Ella

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— ¿Te veré en el clásico? — preguntó Isco sonriendo.

— No me lo perdería por nada — le sonreí ampliamente de vuelta.

— Lleva mi camiseta — me guiño un ojo.

— Sigue queriendo — le dije divertida.

— No te queda de otra, no puedes usar la de Marco — eso fue cruel.

— Todo por eso ahora mucho menos que la uso — me giré molesta y comencé a caminar hacia la salida.

Al llegar a casa cene junto a Sebastián mientras veíamos una película en Netflix.

— Me ha llamado papá, dice que sabe en donde estoy que no me haga wey — yo reí, tenía mucho tiempo sin escuchar esa palabra — que vendrá pronto a vernos, especialmente a ti ya que tú eres su favorita — dijo riendo.

— Mierda, no, yo no quiero verle — dije haciendo una mueca. 

— Se que te he hablado horrores de papá, pero el realmente te quiere, eres su hija y pues tienes que verle tarde o temprano — dijo pasando su brazo por mis hombros.

— Si me quisiera ver se hubiera al menos contactado conmigo — dije rodando los ojos. 

— Vive al otro lado del mundo _____ — dijo riendo.

— Ya, pero igual eso no lo justifica. Mejor preocúpate si llega a venir y te lleva con él.

— Nos lleva, ¿que crees tú? ¿Que solo vendrá por uno de sus hijos? Claro que no.

— Yo ya soy una adulta responsable, tú no, así que solo a ti.

— Al menos yo no debo materias.

— Touché.

Ambos subimos cada quien a su habitación. Mañana sería el clásico y mi inscripción a la materia que debía. Sería un día especial.

— ¿Vendrás a ver el partido? — le pregunté a Sebastián y él negó desanimado.

— Tengo turno Justo por la noche, no podré pero diviértete pequeña — beso mi frente y salió.

Me di una ducha algo rápida, pues por la mañana me había bañado para ir a la universidad pero ahora tenía que volverme a limpiar. Una manía mía.

Iba llegando al Bernabéu con mi entrada en mano, decidí no ponerme la camisa de nadie por el comentario tan grosero e hiriente de Isco pero cambié de opinión cuando pase por un puesto de souvenirs. (aquí en México normalmente cuando es un concierto o algún partido hay puestos fuera del estadio o foro donde venden cositas del evento, ¿allá también hacen eso?)

— Me da esa por favor — señale una camiseta del Barça. Esta era la mejor venganza.

— ¿Está o de otro jugador? — me miro y yo le confirmé que esa estaba bien.

Me la coloqué encima de la camisa que llevaba puesta y me adentré al estadio.

Los chicos en el partido lo hicieron genial y ganaron 2-0. Me sentía tan feliz por ellos que ahora solo pensaba en abrazarlos a todos por el gran esfuerzo que habían hecho.

Iba caminando hacia el vestuario hasta que torpemente choque con alguien.

— Perdona, que cabezota eh sido — dijo un chico rubio de ojos azules.

— No te preocupes, igual ha sido mi culpa por venir en el móvil — le sonreí amablemente.

— ¿Qui... quieres que te firme la camiseta? — yo no entendí porque lo decía.

— ¡Ay no puede ser! — dije una vez que le reconocí — ¡Eres Antoine Griezmann! — me había costado reconocerle gracias a que ahora llevaba el cabello largo — Dios, fuiste mi jugador favorito del mundial — ya sé que he dicho que el fútbol no era de mi agrado pero si había una temporada que no me perdía por nada era el mundial, más específicamente los finales.

— Algo atrasado pero igual Gracias — me sonrió — ¿Tú como te llamas?

— ______ — le dije sonriendo.

— Me gustaría seguir charlando contigo pero me tengo que duchar, igual tendré unos días libres y me gustaría dar una vuelta aquí por Madrid, ¿te gustaría salir conmigo? — me pregunto sonriendo y me fue imposible negarme.

— Claro, por mi encantada — dije sonriendo aún más.

— Vale, pues te llamo y quedamos — dijo después de pasarle mi número despidiéndose con dos besos.

Comencé a caminar en busca de Isco, tenía que contarle lo que había sucedido. Había conseguido una cita con Griezmann.

— ¡Ay no! ¿En serio? — me miro horrorizado — ¿Como se te ocurre venir conmigo y eso? — señaló la camisa del Barça.

— Para la otra piénsalo dos veces antes de hacer comentarios malos — le enseñe la lengua.

— Y peor aún, de Griezmann — dijo riendo.

— ¿En serio es de Griezmann? — pregunté girando mi cabeza para intentar ver el número pero claro que no funcionó — eso explica porque se ha ofrecido a firmar mi camisa — dije divertida.

— ¿Que él que? — preguntó Isco perdido.

— Lo que escuchaste, me he encontrado con él, se ha ofrecido a fírmame la camisa y de paso me invito a salir — dije sonriendo.

— Parece que el francés ganó al final — dijo Marco por detrás.

Ibiza [MA20]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora