme. Cuando algo me preocupa suele darme hambre, algo raro ya lo sé.

No pude arrepentirme más pues ahí estaban ambos en una mesa comiendo juntos. Riendo, al parecer Marco estaba cómodo pues no se le veía mal ni molesto.

Decidí regresarme, comería algo en mi casa, al dar vuelta me encontré con Marcelo, Lucas y James. Lucas al verme corrió para abrazarme.

— Te desapareces mucho, pequeña — dijo mientras me abrazaba fuerte.

— Mentira, ayer vine y no lo notaste — le enseñe la lengua.

— ¿Estas bien? — preguntó al ver mi rostro, seguramente se notaba que había llorado.

— No — mire en dirección a Marco y Sandra, seguían muy sonrientes ambos. Tal vez no obligaba a Marco del todo.

— Es un estupido, no te merece — dijo James metiéndose en la conversación.

— Tiene razón, te mereces más a un chico que se llame James Rodríguez — me guiño un ojo Marcelo.

— ¡Simios! Ven que le acaban de romper el corazón y empiezan. A ella no la merece ningún hombre y yo mismo me encargaré de que no le vuelvan a romper el corazón — me abrazo.

— ¡Yo no dije nada, fue Marcelo — se defendió James.

— Yo solo dije lo que tu mente pensaba tan alto que hasta yo escuché.

Me senté a comer con los chicos, su compañía me había caído de Maravilla, en especial la de Lucas, se había mostrado muy amable conmigo y mi situación.

— ¿Quieres que te lleve a tu casa? — preguntó James.

— No quiero molestar.

— Tranquila, igual queda cerca de la mía.

— Vale, gracias.

— ¡Te estaré vigilando Rodríguez! — amenazo Lucas.

Me monte en el coche con James, ambos íbamos en silencio, el único sonido que salía del auto eran las canciones que sonaban en la radio. Después de un viaje que se hizo eterno llegamos.

— No quiero que estés mal por él, se ha portado muy imbecil y... — no deje que siguiera hablando.

— No te expreses así de él... por favor, dejarlo ha sido decisión de los dos — mentí, pero no sería yo quien le diera la noticia del bebé — simplemente quiero sacarlo de mi vida, así que por favor, no hables de él — volví a mentir, no quería sacarlo de mi vida.

— Está bien... yo... lo siento — se disculpo.

— No te preocupes — me iba a despedir para bajar del coche pero al momento que me acerque para besarle la mejilla él se giró, al parecer me iba a decir algo, terminamos dándonos un beso accidental — Yo... yo — puedo jurar que estaba más roja que un tomate — Perdón — James no dijo nada. Solo me miro y comenzó a reír.

Su risa era tan contagiosa que yo me uní a él, ambos estábamos riendo a carcajadas en su auto.

Ibiza [MA20]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora