Ibiza [MA20]

Ella

— Isco... tenemos que hablar — dije evitando que saliera corriendo como solía hacer casi siempre.

— No, no tenemos — quiso cerrarme la puerta en la cara pero me metí rápidamente.

— ¿Que te hice? Vaya, ¿que les hice a todos para que me estén tratando así? — dije a punto de llorar.

— ¿Todavía te atreves a preguntar? Yo esperaba más de ti. Eras mi amiga ____, te defendí incontables veces y tú me pagas... nos pagas haciendo eso. Hazme un favor y vete — me saco de su casa.

Comencé a llorar, no sabia que había hecho para que todo el mundo me odiara, para que Marco me odiara, para que Isco estuviera molesto conmigo. No tenía idea de que hice mal.

Regrese a casa y finalmente Marco estaba sentado viendo televisión, al verme entrar se levantó... al parecer se iba otra vez.

— Espera... antes de que te vayas dime, ¿que hice? — pregunte sin mirarle a la cara. Estaba cansada de que él al igual que todos me mirara con desprecio.

— ¿Te atreves a preguntar? Como si no supieras l.... — le interrumpí.

— Si Marco, me atrevo a preguntar porque realmente no se que hice para que todos me odien. Porque esta es la cara de alguien que no ha hecho nada y de un día para otro todos la odian, la desprecian y la miran feo — comencé a llorar aún más.

— Mejor no llores... no seas hipócrita — dijo indiferente.

— ¡Dime de una puta vez que hice! — me altere, ya no soportaba nada de esto.

— ¡Que te han visto con Griezmann, ______, ese es el puto problema, te han visto agarrada de su mano paseando libremente! ¡Te han visto engañándome! — comenzó a llorar. Yo no entendía nada, si había algo que podía jurar era no haber salido con Griezmann.

— Pero yo no lo... — me interrumpió.

— Hay pruebas, ahórrate tus excusas. Creí que en serio me amabas, creí que seríamos felices, esperé mucho de ti, _____— salió por la casa dando un portazo molesto.

Busque las fotos de las que hablaba y no encontraba otras más que las viejas. No había nada nuevo, no había salido con Griezmann y no había hecho nado. Todo este tiempo respete mi relación con Marco, no entendía de dónde sacaba todo lo que decía.

Me acosté a dormir perdiendo toda esperanza de que Marco llegará, total, ya nunca lo hacía. Estaba a punto de quedarme dormida cuando el sonido de la puerta abrirse puso todo mi interior en completo descontrol.

Marco estaba en casa.